Política

Docentes empobrecidos viven de bolsones alimentarios y venden lo que pueden en la web

Los docentes de Chubut atraviesan, junto al resto de los trabajadores estatales, una dura realidad de empobrecimiento cotidiano. Muchos no cobran sus sueldos desde junio y buena parte se las rebusca vendiendo lo que pueden por las redes sociales. Así intentan sostener a sus familias con ingresos extra. Los que no pueden vender nada terminan recurriendo a los bolsones de ayuda alimentaria que entrega ATECh.

Alcanza con recorrer las redes sociales, especialmente en Facebook o inclusive en los estados de WhatsApp, para observar cómo se multiplican los ofrecimientos de trabajadores de la educación y demás estatales.

Algunas docentes venden cremas, esencias aromáticas, ropa que no se usa en la casa, electrodomésticos y cualquier otra cosa que no sea de primera necesidad y a la que se le pueda sacar unos pesos para paliar en el día a día la carencia de ingresos por los atrasos salariales.

Muchos maestros y profesores volvieron a poner en marcha su ingenio a través de actividades vinculadas a la carpintería u otras manualidades que les permiten juntar esos pesos que no llegan desde los salarios.

Contención social desde el gremio

Desde el sindicato ATECh, en particular en la Regional Sur que hizo punta, el mecanismo solidario se extendió a toda la provincia. Desde el gremio se reparten bolsones con alimentos perecederos para aquellos trabajadores de la educación que no pueden completar las compras alimentarias necesarias para sus familias.

Los bolsones de alimentos son un mecanismo de contención social con el que poder político llegó desde hace muchos años a los pobres del país. Allá en el recuerdo surge la famosa caja PAN o la multiplicidad de planes alimentarios, las bolsas con comida que se repartían en los barrios de Comodoro durante la crisis del '98 por la baja del petróleo y hasta inclusive hoy el Municipio reparte alimentos -triplicando la entrega desde la pandemia- a los necesitados que golpeó la cuarentena.

Ahora son docentes con trabajo los que deben recurrir a una ayuda solidaria para poder comer y alimentar a sus familias, una realidad que parece al mismo tiempo cruda y detestable. Aquellos que forman y educan a los hijos de la sociedad se encuentran hundidos por debajo de la línea de pobreza.

Mónica Márquez, secretaria de la junta ejecutiva de ATECh, comentó a El Patagónico que "Si bien venimos cobrando fuera de término, lo que se ha visto en este último tiempo es a una gran cantidad de trabajadores pidiendo ayuda alimentaria porque no llegan a fin de mes. Aquel docente que paga alquiler y que tenía deudas, más allá de esta situación, la está pasando muy mal".

La dirigente gremial explicó que "muchas veces se prioriza el pago de alquileres y se hace muy difícil llegar a fin de mes. Desde cada regional se reparten bolsones de alimentos para poder acompañar a los trabajadores porque sigue habiendo necesidades y cada vez son más los pedidos".

"Es muy difícil todo lo que pasan los trabajadores porque comenzaron a vender ropa o preparan comida para vender porque no dan las cuentas. Muchos ya se desprendieron de elementos como una bicicleta o electrodomésticos para no pasar hambre", relató.

Las protestas se desarrollan desde hace semanas, meses, pero la pandemia les pone un freno en su masividad. La retención de servicios de las clases virtuales es una realidad instalada desde hace más de un mes y no tiene visos de encausarse por que los sueldos seguirán llegando con demoras durante varios meses más.

La cuarenta avanza en medio de tiempos de pandemia, se expande en contagios de manera vertiginosa, pero la tristeza se apodera el devenir cotidiano en una provincia donde una maestra necesita de una bolsa con comida para darle de comer a sus hijos.