En 2001, la Escuela 731 zafó de una explosión de la caldera; hoy sigue con problemas de gasEste domingo 28 de abril se cumplen 18 años de la explosión de la caldera en la Escuela 731 de Comodoro Rivadavia. Fue un sábado, y tal vez por ello no terminó en tragedia. Sí hubo una decena de heridos, algunos de los cuales percibirían una indemnización más de una década después. El vicedirector del establecimiento estaba ese día. Era Luis Zaffaroni, el mismo que luego sería ministro de Educación. Los problemas con el gas en las escuelas no son achacables solo al gobierno de Arcioni, sino a une desidia histórica de los gobernantes.
Era un sábado de clima agradable en Comodoro y algunos chicos se divertían en la Escuela 731, "Gran Malvina", del barrio Pietrobelli de Comodoro Rivadavia. Estaba presente su vicedirector, Luis Zaffaroni, cuando explotó la caldera por una fuga de gas. Fue poco antes del mediodía.
"Siento que volví a vivir", diría luego el directivo. "Sentí como un tornado y me apuré a correr hacia los chicos que jugaban al fútbol en el patio de la escuela", agregaba.
En principio se temió lo peor, pero luego llegó el alivio. Los heridos eran más de una decena, pero ninguno de gravedad. De todos modos, esa misma tarde se hizo presente en la ciudad y visitó a los heridos que permanecían internados la ministra de Educación de Chubut que también se llamaba Graciela, pero Albertella. Y era radical, integrante del gabinete de José Luis Lizurume.
Por precaución, la funcionaria ordenó suspender las clases en toda la provincia durante una semana, tiempo que se aprovechó para revisar a fondo las instalaciones de las escuelas para evitar casos similares.
Ese día también un grupo de docentes se hallaba en el establecimiento porque asistían a un curso de capacitación.
Lo cierto es que la ola expansiva voló las puertas de acceso al establecimiento y también destruyó íntegramente el salón de usos múltiples, rompió cañerías y provocó el desprendimiento de gran parte de la estructura de hormigón.
A partir de entonces comenzaría otra lucha para la comunidad educativa de la escuela afectada, que debió penar largo tiempo y realizar múltiples manifestaciones, con abrazos simbólicos incluidos, hasta que el gobierno les reconstruyó el edificio. Mientras tanto, anduvieron desperdigados por otros establecimientos de la ciudad.
Indemnizados
Once años después, seis ex estudiantes lastimados por culpa de la desidia oficial recibirían una indemnización de 227 mil pesos cada uno, en concepto de daños morales, materiales y gastos terapéuticos. Fueron los que demandaron al Estado por lo que les ocurrió aquel sábado.
Era junio de 2012 y paradójicamente el ministro de Educación era el propio Zaffaroni, quien comenzaba su sorda guerra con los gremios que reclamaban aumentos salariales y que alcanzó su clímax un año más tarde, cuando el funcionario fue sitiado en un establecimiento del barrio General Mosconi y lo debió rescatar el policía Miguel Gómez (hoy jefe de la fuerza) por los techos del edificio de la escuela Hipólito Yrigoyen. Para ello utilizó un arnés con el que lo evacuó. Zaffaroni no pudo evitar la pérdida de uno de sus mocasines.
Ese día lo dejaron solo y no tardaría en presentar la renuncia. Era el 17 de octubre de 2013, Día de la Lealtad.
El Gobierno que debió abonar la indemnización fue el de Martín Buzzi, quien antes apeló la medida que la Cámara respondió con dureza: "nada de lo invocado por la apelante tiene idoneidad suficiente como para levantarse seriamente como crítica.
Para los jueces, la impugnación a su decisión no fue más que "una mera disconformidad o discrepancia, hecha de vagas, genéricas y desconectadas impugnaciones".
La historia se repite
En las últimas dos semanas, esta escuela, la 731 "Gran Malvina", ha vuelto a ser noticia porque es una de las que en Comodoro tiene problemas con la calefacción. Según dicen sus estudiantes, solo está cálido el gimnasio y las supervisoras pretendían que por ello se dictarán las clases ahí, lo cual no deja de ser un incordio teniendo en cuenta que son muchas las divisiones y que en el lugar no se cuenta con los elementos de un aula.
Por ello han salido a la calle y han hecho sentadas, avalados por sus padres, docentes y los propios directivos. Una de ellas, Blanca Rey, se manifestó "orgullosa" por la forma en que los chicos hacen valer sus derechos.
Este domingo 28 de abril se cumplen 18 años de la explosión de la caldera en la Escuela 731 de Comodoro Rivadavia. Fue un sábado, y tal vez por ello no terminó en tragedia. Sí hubo una decena de heridos, algunos de los cuales percibirían una indemnización más de una década después. El vicedirector del establecimiento estaba ese día. Era Luis Zaffaroni, el mismo que luego sería ministro de Educación. Los problemas con el gas en las escuelas no son achacables solo al gobierno de Arcioni, sino a une desidia histórica de los gobernantes.
Era un sábado de clima agradable en Comodoro y algunos chicos se divertían en la Escuela 731, "Gran Malvina", del barrio Pietrobelli de Comodoro Rivadavia. Estaba presente su vicedirector, Luis Zaffaroni, cuando explotó la caldera por una fuga de gas. Fue poco antes del mediodía.
"Siento que volví a vivir", diría luego el directivo. "Sentí como un tornado y me apuré a correr hacia los chicos que jugaban al fútbol en el patio de la escuela", agregaba.
En principio se temió lo peor, pero luego llegó el alivio. Los heridos eran más de una decena, pero ninguno de gravedad. De todos modos, esa misma tarde se hizo presente en la ciudad y visitó a los heridos que permanecían internados la ministra de Educación de Chubut que también se llamaba Graciela, pero Albertella. Y era radical, integrante del gabinete de José Luis Lizurume.
Por precaución, la funcionaria ordenó suspender las clases en toda la provincia durante una semana, tiempo que se aprovechó para revisar a fondo las instalaciones de las escuelas para evitar casos similares.
Ese día también un grupo de docentes se hallaba en el establecimiento porque asistían a un curso de capacitación.
Lo cierto es que la ola expansiva voló las puertas de acceso al establecimiento y también destruyó íntegramente el salón de usos múltiples, rompió cañerías y provocó el desprendimiento de gran parte de la estructura de hormigón.
A partir de entonces comenzaría otra lucha para la comunidad educativa de la escuela afectada, que debió penar largo tiempo y realizar múltiples manifestaciones, con abrazos simbólicos incluidos, hasta que el gobierno les reconstruyó el edificio. Mientras tanto, anduvieron desperdigados por otros establecimientos de la ciudad.
Indemnizados
Once años después, seis ex estudiantes lastimados por culpa de la desidia oficial recibirían una indemnización de 227 mil pesos cada uno, en concepto de daños morales, materiales y gastos terapéuticos. Fueron los que demandaron al Estado por lo que les ocurrió aquel sábado.
Era junio de 2012 y paradójicamente el ministro de Educación era el propio Zaffaroni, quien comenzaba su sorda guerra con los gremios que reclamaban aumentos salariales y que alcanzó su clímax un año más tarde, cuando el funcionario fue sitiado en un establecimiento del barrio General Mosconi y lo debió rescatar el policía Miguel Gómez (hoy jefe de la fuerza) por los techos del edificio de la escuela Hipólito Yrigoyen. Para ello utilizó un arnés con el que lo evacuó. Zaffaroni no pudo evitar la pérdida de uno de sus mocasines.
Ese día lo dejaron solo y no tardaría en presentar la renuncia. Era el 17 de octubre de 2013, Día de la Lealtad.
El Gobierno que debió abonar la indemnización fue el de Martín Buzzi, quien antes apeló la medida que la Cámara respondió con dureza: "nada de lo invocado por la apelante tiene idoneidad suficiente como para levantarse seriamente como crítica.
Para los jueces, la impugnación a su decisión no fue más que "una mera disconformidad o discrepancia, hecha de vagas, genéricas y desconectadas impugnaciones".
La historia se repite
En las últimas dos semanas, esta escuela, la 731 "Gran Malvina", ha vuelto a ser noticia porque es una de las que en Comodoro tiene problemas con la calefacción. Según dicen sus estudiantes, solo está cálido el gimnasio y las supervisoras pretendían que por ello se dictarán las clases ahí, lo cual no deja de ser un incordio teniendo en cuenta que son muchas las divisiones y que en el lugar no se cuenta con los elementos de un aula.
Por ello han salido a la calle y han hecho sentadas, avalados por sus padres, docentes y los propios directivos. Una de ellas, Blanca Rey, se manifestó "orgullosa" por la forma en que los chicos hacen valer sus derechos.