Cultura

Movilizaciones y reclamos por la "Ley del libro"

Por Pepe Mateos

Hay escritores de todo tipo, exitosos y reconocidos, medianamente conocidos, algunos que escriben poemas en secreto, autores de diversos géneros y estilos, remadores anónimos que pergeñan manuales escolares o libros de divulgación, o aquellos que alquilan su pluma para que otros relaten sus biografías o análisis políticos, una variedad amplísima de formas de la escritura, muy por fuera del ideal romántico del escritor inspirado.

En relación a esto se creó hace unos años la Unión de Escritoras y Escritores para instalar temas y cuestiones que atañen a la figura del escritor como trabajador de la cultura, alguien que se forja un oficio y como tal debe discutir ese rol dentro de una industria.

Ayer se movilizaron al Congreso para pedir por las que consideran dos leyes fundamentales para la industria editorial en general y para escritoras y escritores en particular.

Una la llamada "Ley del libro", un proyecto presentado por Daniel Filmus hace un año cuando aún era diputado, para crear un Instituto Nacional del Libro Argentina (INLA), un organismo autárquico destinado a la industria editorial, tal como existe el INCAA para el cine, el INAMU para la música y el INT para el teatro y la jubilación para escritores y traductores, presentado por la diputada del FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), Romina del Plá, que apunta a crear un regimén jubilatorio para escritoras y escritores.

A la convocatoria adhirieron Claudia Piñeiro, Cristina Civale, María Inés Krimer, Eugenia Almeida, Claudia Aboaf, Débora Mundani, Silvina Rocha, Enzo Maqueira, Eduardo Mileo y Marcelo Guerrieri, entre otras y otros escritores.

Enzo Maqueira dijo que se trata de "dar el primer paso para organizar un industria de la cual formamos parte fundamental y que lleva años en un proceso de decadencia, en gran medida por falta de coordinación de las políticas públicas".

El escritor, vocal de la comisión de Prensa y Acciones de la Unión de Escritoras y Escritores, analiza las ventajas y desventajas de tener un organismo que piense al libro como un bien cultural. "La primera ventaja sería la creación de un organismo autárquico, al estilo del INCAA, que permitiría fomentar la producción autoral y física del libro argentino y su comercialización: más libros, a mejor precio, a más países. En cuanto a las desventajas, será cuestión de sentar a quienes representan al sector en una mesa para pensar cuáles son y cómo las podemos resolver. Entre las editoriales y las librerías hay organización y mucha gente valiosa que puede sentarse a plantear mejoras. Pero tenemos que hacerlo ya. Argentina se merece un Instituto Nacional del Libro".

El proyecto presentado por Romina del Plá apunta a crear un Régimen Nacional de Jubilación del/la Escritor/a, Traductor/a literario/a, destinado a personas nacidas en Argentina o extranjeros que acrediten 15 años de residencia en el país. Los beneficiarios deberán tener una edad mínima de 60 años, acreditar ante el ministerio de Cultura de la Nación una trayectoria pública en la escritura o traducción no inferior a 15 años, haber publicado 5 obras de creación propia o 20, si incluyen coautoría artística, escritas en lengua castellana o cualquiera de las lenguas originarias. En el caso de los traductores, el número de publicaciones deberá ascender a 15 libros o 20, si incluyen coautoría artística sobre la traducción. En el artículo 7° se establece que recibirán "una asignación mensual, de carácter personal, intransferible y vitalicia", equivalente a tres veces el haber mínimo de las prestaciones a cargo del Régimen Previsional Público del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones. En diciembre, con el aumento del 5 por ciento, el haber mínimo será de 19.035 pesos. La jubilación para escritores y traductores sería de 57.105 pesos.

Fuente: Va con firma