Política

Tarrío, el hombre que siempre "salva" a sus jefes y dibuja los números finos de Chubut

Forma parte del elenco estable de gestiones municipales y provinciales desde 1991, y desde distintos lugares claves evitó dolores de cabeza mayúsculos a no pocos dirigentes políticos. De vez en cuando desliza alguna declaración política, como cuando a 72 horas de la última elección lanzó una dura imputación contra el candidato de Cambiemos. Luis Tarrío está más cómodo con los números, ya que no en vano es contador. Ha debido sobrellevar oscuros momentos personales, y hasta fue a juicio por las famosas "resoluciones mellizas" que favorecieron los intereses del grupo Vila-Manzano.

El contador público Luis Eduardo Tarrío (70) tuvo que ponerse al hombro una de las últimas grandes crisis que sobrelleva el gobernador Mariano Arcioni: los embargos de CAMMESA a las cooperativas. En su condición de subsecretario de Coordinación Financiera, debió calmar los ánimos del intendente de Comodoro, preocupado por el embargo que pesa sobre la SCPL y el operativo de pinzas al que parecen someterlo desde Rawson y la misma cooperativa para forzarlo a autorizar -como poder concedente- un tarifazo que alivie en parte los números en rojo de la prestataria de los servicios de luz, agua y cloacas.

Tarrío está habituado a utilizar los números con sentido político y así como puede hacerlos fácilmente entendibles también los puede enmarañar de tal modo que termine exasperando a gente impaciente. Lo primero lo puso en práctica cuando su rostro se empezaba a hacer conocido en Comodoro a comienzos de la década del 90, cuando era columnista en el noticiero que emitía el desaparecido canal de cable Atelco.

El ejercicio del poder

Cuando José Pierángeli ganó el municipio de Comodoro en 1991, Tarrío fue su primer secretario de Hacienda. De aquellos años se le recuerda su eficacia, y también sus pocas pulgas para quienes le reclamaban fondos para hacer política. El titular de Obras y Servicios Públicos, Héctor José Santiago, era el principal demandante.

Alejado de la función pública por unos años, regresaría intensamente a los primeros planos de la mano de Mario Das Neves. Tarrío nunca tuvo un lugar fijo de residencia y así como vivió en Comodoro, también lo hizo en Trelew, Rawson y Puerto Madryn; hoy su lugar en el mundo.

Das Neves tenía reservado para él el cargo de presidente del Banco Chubut, pero al parecer una deuda que tenía el contador con la propia entidad lo inhabilitaba, por lo que recaló en la Subsecretaría de Coordinación Financiera primero y luego como titular de Petrominera y secretario de Hidrocarburos en forma simultánea, lo cual fue interpretado como incompatible.

Las mellizas

En julio de 2009, Tarrío comenzó a vivir uno de sus momentos más desagradables como consecuencia de una decisión por él adoptada. Luego de múltiples críticas por su incompatibilidad como titular de Hidrocarburos y de Petrominera en forma simultánea, le dejó el primer cargo al comodorense Sergio Schiavone, alguien que no dejó más recuerdo que su costumbre de llamar por teléfono muy temprano a las redacciones periodísticas para aclarar la forma correcta en que se escribía su apellido.

Esa obsesión del nuevo funcionario de Das Neves le costaría cinco años de dolores de cabeza a Tarrío por obra y gracia de dos resoluciones que había firmado y que llevaban el mismo número. De allí que fueran bautizadas como "las mellizas de Tarrío". Una de ellas era por lo menos sospechosa: condonaba a las firmas Cliveden Petróleo Argentina SA, Integra Investment SA y Kilwer SA el pago del canon por exploración de áreas correspondientes a los años 2009, 2010 y 2011. Eran 6.488.812 pesos.

Era un secreto a voces que dichas firmas eran propiedad del grupo Vila-Manzano, el poderoso empresario mediático dueño de medios en todo el país (el más importante es América TV) y del ex diputado que confesó que robaba "para la corona" en tiempos de Carlos Saúl Menem.

Hecha la ley

Tras la sanción en 2006 de la ley que transfirió a las provincias la titularidad de los recursos hidrocarburíferos que hasta ese momento eran potestad de Nación, la gestión de Mario Das Neves en Chubut dio a licitación 13 áreas petroleras consideradas "marginales y sin producción".

De ellas, 10 fueron adjudicadas a Cliveden Petróleo Argentina, Kilwer e Integra Investment. De acuerdo a un análisis realizado por Diario El Patagónico, se trataba de las áreas Río Guenguel Norte, Buen Pasto, Sierra Cuadrada, Nueva Lubecka, Paso Moreno, Río Senguer y Paso de Indios, cedidas a través del Decreto 1694/06 el 28 de junio. Y las áreas San Bernardo, Pampa Salamanca Norte y Confluencia, adjudicadas a través del Decreto 870/06 que habían sido licitadas en julio.

Tarrío fue quien el 22 de junio de 2009 firmó las resoluciones SHyM 09/09 y 10/09, por las cuales perdonaba lo que no ya no harían las empresas de Vila y Manzano. Esas resoluciones registran diversas irregularidades, que incluyen su no publicación en el Boletín Oficial -como corresponde legalmente- y que se hallaron otras resoluciones con la misma numeración y fecha.

De acuerdo al citado diario comodorense, llamaba la atención entonces que las áreas fueran adjudicadas a compañías sin trayectoria en exploración y producción de petróleo y gas, las cuales se comprometieron a realizar una inversión de US$ 67,4 millones para estudiar su potencial. Sin embargo, esto nunca se concretó y luego siete de ellas fueron vendidas casi en su totalidad.

El nuevo inversor fue la operadora Repsol, que bajo la gestión de Petersen Energía -propiedad de la familia Eskenazi- habría pagado cifras millonarias por la mayoría accionaria de estas áreas marginales por su escasa utilidad geológica.

De esta forma, la empresa Andes Energía, del Grupo Vila-Manzano, mantuvo una participación monetaria tras la creación de una UTE con la operadora que luego fue reestatizada.

Fue por lana y terminó trasquilado

El actual diputado provincial Blas Meza Evans lucía relajado en las instalaciones del club Bigornia en el verano de 2012, adonde esperaba que su hijo terminara la práctica de rugby. A quien se le acercara le comentaba cuáles eran sus nuevos objetivos ahora que era Fiscal de Estado de Chubut del gobierno de Martín Buzzi.

El primero, decía, era iniciarle una causa que llevara tras las rejas a Daniel Taito, ex subsecretario de Información Pública, por presuntas irregularidades en el manejo de la pauta pública. El objetivo mayor era que el propio Das Neves durmiera aunque sea un par de noches en alguna comisaría. Otra meta eran las "resoluciones mellizas" de Luis Tarrío. No le saldría ninguna.

Sobre las resoluciones del ex secretario de Hidrocarburos había escrito en su presentación ante la Justicia que "desnuda la existencia de dos actos administrativos ilegales, que además pretendieron ocultarse deliberadamente".

También sostenía que "se disfraza las condonaciones de pago entre conceptos que no son compensables y, asimismo, este tipo de condonación estaba fuera de las atribuciones de la Secretaría de Hidrocarburos, ya que corresponde a la Legislatura provincial".

Tarrío había pretendido salvar aquella situación un año después de haberle dejado su lugar a Schiavone. Fue cuando decidió volver al cargo y de paso terminar con la angustia de su sucesor, que rehuía cualquier consulta al respecto. Una vez reacomodado en su sillón en 2010, Tarrío solo admitió "un error" en la numeración. Y a otra cosa.

La ingratitud

Tarrío siempre trabajó para Das Neves y también por la candidatura de Martín Buzzi, pero apenas éste se fue con Cristina Kirchner el contador emprendió otros rumbos. Recaló como secretario de Hacienda de Ricardo Sastre en Puerto Madryn, quien a la tirria que le tenía al nuevo gobernador debió sumarle la pesada herencia que le dejó Carlos Eliceche tras ocho años como intendente.

Fueron los meses en que el hoy candidato a vicegobernador sufrió un colapso mental que lo alejó del cargo por unos meses. Mientras su séquito afirmaba -al estilo Di Pierro- que realmente la estaba pasando mal, Tarrío se puso la gestión en su calculadora y ordenó las cuentas. Ello lo tuvo ocupado mientras Meza Evans avanzaba con su acusación por las "mellizas".

El 27 de septiembre de 2014 Tarrío dejaba su nuevo cargo con reproches para Sastre. "No fue como yo lo esperaba; no fue una cosa amable", decía sobre su alejamiento. Luego se reconciliarían.

La duda que beneficia

Exactamente ocho meses más tarde, Luis Tarrío era absuelto en la causa de las "resoluciones mellizas". El 27 de mayo de 2015, tres meses antes de las PASO que confirmarían la vigencia de Mario Das Neves, el juez José García lo absolvería luego de que el Ministerio Público Fiscal que representaban Daniel Báez y Silvia Pereira decidiera no acusar invocando el famoso "beneficio de la duda".

La que sí insistió fue la Fiscalía de Estado, ahora a cargo de Miguel Montoya, pero su acusación fue declarada "atípica". Habían pedido 6 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos. Montoya no se fue conforme de la audiencia y diría luego que "el contador Luis Tarrío era un instrumento de una operación más grande y la autoridad que ordenaba eso no era él".

Si nunca me fui

Tarrío estaba tranquilo en su nuevo emprendimiento ubicado frente a la costanera de Puerto Madryn cuando recibió otra vez el llamado del deber. Cuando se había ido del municipio de esa ciudad dejó una especie de premonición: "es un hasta pronto; uno nunca sabe qué le va a deparar el destino".

El destino le trajo un puesto que conocía bien. El 26 de febrero de 2018 asumía como número dos del nuevo ministro de Economía, Alejandro Garzonio, quien reemplazaba a un desgastado Pablo Oca que ya era vastamente mencionado en las causas de corrupción que empezarían a hacerse públicas pocos días más tarde.

"La provincia me dio todo y esta es la manera que tengo de devolverle algo", señalaba el restaurado funcionario provincial que venía con una misión prioritaria: convencer a la Legislatura de que debía avalar el Pacto Fiscal que a fines de 2017 había suscripto Arcioni con Mauricio Macri.

Lo consiguió. Y fue ese Pacto el que luego acentuaría recortes en beneficios que la provincia recibía del Gobierno nacional. Tarrío debió ocuparse del famoso pago salarial en forma escalonada, que persistió durante todo el año pasado.

Además de su reciente intervención como gestor de soluciones para las cooperativas al borde del colapso, este mes el contador protagonizó un inusual acto: realizó una dura acusación de tono político contra el candidato a diputado nacional de Cambiemos, Gustavo Menna. Tres días antes de las PASO dijo que había presionado a funcionarios nacionales para que no le anticiparan fondos de coparticipación a Chubut. El objetivo era que no pudiera pagar los sueldos a los empleados públicos en fecha y forma, como casi ocurre.