Política

Un gobernador desmentido por la realidad: la "cláusula gatillo" trimestral nunca fue depositada

El conflicto docente ya transita su 15° semana y el gobierno provincial, lejos de proponer soluciones, ha profundizado la confrontación a partir de un ejercicio de tergiversación informativa. La más evidente fue el anuncio del depósito del 50% de la cláusula gatillo, que el propio gobernador se encargó de confirmar sin ponerse colorado. Sin embargo, eso nunca sucedió. El asunto no es menor, ya que la cláusula gatillo trimestral -sujeta a inflación- alcanzó un porcentaje aproximado al 50% del sueldo. Esto implica que el gobierno provincial le adeuda medio sueldo a cada docente, además de pagar fuera de término según lo que marca la ley.

No es la primera vez que la realidad desmiente al gobernador Arcioni. Hay que recordar cómo anunció la falta de pago del porcentaje de la coparticipación del gobierno nacional, algo que rápidamente fue refutado con la planilla del depósito. Otra falacia fue atribuirle a los cortes de ruta la imposibilidad del cumplimiento de pagar en término, como si los depósitos se realizaran con dinero físico y no con operaciones informáticas.

"Soluciones"

Lo mismo ocurre con la situación docente: el gobernador anuncia "soluciones" que nunca ocurrieron. El tema del salario es uno de ellas: ya adeuda casi un 50% del sueldo de los docentes, considerando lo firmado en las paritarias. A eso se le suma la ausencia de la nueva discusión salarial, habida cuenta de que la inflación acumulada en los últimos dos años llegará a los tres dígitos.

La estrategia del gobierno provincial se hace evidente. Ante la ausencia de soluciones reales y verificables, opta por confrontar, desligándose de su responsabilidad elemental. Aunque suene reiterativo, es el propio Estado el encargado de garantizar el derecho constitucional de la educación.

Sin embargo, se desliga de esa obligación y se la "delega" irresponsablemente a los docentes, que no solo vienen sufriendo la evaporación de su salario, sino la humillación de no contar con servicios básicos como la obra social. Es relevante indicar que desde el inicio del conflicto Seros debitó de cada sueldo docente la alícuota habitual, claro que sin prestar los servicios correspondientes.

Auxilio

Con el triunfo de Fernández, el gobernador aspira a que Nación auxilie su incapacidad de gestión con nuevos fondos que le permitan disimular los gravísimos desfasajes económicos y financieros que atraviesa Chubut desde hace años. Se trata de una crisis que esta gestión ha empeorado, endeudándose hasta para pagar gastos corrientes, algo que ni el macrismo -endeudador serial- se animó a hacer.

A fin de cuentas, se trata de prioridades. El gobierno incurre en la impostura cuando afirma públicamente que depositó el 50% de la cláusula gatillo sin hacerlo jamás y abusando de la buena fe de la opinión pública. Parece tan repudiable como el gesto de una Legislatura que hará pasar a planta permanente a más de 50 "asesores" o "amigos" de manera discrecional.

Éticamente reprochable como el intento de aumentar el 100% de los salarios de la planta política que intentó con una provincia prendida fuego. Y ni hablar de la declaración pública que hizo intentando "identificar" a la docente que le pidió explicaciones. Son métodos y modos que recuerdan al pasaje más oscuro de la historia argentina.

El problema es más profundo, ya que existe una dirigencia política que es cómplice de esta situación de desprecio del gobierno para con los docentes. La oposición parece haber priorizado definitivamente la mirada corporativa, dejando de lado el mecanismo del juicio político ante la necesidad de una sociedad de que se le garanticen sus derechos. Y no cualquier derecho, sino el más básico de todos: el de educarse.