"Andá vos a lavar los platos": Andrea, la fiscal que acelera en Turismo de Carretera y contra los prejuiciosEntrevista de Lola Sánchez
En el imaginario social, los hombres conducen máquinas veloces y las mujeres observan o lucen minifaldas junto a los pilotos. Pilotear no está prohibido para las mujeres, pero los prejuicios y el techo de cristal impiden que muchas lleguen a lograrlo. Andrea Vázquez (50), fiscal chubutense y al comando de un auto de TC, sortea tanto desafíos personales como colectivos y compite en una categoría nacional representando a la provincia.
En la parte trasera de su auto rosa se lee: "andá vos a lavar los platos". Andrea corre desde hace más de una década. Recién en 2009 pudo comprarse su primer auto para competir, dado que se trata de un deporte caro. Venía de romper el techo de cristal de la Justicia como Fiscal en Sarmiento. En 2010 comenzó a correr.
"Esa frase la tengo desde que empecé", comenta en diálogo con El Extremo Sur. "Hace 12 años que ese eslogan está conmigo. Yo sé que hay muchos a los que les jode. Una lo percibe. Pero desde chica sé que las mujeres también podemos. En mi ámbito laboral me pasó lo mismo: cuando llegué acá eran todos varones los que podían ser titulares de dependencia, logré llegar a ser titular, jefa y hoy en todo mi lugar de trabajo la mayoría de lugares de jerarquía los ocupan mujeres", relata.
Al igual que en otros ámbitos masculinizados, la participación femenina no está legalmente vedada, pero sí atraviesa una serie de obstáculos que provoca que las más jóvenes no se animen a iniciar o que aquellas que lo intentan deban esforzarse el doble. El "piso pegajoso" y el "techo de cristal" no son prohibiciones normativas: son concepciones culturales fuertemente arraigadas a ciertos espacios históricamente asociados a lo masculino, donde se pone en juego la fuerza, lo corporal o el control.
Leer también: Mujeres en un gremio violento y "pesado": "Hay abusos, desapariciones a bordo y muertes caratuladas como suicidios"
"En realidad, acá podemos competir todas, pero es complicado romper la creencia de que sólo pueden correr los varones", resalta Andrea. "No se ven muchas mujeres. Mecánicas, por ejemplo, yo conozco una sola".
Para ser un deporte que admite carreras mixtas -a diferencia de disciplinas como el fútbol o el rugby, que tiene categorías masculinas y femeninas-, la diferencia entre géneros es grosera.
De acuerdo a los datos aportados por el medio especializado Mujeres Fierreras (@mujeresfierreras_), existen alrededor de 477 pilotas que corrieron en los últimos cinco años. Cerca de 420 continúan en actividad (2021-2022). La mayoría se concentra en el karting (cerca del 75%).
Le siguen las mujeres que corren en automovilismo de pista (alrededor del 15%), y el resto compite en Rally, Speedway, Midgets y Safari.
Una historia reciente
En Argentina, la participación femenina en el automovilismo es relativamente nueva. Una de las figuras más reconocidas es la de Iannina Zannazi, la primera corredora en ganar una carrera en nuestro país. Fue en Río Cuarto, en 1999.
En el año 2000 logró participar en la clase Light de la Fórmula 3 Sudamericana. Más adelante, tuvo la oportunidad de ingresar a la Fórmula 1, pero fue rechazada por ser mujer. Luego de un impasse de 15 años, Zanazzi regresó a las pistas para ser noticia otra vez en 2018, convirtiéndose en la primera mujer en vencer en la categoría Porsche GT3 Cup Trophy Argentina. "Hoy es más común una mujer en el automovilismo. Hace 25 años era rarísimo", destacó en diálogo con medios de comunicación.
"Yo tuve un impasse de 15 años. Volví después de ser mamá de tres hijos y me encontré prácticamente con lo mismo. Sobre todo, en los pilotos de mi generación, que equivocadamente se sienten menos hombres cuando una mujer les gana. En mi caso, yo no me siento más mujer por ganarle a un hombre. Y lo que me da pena es que yo no soy la que generó eso. Nunca fui a provocarlos. Todo lo contrario", sostuvo. Sobre los motivos de estas prácticas, argumentó que los varones "tienen un entorno que tampoco los ayuda, los terminan cargando los mecánicos o los mismos compañeros de equipo. De hecho, las maniobras con una mujer la pelean a muerte porque saben que después se les viene la cargada".
Fórmula 1 es una de las categorías más cercadas: en toda la historia, solo compitieron 5 mujeres. Historias similares se encuentran en todo el mundo: La italiana María Teresa de Filippis fue la primera mujer en correr en un Gran Premio de Fórmula 1. Sin embargo, en el GP de Francia de 1958 no le permitieron competir. El argumento del director del torneo: "El único casco que debe usar una mujer es el de la peluquería".
Andrea: enfrentar los prejuicios
Andrea, por su parte, reconoce que siempre le gustó el deporte, pero pudo empezar a practicarlo cuando fue capaz de sostenerlo económicamente. "No vengo de una familia que esté en el automovilismo. Vengo de una familia de clase media, cuando ya tenía mi trabajo y pude destinar parte de mi sueldo a esto, dije este es el momento'".
En promedio, un piloto debe gastar como mínimo 100.000 pesos para correr, cifra que asciende si se suman los gastos de inscripción y mantenimiento.
Debió enfrentarse a los prejuicios de ese entonces, un paradigma que en pleno 2022 sostiene sus cimientos: "El auto no andaba, y me decían pero por ahí sos vos que no lo sabés hacer'. Es el auto, no soy yo. Cuando corrí en Viedma el auto andaba bien, tenía los mecánicos propios de la categoría. Y ahí se dan cuenta de que no soy yo. A veces te dicen el problema está entre el volante y el asiento'. A veces el motor se rompe, no anda. El otro día alquilé un motor y andaba rapidísimo, me dijeron uy, ya no tenés miedo'. Es que nunca tuve miedo. Lo que tengo ahora es un motor que funciona. A un varón no se lo van a decir. Lo perciben igual si va primero o último".
Acá faltan mujeres
La piloto subraya que la imagen de la mujer dentro del automovilismo como promotora no sólo es parte del imaginario social sino de la realidad: "Es así, aparece la mujer cosificada, tapando el sol al piloto, y él en el auto. Pareciera que sólo los hombres pueden manejar".
Pese a este escenario, las más jóvenes allanan el camino: "Lo que sí veo ahora es que hay muchas chicas que corren en el interior, o a nivel nacional, que tienen la posibilidad de hacerlo desde más chicas. Es bueno para incentivar a otras. Hace unos días me mandó un mensaje una amiga que es más grande que yo, que va a correr acá, en tierra. Está buenísimo que se animen, porque eso rompe con la creencia de que la mujer es la que mira desde afuera".
Cuando se inició, Andrea no tenía referentes femeninos; poco a poco fue convirtiéndose ella misma en una referente para otras compañeras. "Lo hice porque me gustaba, en eso soy bastante decidida: si tengo que romper con moldes, los rompo. Salvo el año pasado, donde compartí una carrera en tierra con otra mujer, en mi categoría siempre corrí contra varones".
Consultada sobre la posibilidad de que la ausencia de mujeres se deba al alto costo del deporte y la brecha salarial, argumentó que en algunos casos podría darse así, pero considera que se trata más bien de una construcción social que liga a las mujeres al hogar. "Hay hombres que tampoco tienen presupuesto, y corren", subraya. "Lo que pasa es que siempre se vio el rol de la mujer como sostenedora del hogar, estando siempre en la casa, satisfaciendo a la familia, sin la posibilidad de hacer lo que una desea. A la mujer no se le permite desear cosas como el automovilismo u otro deporte que siempre está visto en el varón."
Si bien Andrea no recuerda experiencias en las que los sponsors se hayan negado a respaldarla por ser una competidora mujer, destaca que todos son locales cuyas dueñas son mujeres, como estaciones de servicio o casas de repuestos. "No tengo grandes sponsors. No me ha pasado que me dijeran que no por ser mujer; cuando pido alguno y me dicen que no yo les digo pensá que es el auto que más miran, vaya primera o última'".
Andrea representó a la provincia en la histórica Copa Bora Mujeres, celebrada el pasado 12 de febrero en Viedma, Río Negro. El evento reunió a pilotas de todo el país.
"La gobernadora de Río Negro nos contó que el año anterior cuando se hizo el TC, ella decía acá faltan mujeres, no puede ser que sean todos varones'. Entonces le dijo al encargado del autódromo de Viedma que organizara una carrera donde sólo corran mujeres. Justo iba el TC en febrero a Viedma así que organizaron la Copa", relata Andrea.
"Eran 18 mujeres, la idea era que fueran de distintas provincias, muchas de Río Negro y Buenos Aires, pero también de Tierra del Fuego, la Pampa, San Luis, Misiones y Chubut, por supuesto, todas en categoría de Volkswagen Bora. No era una carrera mixta. La idea era mostrar que hay mujeres que corren en el interior, en categorías mixtas, y que se puede, todo esto para incentivar a otras mujeres. Nos decían que nos servía como aprendizaje para correr con varones, pero lo cierto es que la mayoría ya corremos con varones. En mi categoría son alrededor de 60 ranqueados y 59 son varones", agrega. Subraya que es uno de los pocos deportes en que se demuestra que "se puede estar a la par con los varones".
"Tenemos que demostrar que tenemos la capacidad"
Uno de los deseos de Andrea es ver cada vez más mujeres disputando lugares en las carreras. "Conocí a muchas pilotas cuando fui a Viedma, acá en la provincia no se han sumado tantas. A muchas les da ganas pero dicen que es mucha plata, o quieren hacer otras cosas. Necesitamos poder desear y también poder realizar ese deseo, a veces lo reprimen".
"Me encantaría ver más mujeres. Que se animen, que vengan así somos más, sino una se siente sola. Voy a hacer todo lo que pueda para ayudarlas, así demostramos que tenemos la capacidad para hacerlo", confiesa.
La pilota chubutense vuelve a poner en el centro del debate el deseo y la capacidad de las mujeres para concretar sus metas: "Lo único que nos llevamos cuando dejamos de estar en la tierra es lo que hicimos y lo que disfrutamos. Si uno desea hacer algo, nunca hay que fijarse en el que dirán, o en si vas a ser la única, todo prejuicio hay que dejarlo a un costado. Hay que disfrutar y cumplir con lo que una sueña. Yo soñaba con competir en una categoría nacional, pensé que no se me iba a dar por una cuestión presupuestaria y la edad también, y se me dio, sin pensarlo. En menos de una semana estaba en Viedma para correr en una categoría nacional. Nunca hay que dejar de pelear por esos sueños, importa solo lo que uno quiere, siente y desea", concluye.
Entrevista de Lola Sánchez
En el imaginario social, los hombres conducen máquinas veloces y las mujeres observan o lucen minifaldas junto a los pilotos. Pilotear no está prohibido para las mujeres, pero los prejuicios y el techo de cristal impiden que muchas lleguen a lograrlo. Andrea Vázquez (50), fiscal chubutense y al comando de un auto de TC, sortea tanto desafíos personales como colectivos y compite en una categoría nacional representando a la provincia.
En la parte trasera de su auto rosa se lee: "andá vos a lavar los platos". Andrea corre desde hace más de una década. Recién en 2009 pudo comprarse su primer auto para competir, dado que se trata de un deporte caro. Venía de romper el techo de cristal de la Justicia como Fiscal en Sarmiento. En 2010 comenzó a correr.
"Esa frase la tengo desde que empecé", comenta en diálogo con El Extremo Sur. "Hace 12 años que ese eslogan está conmigo. Yo sé que hay muchos a los que les jode. Una lo percibe. Pero desde chica sé que las mujeres también podemos. En mi ámbito laboral me pasó lo mismo: cuando llegué acá eran todos varones los que podían ser titulares de dependencia, logré llegar a ser titular, jefa y hoy en todo mi lugar de trabajo la mayoría de lugares de jerarquía los ocupan mujeres", relata.
Al igual que en otros ámbitos masculinizados, la participación femenina no está legalmente vedada, pero sí atraviesa una serie de obstáculos que provoca que las más jóvenes no se animen a iniciar o que aquellas que lo intentan deban esforzarse el doble. El "piso pegajoso" y el "techo de cristal" no son prohibiciones normativas: son concepciones culturales fuertemente arraigadas a ciertos espacios históricamente asociados a lo masculino, donde se pone en juego la fuerza, lo corporal o el control.
Leer también: Mujeres en un gremio violento y "pesado": "Hay abusos, desapariciones a bordo y muertes caratuladas como suicidios"
"En realidad, acá podemos competir todas, pero es complicado romper la creencia de que sólo pueden correr los varones", resalta Andrea. "No se ven muchas mujeres. Mecánicas, por ejemplo, yo conozco una sola".
Para ser un deporte que admite carreras mixtas -a diferencia de disciplinas como el fútbol o el rugby, que tiene categorías masculinas y femeninas-, la diferencia entre géneros es grosera.
De acuerdo a los datos aportados por el medio especializado Mujeres Fierreras (@mujeresfierreras_), existen alrededor de 477 pilotas que corrieron en los últimos cinco años. Cerca de 420 continúan en actividad (2021-2022). La mayoría se concentra en el karting (cerca del 75%).
Le siguen las mujeres que corren en automovilismo de pista (alrededor del 15%), y el resto compite en Rally, Speedway, Midgets y Safari.
Una historia reciente
En Argentina, la participación femenina en el automovilismo es relativamente nueva. Una de las figuras más reconocidas es la de Iannina Zannazi, la primera corredora en ganar una carrera en nuestro país. Fue en Río Cuarto, en 1999.
En el año 2000 logró participar en la clase Light de la Fórmula 3 Sudamericana. Más adelante, tuvo la oportunidad de ingresar a la Fórmula 1, pero fue rechazada por ser mujer. Luego de un impasse de 15 años, Zanazzi regresó a las pistas para ser noticia otra vez en 2018, convirtiéndose en la primera mujer en vencer en la categoría Porsche GT3 Cup Trophy Argentina. "Hoy es más común una mujer en el automovilismo. Hace 25 años era rarísimo", destacó en diálogo con medios de comunicación.
"Yo tuve un impasse de 15 años. Volví después de ser mamá de tres hijos y me encontré prácticamente con lo mismo. Sobre todo, en los pilotos de mi generación, que equivocadamente se sienten menos hombres cuando una mujer les gana. En mi caso, yo no me siento más mujer por ganarle a un hombre. Y lo que me da pena es que yo no soy la que generó eso. Nunca fui a provocarlos. Todo lo contrario", sostuvo. Sobre los motivos de estas prácticas, argumentó que los varones "tienen un entorno que tampoco los ayuda, los terminan cargando los mecánicos o los mismos compañeros de equipo. De hecho, las maniobras con una mujer la pelean a muerte porque saben que después se les viene la cargada".
Fórmula 1 es una de las categorías más cercadas: en toda la historia, solo compitieron 5 mujeres. Historias similares se encuentran en todo el mundo: La italiana María Teresa de Filippis fue la primera mujer en correr en un Gran Premio de Fórmula 1. Sin embargo, en el GP de Francia de 1958 no le permitieron competir. El argumento del director del torneo: "El único casco que debe usar una mujer es el de la peluquería".
Andrea: enfrentar los prejuicios
Andrea, por su parte, reconoce que siempre le gustó el deporte, pero pudo empezar a practicarlo cuando fue capaz de sostenerlo económicamente. "No vengo de una familia que esté en el automovilismo. Vengo de una familia de clase media, cuando ya tenía mi trabajo y pude destinar parte de mi sueldo a esto, dije este es el momento'".
En promedio, un piloto debe gastar como mínimo 100.000 pesos para correr, cifra que asciende si se suman los gastos de inscripción y mantenimiento.
Debió enfrentarse a los prejuicios de ese entonces, un paradigma que en pleno 2022 sostiene sus cimientos: "El auto no andaba, y me decían pero por ahí sos vos que no lo sabés hacer'. Es el auto, no soy yo. Cuando corrí en Viedma el auto andaba bien, tenía los mecánicos propios de la categoría. Y ahí se dan cuenta de que no soy yo. A veces te dicen el problema está entre el volante y el asiento'. A veces el motor se rompe, no anda. El otro día alquilé un motor y andaba rapidísimo, me dijeron uy, ya no tenés miedo'. Es que nunca tuve miedo. Lo que tengo ahora es un motor que funciona. A un varón no se lo van a decir. Lo perciben igual si va primero o último".
Acá faltan mujeres
La piloto subraya que la imagen de la mujer dentro del automovilismo como promotora no sólo es parte del imaginario social sino de la realidad: "Es así, aparece la mujer cosificada, tapando el sol al piloto, y él en el auto. Pareciera que sólo los hombres pueden manejar".
Pese a este escenario, las más jóvenes allanan el camino: "Lo que sí veo ahora es que hay muchas chicas que corren en el interior, o a nivel nacional, que tienen la posibilidad de hacerlo desde más chicas. Es bueno para incentivar a otras. Hace unos días me mandó un mensaje una amiga que es más grande que yo, que va a correr acá, en tierra. Está buenísimo que se animen, porque eso rompe con la creencia de que la mujer es la que mira desde afuera".
Cuando se inició, Andrea no tenía referentes femeninos; poco a poco fue convirtiéndose ella misma en una referente para otras compañeras. "Lo hice porque me gustaba, en eso soy bastante decidida: si tengo que romper con moldes, los rompo. Salvo el año pasado, donde compartí una carrera en tierra con otra mujer, en mi categoría siempre corrí contra varones".
Consultada sobre la posibilidad de que la ausencia de mujeres se deba al alto costo del deporte y la brecha salarial, argumentó que en algunos casos podría darse así, pero considera que se trata más bien de una construcción social que liga a las mujeres al hogar. "Hay hombres que tampoco tienen presupuesto, y corren", subraya. "Lo que pasa es que siempre se vio el rol de la mujer como sostenedora del hogar, estando siempre en la casa, satisfaciendo a la familia, sin la posibilidad de hacer lo que una desea. A la mujer no se le permite desear cosas como el automovilismo u otro deporte que siempre está visto en el varón."
Si bien Andrea no recuerda experiencias en las que los sponsors se hayan negado a respaldarla por ser una competidora mujer, destaca que todos son locales cuyas dueñas son mujeres, como estaciones de servicio o casas de repuestos. "No tengo grandes sponsors. No me ha pasado que me dijeran que no por ser mujer; cuando pido alguno y me dicen que no yo les digo pensá que es el auto que más miran, vaya primera o última'".
Andrea representó a la provincia en la histórica Copa Bora Mujeres, celebrada el pasado 12 de febrero en Viedma, Río Negro. El evento reunió a pilotas de todo el país.
"La gobernadora de Río Negro nos contó que el año anterior cuando se hizo el TC, ella decía acá faltan mujeres, no puede ser que sean todos varones'. Entonces le dijo al encargado del autódromo de Viedma que organizara una carrera donde sólo corran mujeres. Justo iba el TC en febrero a Viedma así que organizaron la Copa", relata Andrea.
"Eran 18 mujeres, la idea era que fueran de distintas provincias, muchas de Río Negro y Buenos Aires, pero también de Tierra del Fuego, la Pampa, San Luis, Misiones y Chubut, por supuesto, todas en categoría de Volkswagen Bora. No era una carrera mixta. La idea era mostrar que hay mujeres que corren en el interior, en categorías mixtas, y que se puede, todo esto para incentivar a otras mujeres. Nos decían que nos servía como aprendizaje para correr con varones, pero lo cierto es que la mayoría ya corremos con varones. En mi categoría son alrededor de 60 ranqueados y 59 son varones", agrega. Subraya que es uno de los pocos deportes en que se demuestra que "se puede estar a la par con los varones".
"Tenemos que demostrar que tenemos la capacidad"
Uno de los deseos de Andrea es ver cada vez más mujeres disputando lugares en las carreras. "Conocí a muchas pilotas cuando fui a Viedma, acá en la provincia no se han sumado tantas. A muchas les da ganas pero dicen que es mucha plata, o quieren hacer otras cosas. Necesitamos poder desear y también poder realizar ese deseo, a veces lo reprimen".
"Me encantaría ver más mujeres. Que se animen, que vengan así somos más, sino una se siente sola. Voy a hacer todo lo que pueda para ayudarlas, así demostramos que tenemos la capacidad para hacerlo", confiesa.
La pilota chubutense vuelve a poner en el centro del debate el deseo y la capacidad de las mujeres para concretar sus metas: "Lo único que nos llevamos cuando dejamos de estar en la tierra es lo que hicimos y lo que disfrutamos. Si uno desea hacer algo, nunca hay que fijarse en el que dirán, o en si vas a ser la única, todo prejuicio hay que dejarlo a un costado. Hay que disfrutar y cumplir con lo que una sueña. Yo soñaba con competir en una categoría nacional, pensé que no se me iba a dar por una cuestión presupuestaria y la edad también, y se me dio, sin pensarlo. En menos de una semana estaba en Viedma para correr en una categoría nacional. Nunca hay que dejar de pelear por esos sueños, importa solo lo que uno quiere, siente y desea", concluye.