Pueblos originarios

Voces desde el acampe del Lof Quemquemtrew

Por Fernanda Paixao

Hace casi dos semanas, el grupo de integrantes de la comunidad mapuche del Lof Quemquemtrew está sitiado por policiales de Río Negro en la localidad de Cuesta del Ternero. En este período, no pueden recibir alimentación ni abrigo, pese a las solicitudes de la comunidad y de organizaciones de derechos humanos que acompañan al conflicto.

El grupo es conformado por unos 20 integrantes que quedaron atrapados en el local de la recuperación del territorio ancestral, tras el desalojo que se llevó a cabo por las fuerzas policiales de la provincia el último 24 de septiembre.

Soraya Maicoño, vocera mapuche que hizo parte de la recuperación del territorio, hoy se encuentra en el acampe que instalaron los integrantes de la comunidad que lograron huir de la represión policial. La comunicación se da por teléfono, en uno de los pocos momentos en que logran tener señal entre las montañas de la Patagonia.

«Armamos un campamento distante varios kilómetros de donde están nuestros Pulaimen, pero es el único modo que tenemos de asegurar que no haya más represión. Cuando nuestros hermanos, desde arriba, eventualmente hacen un fuego para calefaccionarse podemos ver que están allí, que no han sido sacados a la fuerza, que están vivos», relató este miércoles.

La vocera cuenta que el miércoles, 6 de octubre, la comunidad recibió a representantes del Comité Nacional de Prevención a la Tortura. «Tomaron testimonios de todas las situaciones de maltrato, represión y humillación que han vivido nuestros hermanos, principalmente en esa condición de inanición en la que se encuentran», dice.

La recuperación del territorio es, para la comunidad mapuche del Lof Quemquemtrew, una urgencia por la preservación del bosque, concedido desde la década del 80 a Rolando Rocco para el cultivo de pinos -una espécie exótica que daña al ecosistema local-, y también para las prácticas espirituales.

»Este paraje es ancestralmente mapuche, donde siempre se vivió y se practicó nuestra cultura, nuestra filosofía, nuestra espiritualidad, incluso hay vestigios de pinturas rupestres. Es una recuperación importante también para diferentes lof, o comunidades mapuche, distribuidas a lo largo y a lo ancho de esta zona», dice.

«Hace más o menos unos 40 años, el gobierno de la provincia de Río Negro empezó a despojar porciones territoriales a estas comunidades con el pretexto del Plan Calor, que lo que implicaba era que le entregaba estos sectores a diferentes empresarios para el desmonte del bosque nativo que luego supuestamente lo entregaban a los barrios carenciados para la leña, para calefaccionarse. Luego la vendían y tras desmontarlo, le entregaban como especie de préstamo, un permiso, para la forestación de pino.»

Como resalta Soraya Maicoño, el pino es nocivo para el bosque, y hay estudios que apuntan su implicancia en los incendios forestales. «El pino genera un daño muy nocivo para la tierra y ha sido uno de los elementos más dañinos que permite que se propague el fuego en los incendios que hubieron todo este año en esta zona como en otros lugares aledaños.»

Hasta ahora, no hubo respuesta sobre el pedido de apertura de un corredor humanitario y de una mesa de diálogo, reforzado personalmente por Pablo Pimentel, quien estuvo en el local del conflicto, juntamente con el abuelo del niño de 8 años violentado por la policía durante el desalojo. Solicitada una comunicación con el Comité Nacional de Prevención de la Tortura para más informaciones sobre el posible accionar estatal tras la colección de testimonios sobre los episodios represivos, tampoco recibimos respuesta hasta la publicación de este artículo.

Desde el acampe, Soraya Maicoño agradeció a organizaciones, activistas y otros hermanos indígenas que acompañan la resistencia del Lof Quemquemtrew.

«Agradecemos todas las manifestaciones de apoyo, agradecemos el buen pensamiento hacia esta reivindicación territorial. Les mando un abrazo y también fuerza a todos los hermanos y hermanas de distintos pueblos originarios que, con mucha consciencia y sobre todo con el cuerpo, están defendiendo el agua, el bosque, el monte de todos estos efectos contaminantes, extractivistas que son negociados de empresarios extranjeros con la complicidad de los estados.»

Fuente: Brasil de Fato