Ambiente

Las ballenas se tragan unos 50 kg de microplásticos al día

El problema de los microplásticos es un mal que aqueja a todo el planeta y quienes lo habitan. Pero las especies que se alimentan de krill son las más afectadas porque a su vez, este pequeño crustáceo, también ingiere microplásticos.

Las ballenas son los animales más grandes que habitan la tierra, por lo tanto, su ingesta diaria de microplásticos es muy grande. Investigadores de la Universidad de Stanford en California (EE. UU.) así lo confirmaron, la cifra asciende hasta a 10 millones de piezas pequeñas de plástico cada día.

El estudio fue realizado con datos recabados sobre la concentración de microplásticos tanto en el Pacífico Norte como en las zonas donde se alimentan las ballenas.

Los científicos observaron los datos recopilados de casi 200 ballenas azules, de aleta y jorobadas etiquetadas que estaban equipadas con dispositivos de seguimiento.

Comer plásticos sin quererlo

La forma en que se alimentan las ballenas hace que traguen kilos y kilos diarios de microplásticos sin quererlo. El sistema que utilizan para la ingesta de alimentos es el de filtración, mediante unas placas con barbas erizadas que le permiten tamizar, cribar o atrapar el krill y otros pequeños peces.

Mediante este estudio, los investigadores descubrieron que las concentraciones más altas de microplásticos se encontraban a profundidades de 50 a 250 metros. Esa es la zona donde las ballenas suelen alimentarse de krill, especie que a su vez también consume microplásticos. Esta situación convierte a la ballena en la especie marina más vulnerable a la contaminación por plásticos.

Los cálculos realizados estiman que las ballenas azules estarían consumiendo aproximadamente 10 millones de piezas de microplástico al día, mientras que las jorobadas podrían ingerir hasta 4 millones.

Las cifras podrían ser aún mayores para los cetáceos que se alimentan en aguas más contaminadas como el mar Mediterráneo.

El krill digiere microplásticos

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También se descubrió que casi todos los microplásticos que consumen las ballenas provienen de su alimentación, y no así de los enormes volúmenes de agua de mar que tragan mientras los capturan.

"Necesitamos más investigación para comprender si el krill que consume microplásticos se vuelve menos rico en aceite y si los peces pueden ser menos carnosos, menos grasos, todo debido a que han comido microplásticos que les da la idea de que están llenos", explicó Shirel Kahane- Rapport, autor principal del estudio que trabajó en la investigación como estudiante de doctorado en el Laboratorio Goldbogen en Stanford.

"Si las zonas están llenas de presas pero no son nutritivas, es una pérdida de tiempo, porque han comido algo que es esencialmente basura. Es como entrenar para un maratón y comer solo caramelos", continuó Kahane-Rapport.

La mayor parte del microplástico ingerido por las ballenas proviene de fibras semisintéticas de ropa, muebles, cuerdas y otros materiales. A los investigadores les preocupa que, aunque la ingestión de plástico es pequeña en comparación con la cantidad que comen los animales, aún podría tener un impacto tóxico.

"Podría estar raspando los revestimientos de su estómago. Podría ser absorbido por el torrente sanguíneo o podría pasar a través del animal. Todavía no lo sabemos", dijo Kahane-Rapport.

Ecoportal.net