Patagonia

Luchas, derechos y universidad pública

Por Sebastián Barros y Raúl Muriete

El 4 de Mayo se conmemora el día de creación de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, un festejo que contiene una serie de sucesos políticos, sociales, académicos y regionales que es necesario destacar para dar cuenta de la presencia de una Universidad regional animada por importantes desafíos.

Hay que señalar que el proceso de creación tuvo su dinámica más significativa en los hechos ocurridos en Comodoro Rivadavia, con la movilización del estudiantado universitario de la entonces Universidad privada San Juan Bosco, disconformes con la propuesta académica y sintiendo que no estaba a la altura de aquello que Cualquier universidad debe garantizar: excelencia académica. Esas movilizaciones que pronto se convirtieron en luchas contaron con el acompañamiento de la comunidad, ya que se entendió rápidamente que el reclamo contenla la premisa fundamental del derecho a una educación pública, gratuita y de calidad.

Este es un tema que no deja de ser contemporáneo ya que la humanidad transita actualmente tiempos turbulentos y la preocupación por el derecho universal a la educación no puede ocultarse como problema público. Menos aún frente a intentos privatistas o prácticas sectarias del tipo "sálvese quien pueda" de quienes poseen óptimas condiciones tecnológicas para adecuarse a la virtualidad, o de quienes asisten presencialmente a grandes instalaciones privadas y muestran ante los hechos total indiferencia,

Las luchas de las y los estudiantes de 1973 nos recuerdan fundamentalmente una actitud política. Política en vista de que es una actitud que viene a romper con el lugar que el sentido común le tenía reservado a la juventud, a la ciudad y a la región patagónica Los principios que guiaban el discurso oficial sobre la creación de nuevas universidades eran claros en el lugar que pretendían para la universidad local y sus miembros. En el caso de la juventud, el sentido común anunciaba el ansiado "arraigo" para evitar así las migraciones y poder convertirse en "profesionales patagónicos. Pero ese arraigo tenía una doble cara, era el acompañamiento ideal para evitar el desplazamiento y transformación identitaria de una juventud que se había levantando en los campus universitarios norteamericanos en contra de la guerra de Vietnam, que habla salido a las calles en el Mayo Francés y que, en nuestro Pals, abrevaba en la tradición reformista de 1918.

La juventud comodorense transformaba el arraigo en otra cosa. Ahora significaba educarse con calidad para promover cambios estructurales en el lugar que se habitaba. Y allí es donde se producía el segundo quiebre con el sentido común. Esta región, que históricamente era presentada como región materialista, de ritmo laboral frenético y sin tiempo para la política, se transformaba de pronto con una ciudad movilizada que reclamaba mejoras condiciones para estudiar y formarse, y que, a través de la militancia y la huelga apuntaba a una vida

comunitaria distinta por fuera de la tutela religiosa.

La actitud de esa juventud era entonces profundamente política, en tanto vino a desatar el nudo de sentido común que daba identidad a una región en la que la política no debía tener lugar porque obstaculizaba la extracción de petróleo. y a una ciudad, como Comodoro Rivadavia, cuyo principio de acción era el trabajo físico del petróleo y un modo de ser instrumental que según ese sentido común instalado, despreciaba todo aquello que no produjera una ganancia material.

Puede celebrarse una fecha burocrática de creación institucional y eso está muy bien. Puede afirmarse que una Ley de fines de 1972 creo la Universidad Nacional de la Patagonia y que en democracia se puso en acto. Pero eso no nos dirá absolutamente nada de la voluntad de cambio de las transformaciones posibles que se alcanzan cuando la política se abraza a ciertos ideales y desarma los entramados aparentemente naturales que nos someten a jerarquías cotidianas injustas.

A esa tarea deben dirigirse los valores actuales, heredados de esa generación de una universidad pública, gratuita y libre. A la tarea de fomentar una educación de calidad e Inclusiva que garantice el ingreso a una ciudadanía plena de quienes formamos parte de la c