Política

Cristóbal López y la resistencia de El Patagónico ante la presión de un lobby de empresarios y políticos del Valle

A punto de recuperar la libertad, nadie duda de que Cristóbal López y Fabián de Sousa reclamarán legalmente aquello que les pertenece, como los medios de comunicación que adquirieron a través del grupo Indalo. En el caso de Chubut el caso emblemático es el de El Patagónico, que a punto estuvo de pasar a manos de un grupo empresario de Puerto Madryn. Un juez acaba de impugnar el valor irrisorio con el que había sido tasado por un perito judicial el histórico diario fundado por Roque González y un grupo de empresarios comodorenses en 1967. Una trama de empresarios y políticos que aspiraban a quedarse con un medio histórico con lobby político pero sin inversión.

Más temprano que tarde, Cristóbal Manuel López (62) y Fabián de Sousa (51) volverán a frecuentar en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly los ámbitos que solían recorrer desde mucho antes de que dieran forma al grupo Indalo.

Habrá que ver cómo actuarán entonces no pocos de los que en estos años hicieron "la gran Pedro" después de ver cómo creció económicamente alguien que empezó repartiendo pollos, mientras el otro le aportó el salto de calidad en los tiempos que venían con el nuevo siglo, apenas se graduó como contador público en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

En este tiempo no abundaron las declaraciones públicas apoyando a quienes "daban trabajo a la región", como decían una y otra vez cuando soplaban otros vientos y la zona era rondada por Majul, Lanata y sus aprendices de brujos.

Quizás solamente Carlos Linares se atrevió desde la clase política a enfrentar el discurso hegemónico que imperaba hasta no hace mucho sobre López y De Souza. El intendente comodorense se mantuvo en la defensa de quienes consideraba sus amigos y generadores de riqueza local.

Hubo otros que lo hicieron más silenciosamente, pero que no los olvidaron, sea visitándolos en sus actuales lugares de obligada residencia en la cárcel o manteniendo sus posiciones dentro del Poder Judicial, como le tocó en suerte al juez Gustavo Toquier; hoy sometido a un jury.

Un diario con historia

Uno de los casos sintomáticos de lo que atravesaron los bienes de López y De Sousa fue lo que ocurrió con el diario El Patagónico, adquirido por el grupo en forma completa en 2011. Hasta ese momento solo había comprado algunas acciones que en su momento le permitieron colocar como jefe de redacción al periodista Alfredo Luenzo, hoy senador nacional.

El Patagónico -su razón social es IGD- depende hasta hoy de la parte mediática del grupo, que integran otros medios que han resistido los embates del macrismo, como Ámbito Financiero, Radio 10 o C5N.

En el histórico diario fundado por el escribano Roque González en 1967 se registró un cambio significativo cuando el grupo se hizo cargo del mismo, al menos en los tres primeros años; pese a algunos administradores que no estuvieron a la altura. Ese proceso quedó registrado tanto en sus ediciones gráficas como en su sitio web, situada entre las más visitadas en el sur de la Patagonia.

La situación del medio comodorense se mantuvo más o menos estable hasta que el grupo de López y De Sousa fue asfixiado financieramente, al negársele acceder a planes de financiación que sí se les concedieron a otros medios. Entre esas ventajas negadas al grupo estuvo la posibilidad de canjear deudas impositivas con publicidad, de la que disfrutaron numerosos medios.

En coincidencia con el temporal de 2017, comenzó en El Patagónico un dramático ajuste bajo la forma de retiros voluntarios, al cual se acogieron no pocos periodistas y trabajadores de distintos sectores.

Por sucesivos avatares, la planta se fue reduciendo y hoy son menos de 50 personas las que sostienen -en un sistema de gestión autónoma que no funciona como cooperativa- la presencia de El Patagónico en papel e internet.

Una salida de emergencia

El atraso salarial y la falta de actualización de haberes en los últimos dos años afectó al personal, que debió optimizar tareas para no desaparecer. Así fue como algunos responsables de la redacción se convirtieron paralelamente en gerentes-gestores de publicidad. Así se ocuparon de pelear los precios de los insumos y practicar el siempre desgastante juego de la burocracia administrativa estatal para rubricar acuerdos que permitieran cobrar sueldos -siempre con atrasos- a través de complejos mecanismos que prevé el Estado en sus distintos estamentos.

Al tener las cuentas embargadas se dificultaba sobremanera la posibilidad de seguir percibiendo ingresos publicitarios por los carriles habituales. Frente a esa situación, algunos dirigentes flexibilizaron los mecanismos de pago, asegurando transparencia y equidad y contribuyendo al mismo tiempo al sostenimiento del medio y de sus trabajadores. Otros, como el Estado provincial, se desentendieron desde fines de 2017 de la situación del medio y lo abandonaron a su suerte mientras concentraban su inversión en un grupo selecto de medios del Valle y Puerto Madryn.

A través de sus periodistas y coordinadores, el medio logró disimular puertas afuera las complicaciones internas y mantuvo su presencia en los lugares clave donde se producía la información sin afectar la calidad de los contenidos. También chocó con algunos dirigentes políticos y empresarios comodorenses que parecen avalar el desembarco de un grupo económico sin evaluar los antecedentes ni las potenciales consecuencias para ellos mismos; si se parte de la oscura operación que terminó poniendo en sus manos Canal 9.

Danza con cuervos

En ese contexto crítico no faltaron -tanto desde el mundo empresario como desde la política- quienes intentaron sacar ventajas y quedarse con El Patágonico con ofertas muy por debajo de su valor y planes de ajuste salvaje para el personal. Al observar que el juez que entendía en la causa de las deudas del grupo Indalo decidió decretar la quiebra de la empresa Oil y facilitar su desguace -lo que posibilitó que sus estaciones de servicio hoy en manos de YPF- apostaron a que lo mismo ocurriera con los medios.

Algunos eligieron su propio objetivo. El Patagónico se convirtió en una presa codiciada para empresarios de Puerto Madryn que hicieron sus fortunas con negocios tan variados como la pesca, el expendio de combustibles y la construcción de parques eólicos.

De buenos vínculos con el poder político de la ciudad del golfo, buscaron ampliar sus influencias en la ciudad petrolera y presentaron una oferta concreta el año pasado en el juzgado de Javier Cosentino.

Para ello, fundamentaron sus antecedentes en la materia a través del manejo de un diario de Puerto Madryn, de limitado tiraje, ostensible precariedad en sus contenidos y escasa influencia. En la presentación ante Cosentino, sin embargo, se lo describió como si se tratara del New York Times buscando adquirir el New Jersey Hispano.

En paralelo, voceros de este grupo difundían entre la clase política que era "cuestión de días o semanas" su desembarco en el medio de López-De Sousa para transformarlo de raíz. Solo esperaban la autorización judicial.

En 2018 el grupo fue vinculado con el macrismo; más allá de su interés de ganar dinero e influencia con la menor inversión posible.

El miércoles 18 se dieron de frente con la obvia realidad de que en tiempos turbulentos lo mejor es huir hacia adelante. El juez Cosentino los notificó que los 100.000 pesos que tasó el perito no se correspondían con lo que sostienen los representantes de IGD, quienes afirman que El Patagónico vale 36 millones de pesos.

En esa cifra se condensan bienes materiales; recursos humanos; alcance periodístico; valor simbólico y proyecciones a corto, mediano y largo plazo de un medio que a pesar de las contrariedades no ha parado de crecer en los últimos años, quizás porque -entre otras cosas- no se montó al discurso hegemónico de no pocos acólitos de la meritocracia pregonada por el macrismo.

Mientras el 30 de octubre -tres días después de las elecciones- se realizará una nueva audiencia por el eventual pase de manos de El Patagónico, el juez Cosentino ya avisó a las partes que un mes más tarde dejará de llevar la causa porque aceptó un traslado.

Entonces, un nuevo magistrado debería volver a reiniciar un arduo proceso que afecta fundamentalmente al personal que sostiene el medio desde Comodoro Rivadavia; pero también al destino de un diario que marcó la historia de la provincia y por el que pasaron figuras centrales de la cultura de la Patagonia como Asencio Abeijón y David Aracena.