Pueblos originarios

¿Qué es un rewe, y qué significa ser machi?

El machi Celestino Córdova sigue en intercambios con el Gobierno frente a la posibilidad de poder pasar tiempo en su rewe en el marco de su condena. Para entender la importancia del rewe como espacio sagrado mapuche, Ciudadano ADN conversó con el escritor, filósofo y experto en cultura mapuche, Ziley Mora. El rewe o rehue es "un objeto ceremonial, un centro donde confluye la oración". Según explicó, es básicamente un poste con escalones, generalmente cuatro, que simbolizan los distintos mundos, las distintas dimensiones, desde el cielo a la tierra. Es también "el altar donde se limpia, se renueva la energía, y se dirige hacia el mundo de arriba".

El machi entra en trance y hace una danza sobre el rewe. "He visto a mujeres machi bastante voluminosas danzar y levitar sobre el rewe", contó Mora. Ellas suben a "dialogar con el espíritu de lo alto", para entender más sobre la enfermedad que estén buscando curar.

El experto recordó que "las transgresiones que se hacen en la cultura mapuche son distintas a las que se hacen en la cultura occidental". Cuando se transgrede el Az Mapu (armonía de la tierra), la comunidad fija sanciones. Entre ellas, la más dura -al igual que en varios pueblos originarios- es la exclusión, la salida del individuo de la comunidad. Un consejo de kimches (sabios) son los encargados de determinar la sanción.

Parte del problema es que "el mundo occidental no se ha preocupado ni se ha interesado por averiguar en qué consiste el Az Mapu, que es un código de justicia. Ahí hay un punto ciego en nuestro Estado, y de ahí viene la ignorancia de pensar que en el mundo mapuche no existen las sanciones".

También "es evidente" que se ha desconocido el convenio 169 de la OIT, que establece la consulta obligatoria a los pueblos originarios para medidas que les afecten, y que permitiría "abrir el mundo occidental a la cosmovisión mapuche". Para Mora, "no se ha tenido ni la sensibilidad ni la apertura para hacerlo. Pero sí ha habido la apertura para hacer cumplir condenas en las casas para personas que son derechamente delincuentes, como los presos políticos de Punta Peuco. El mundo mapuche reclama eso, ¿por qué se tiene la misma sensibilidad para otros acusados?". En opinión de Mora, cumplir la pena en el rewe "es una cláusula humanitaria".

El experto reiteró que se trata de "una ceguera transversal, en todo el espectro político". En su opinión, los legisladores "no han tenido valentía y firmeza para abordar el mal llamado conflicto mapuche, que en realidad es un conflicto que tiene el Estado consigo mismo, que ha negado el mundo mapuche, cuando la nación chilena se construye en tierra indígena".

Parte de la solución pasa por reconocer "que el pueblo chileno es profundamente mestizo, y no se explica sin la matria, las mujeres indígenas con las que los conquistadores españoles engendraron sus hijos. El apellido de la madre desaparece porque la cláusula de los conquistadores era ponerles apellidos españoles y bautizarlos". Es el caso del propio Celestino Córdova, quien tiene un apellido español. "En muchos se perdió el apellido indígena y se instaló el apellido cristiano". Es la muestra de la negación de "un antecedente obvio", la condición genética de los chilenos. "El 50% de nuestro ADN, comprobado por estudios diversos de universidades, hablan de esta mezcla obvia y fuerte de nuestro mestizaje".

MACHI

También a muchos llamó la atención que el ministro de Salud, Enrique Paris, llamara a Celestino Córdova de "colega" para llamarlo a deponer su huelga seca. A Mora le pareció un acto "interesante" y "muy atinado, porque es una lucha que ha costado mucho. Los programas de medicina intercultural han sido difíciles de implementar en los hospitales, por la superioridad soberbia de los médicos que ven el remedio de la tierra inferior a los fármacos que el sistema de salud entrega".

Porque ser machi es un rol chamánico de sanador que, además, no se elige, sino que es producto de "un llamado divino, que se expresa en signos tempranos, o incluso en la vida adulta, donde algunos tienen visiones: ven debajo del agua un kultrún, o un animal blanco mientras buscan leña".

Esas visiones o perimontun es una señal de que el wenu mapu (cielo) está hablando a través de ese mensaje. Incluso, existió el caso de una machi que, tras el terremoto, salió a su jardín y sintió que desde el cielo le cayeron flores. Ella tuvo el impulso de abrir su delantal para recogerlas, con lo que "entendió que estaba llamada a curar con flores y vegetales". En otros casos, han presentado enfermedades, como cojeras, que no se quitan hasta que asumen que son llamados a aprender el oficio de machi a través de una maestra.

"Nadie es machi por su propia voluntad", enfatizó Mora. Además, un machi es distinto a un lawentuchefe, mujer o varón experto en hierbas y remedios naturales. El machi, además, tiene la facultad de comunicarse con los espíritus. "Por eso es más complejo: es una especie de sacerdote que implora y representa la petición humana, subido a su rewe, y la demanda frente a los poderes de lo alto".

PREJUICIOS

Ziley Mora también entregó su percepción frente a la asociación que muchos chilenos hacen entre el pueblo mapuche y los actos de violencia. "Son estereotipos", dijo, aunque aclarando que "no estoy negando que no existan personas que han asumido el camino de la violencia para sus reivindicaciones, que es condenable por el efecto que producen en inocentes. Han llegado a morir comuneros mapuches producto de las acciones violentistas de sus compañeros de comunidad. Pero el 90% del pueblo mapuche tiene otras formas de lucha y de resistencia cultural, como la recuperación de la lengua, de la identidad, ahondando en lo que significa ser mapuche hoy".

El experto insistió en que "el mundo mapuche es muy progresista, en el sentido que quiere superar sus condiciones de pobreza. Siempre ha sabido dialogar. Pero las personas que hacen más ruido con actos de violencia acaparan titulares y se comete el viejo error de no distinguir y juzgar el todo por la parte". Una operación recurrente en "la elite santiaguina castellano-vasca, que ha dirigido el país en estos 200 años y no ha querido asumir el dato precioso de que el pueblo chileno tenga una raíz indígena".

Para Mora, un escenario muy distinto se habría dado si "en vez de canonizar al roto chileno, se hubiera dicho que es de madre indígena y tiene los virtudes y defectos de esa mezcla".

"El ver solo terrorismo en La Araucanía es una manera de silenciar lo que siempre se ha silenciado: la riqueza espiritual y humanista de nuestra cultura", insistió el experto, que también se refirió a cómo lo español cooptó a referentes mapuches, como las luchadoras Guacolda o Fresia, que "existió, pero con otro nombre. Fresia es un nombre español que al parecer Alonso de Ercilla escuchó mal y le puso así, al igual que Caupolicán que es Kallfülikan".

Otro nombre clave para entender la resistencia mapuche es Janequeo, "mujer luchadora, guerrera, que sin brazos combatió en Villarrica la resistencia española". Según el escritor, "nuestro equívoco va por tergiversar sus nombres, pero fue una estrategia colonizadora también, porque negando la lengua se niega todo el acervo milenario de cultura".

Fuente: ADNradio.cl