Patagonia

Inquietud entre los defensores del medioambiente por el proyecto australiano en Río Negro

Entre los ambientalistas de Río Negro existe gran preocupación por la reciente aparición del ambicioso proyecto australiano para la producción de hidrógeno verde en la provincia. Anunciado por representantes de la empresa promotora Fortescue Future y funcionarios del gobierno nacional, su concreción plantea diversos interrogantes, potenciados por el hecho de que la sociedad conoce muy poco sobre sus alcances y sobre el impacto que tendrá en el medio ambiente y en las comunidades que se verán involucradas.

Los defensores de la Naturaleza ya venían siguiendo con atención los efectos y consecuencias potencialmente negativas o polémicas que podría tener una iniciativa para la elaboración del mismo producto en que venían trabajando ejecutivos alemanes y el gobierno de Arabela Carreras.

El surgimiento de una segunda alternativa, de una envergadura mucho mayor y de más amplias repercusiones, desató la inquietud, en particular porque la sociedad rionegrina cuenta todavía con escasa información de lo que representa este tipo de emprendimientos y sobre las posibilidades que se abren de convertir a Río Negro en un centro mundial de producción y exportación de hidrógeno. Se lo denomina "verde", cabe acotar, porque para su elaboración se deben utilizar energías no contaminantes, como la eólica.

El paleontólogo y ambientalista cipoleño Leonardo Salgado llamó la atención sobre el hecho de que el anuncio nacional sobre la planeada inversión de una empresa australiana se conozca solamente a partir de declaraciones y comentarios y que siga faltando documentación sobre acuerdos, investigaciones y proyecciones.

Consideró que el conjunto de la sociedad rionegrina debe disponer de una adecuada y precisa información sobre lo que se está hablando y alertó sobre las consecuencias que podrían tener algunos de los aspectos de la propuesta que ya han trascendido.

Indicó que para la producción se requeriría no solamente la construcción de una planta desalinadora que se abastecería del agua marina cerca de Playas Doradas sino también de una planta de amoníaco, un elemento químico corrosivo y muy tóxico, que requiere un cuidadoso manejo y que puede afectar a los ecosistemas y a las poblaciones humanas, si no se lo trabaja como es debido.

Además, la desalinización generaría grandes efluentes de salmuera que se descargarían en el océano, con un impacto que podría ser muy negativo para la actividad pesquera y para la vida acuática y costera, todo a pocos kilómetros de un lugar turístico como Playas Doradas y también del Área Natural Protegida de Puerto Lobos y del futuro Parque Nacional de Islote Lobos.

Salgado también resaltó que el parque eólico que se plantea construir contaría con una enorme cantidad de generadores y ocuparía una superficie tan enorme que, en comparación, la propuesta alemana impulsada por el Instituto Fraunhofer de construir generadores eólicos cerca de Cerro Policía parecería de dimensiones muy reducidas, casi modestas.

Indicó, por otro lado, que el anuncio de que se podrían necesitar más de 15.000 trabajadores directos en la ciudad de Sierra Grande, que sería la cabecera del emprendimiento, hacen plantearse las condiciones que en materia urbana se deberían perfilar en el lugar, hoy habitado por solo unas 8.000 personas. De materializarse la iniciativa, si se sumaran los familiares del personal y los miles de empleos indirectos que se crearían, la pequeña urbe podría sobrepasar rápidamente los 100.000 habitantes.

Por último, destacó la necesidad de reflexionar sobre el rol de mero exportador del hidrógeno verde a producir que reserva para la provincia y, por ende, para el país, la propuesta de la empresa australiana. Y preguntarse también sobre las razones profundas que naciones desarrolladas como Australia y Alemania, con sus propios recursos naturales, tienen para buscar otros puntos del planeta para emprendimientos de este tipo.

Fuente: LMCipoletti