Se estrena "Yo nena, yo princesa", la historia de la primera niña trans en conseguir la rectificación de su DNIEl 28 de octubre llega a los cines la película que cuenta la vida de Luana, que en 2013 logró un cambio registral en su documento gracias a la ley de Identidad de Género. El film está dirigido por Federico Palazzo y protagonizado por Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G. C. y Valentino Vena, y basado en el libro con el título homónimo que la madre de Luana escribió para retratar los desafíos y victorias de su lucha.
La película representa la historia de Manuel, un niño de dos años que al ser descubierto jugando con los vestidos de su madre, balbuceó: "Yo nena, yo princesa". En 2013, Manuel pasó a llamarse oficialmente Luana, convirtiéndose en la primera menor trans del mundo en poseer un documento oficial acorde a su identidad de género, sin necesidad de judicializar el trámite.
Aquella historia tomó notoriedad pública a principios de la década pasada, cuando Gabriela Mansilla participó en diversos programas de televisión para visibilizar el reclamo de su hija. En 2013 escribió un libro titulado "Yo nena, yo princesa" que esta semana estrena su adaptación cinematográfica. La película tuvo su premiere el en la sala de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo.
Dirigida por Federico Palazzo y protagonizada por Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G. C. y Valentino Vena, la película despliega una dinámica familiar conocida: una madre que trabaja vendiendo prepizzas caseras, un padre a cargo del taller mecánico y dos hijos mellizos. A partir del reconocimiento de Manuel respecto a los roles de género, la familia debe atravesar diversos obstáculos hasta acceder al documento. La película busca retratar la falta de acceso a los derechos de identidad que sufren las personas trans en todo el mundo, y especialmente en Argentina.
"Fue una experiencia de aprendizaje inexorable. Tal vez, una de las cosas más honestas que tiene la película es que está escrita y dirigida por una persona que carecía de los conocimientos que hicieron que esas diferencias pudieran ser saldadas", contó el realizador durante la rueda de prensa realizada el lunes por la tarde en la UMET. Y agregó: "Lo que me aportó fue la constancia en la lucha y la confirmación de que no hubo ninguna forma de manipulación infantil, que es el miedo social más habitual detrás de una situación de este tipo. Todos los seres humanos nos autopercibimos, y aquí lo significativo fue que esta niña trans se autopercibió como tal con un grito identitario que no tenía freno".
Para Palomino -que interpreta al padre de Luana- la película implicó "dejarse interpelar". "Fue como una primera clase de teatro en la que me pregunté qué haría yo en estas circunstancias, con la educación desgraciadamente eclesiástica y patriarcal que he recibido, habiendo consumido de chico películas en televisión con miradas machistas que presentaban mundos a los que quería pertenecer. Toda esa construcción de la realidad ha minado generaciones enteras. Mi premisa fue esa, pensar de qué manera podría sobrellevar la situación de entender que uno de mis hijos se sienta nena. ¿De qué manera abordaría eso? ¿Desde la comprensión o la biología? Mi personaje está teñido de eso, atrapado en esa construcción", definió el actor.
Tanto Palazzo como Wexler tuvieron acceso a la intimidad actual de Luana gracias a Mansilla, quién abrió las puertas de su hogar en Merlo para ofrecer la historia. "Apenas le dije que iba a hacer la película, Federico me dijo de ir a conocer a Gabriela. Pensaba que iba a estar una hora con ella, pero fueron cuatro. Me abrió su alma: conocí a su hijo Elías, a Luana, a la mamá de Gabriela, a su hermano. Ella me mostró la transformación de Manu a Luana con un álbum de fotos. Yo ya me sentía impregnada de la historia en ese momento. Ella me dijo: Tomá, esta es mi historia, te la ofrezco'", recordó la actriz a cargo de personificarla en la ficción.
"Un ser brillante"
El papel de Luana, que hoy tiene 14 años, es interpretado por Isabella G.C., otra nena transgénero que también forma parte, con su familia, de la organización Infancias Libres que encabeza Mansilla. Palazzo explicó cómo fue trabajar con ella: "Recorrimos los caminos comunes para encontrar a alguien que diera el physique du role. Pero cuando conocí a Isabella, a sus seis años, una de las primeras cosas que me dijo fue que quería ser actriz porque de esa manera la niñez iba a ser más feliz. Ella tenía muy claro todo porque las personas trans, con la discriminación que soportan, viven en un estado de alerta permanente. Tenía una prestancia, una entrega y una facilidad enormes, porque lo que había transitado Luana era un terreno reconocible. El recorrido de su personaje le resultaba honesto, por lo que entender que la actuación no era otra cosa que un juego fue algo muy fácil y a la vez muy intenso".
Casi todas las escenas de Isabella tienen como coprotagonista a Wexler, su madre en la ficción. "Ella es la película, sin dudas; es un ser brillante. Encontrármela, con su valentía y su compromiso, contando lo que tenía que contar y con la verdad que lo hacía, fue conmovedor. Ella conocía la historia de Luana y estaba involucrada en todo esto. Y su familia la apoya mucho. Hay un lugar donde esta niña, con esa mente brillante, sabía lo que estaba contando. Era fácil y hermoso conectar con ella. Fue un viaje para mi alma", concluyó.
El 28 de octubre llega a los cines la película que cuenta la vida de Luana, que en 2013 logró un cambio registral en su documento gracias a la ley de Identidad de Género. El film está dirigido por Federico Palazzo y protagonizado por Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G. C. y Valentino Vena, y basado en el libro con el título homónimo que la madre de Luana escribió para retratar los desafíos y victorias de su lucha.
La película representa la historia de Manuel, un niño de dos años que al ser descubierto jugando con los vestidos de su madre, balbuceó: "Yo nena, yo princesa". En 2013, Manuel pasó a llamarse oficialmente Luana, convirtiéndose en la primera menor trans del mundo en poseer un documento oficial acorde a su identidad de género, sin necesidad de judicializar el trámite.
Aquella historia tomó notoriedad pública a principios de la década pasada, cuando Gabriela Mansilla participó en diversos programas de televisión para visibilizar el reclamo de su hija. En 2013 escribió un libro titulado "Yo nena, yo princesa" que esta semana estrena su adaptación cinematográfica. La película tuvo su premiere el en la sala de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo.
Dirigida por Federico Palazzo y protagonizada por Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G. C. y Valentino Vena, la película despliega una dinámica familiar conocida: una madre que trabaja vendiendo prepizzas caseras, un padre a cargo del taller mecánico y dos hijos mellizos. A partir del reconocimiento de Manuel respecto a los roles de género, la familia debe atravesar diversos obstáculos hasta acceder al documento. La película busca retratar la falta de acceso a los derechos de identidad que sufren las personas trans en todo el mundo, y especialmente en Argentina.
"Fue una experiencia de aprendizaje inexorable. Tal vez, una de las cosas más honestas que tiene la película es que está escrita y dirigida por una persona que carecía de los conocimientos que hicieron que esas diferencias pudieran ser saldadas", contó el realizador durante la rueda de prensa realizada el lunes por la tarde en la UMET. Y agregó: "Lo que me aportó fue la constancia en la lucha y la confirmación de que no hubo ninguna forma de manipulación infantil, que es el miedo social más habitual detrás de una situación de este tipo. Todos los seres humanos nos autopercibimos, y aquí lo significativo fue que esta niña trans se autopercibió como tal con un grito identitario que no tenía freno".
Para Palomino -que interpreta al padre de Luana- la película implicó "dejarse interpelar". "Fue como una primera clase de teatro en la que me pregunté qué haría yo en estas circunstancias, con la educación desgraciadamente eclesiástica y patriarcal que he recibido, habiendo consumido de chico películas en televisión con miradas machistas que presentaban mundos a los que quería pertenecer. Toda esa construcción de la realidad ha minado generaciones enteras. Mi premisa fue esa, pensar de qué manera podría sobrellevar la situación de entender que uno de mis hijos se sienta nena. ¿De qué manera abordaría eso? ¿Desde la comprensión o la biología? Mi personaje está teñido de eso, atrapado en esa construcción", definió el actor.
Tanto Palazzo como Wexler tuvieron acceso a la intimidad actual de Luana gracias a Mansilla, quién abrió las puertas de su hogar en Merlo para ofrecer la historia. "Apenas le dije que iba a hacer la película, Federico me dijo de ir a conocer a Gabriela. Pensaba que iba a estar una hora con ella, pero fueron cuatro. Me abrió su alma: conocí a su hijo Elías, a Luana, a la mamá de Gabriela, a su hermano. Ella me mostró la transformación de Manu a Luana con un álbum de fotos. Yo ya me sentía impregnada de la historia en ese momento. Ella me dijo: Tomá, esta es mi historia, te la ofrezco'", recordó la actriz a cargo de personificarla en la ficción.
"Un ser brillante"
El papel de Luana, que hoy tiene 14 años, es interpretado por Isabella G.C., otra nena transgénero que también forma parte, con su familia, de la organización Infancias Libres que encabeza Mansilla. Palazzo explicó cómo fue trabajar con ella: "Recorrimos los caminos comunes para encontrar a alguien que diera el physique du role. Pero cuando conocí a Isabella, a sus seis años, una de las primeras cosas que me dijo fue que quería ser actriz porque de esa manera la niñez iba a ser más feliz. Ella tenía muy claro todo porque las personas trans, con la discriminación que soportan, viven en un estado de alerta permanente. Tenía una prestancia, una entrega y una facilidad enormes, porque lo que había transitado Luana era un terreno reconocible. El recorrido de su personaje le resultaba honesto, por lo que entender que la actuación no era otra cosa que un juego fue algo muy fácil y a la vez muy intenso".
Casi todas las escenas de Isabella tienen como coprotagonista a Wexler, su madre en la ficción. "Ella es la película, sin dudas; es un ser brillante. Encontrármela, con su valentía y su compromiso, contando lo que tenía que contar y con la verdad que lo hacía, fue conmovedor. Ella conocía la historia de Luana y estaba involucrada en todo esto. Y su familia la apoya mucho. Hay un lugar donde esta niña, con esa mente brillante, sabía lo que estaba contando. Era fácil y hermoso conectar con ella. Fue un viaje para mi alma", concluyó.