Patagonia

¿Cuándo se produjo una toma de posesión chilena del Nahuel Huapi?

Por Adrián Moyano

Corrió por cuenta de un médico alemán que, a sus 24 años, se radicó en el vecino país. Con su expedición, cruzó la cordillera por el viejo Camino de las Lagunas y llegó hasta península San Pedro.

Aunque oriundo de Renania (Alemania), Francisco Fonck se radicó en Chile a sus 24 años y se identificó fuertemente con su lugar de acogida, a tal punto que lamentó expresamente que los sitios que exploró en el Nahuel Huapi en 1856 no se incorporaran a la jurisdicción del país vecino. Adjudicó la supuesta pérdida a la actitud de los gobiernos que sucedieron al de Manuel Montt.

El médico integró una expedición junto con Federico Hess en 1856, cruzó la cordillera por el antiguo Paso de las Lagunas y bajó al lago a la altura de Puerto Blest. Precisamente, fue Fonck quien impuso a este sitio tan hermoso su denominación. Juan Blest era por entonces el intendente de Llanquihue, la provincia chilena aledaña del otro lado de las montañas. Luego, el grupo llegó hasta península San Pedro, nombre que también se debe al alemán-chileno.

Como los fuertes vientos cordilleranos impidieron que la pequeña embarcación siguiera adelante, aquel paraje fue el más oriental del periplo, ya que después de recorrerla, los expedicionarios decidieron retornar. Después de tres días de espera, "finalmente una mañana antes de salir el sol, nos pudimos embarcar. Dejamos clavada en la playa del mismo puerto la banderita chilena como símbolo de la posesión de Chile y recuerdo de nuestro avance", consignó Fonck en su diario de viaje.

Casi cinco décadas después, escribió el viajero: "A pesar de los esfuerzos hechos posteriormente por Cox y por mí, a consecuencia de la indiferencia con que los gobiernos sucesores de D. Manuel Montt miraron a la Patagonia, nuestra toma de posesión no se radicó: por el tratado de 1881 este región y casi toda la Patagonia ha pasado al dominio definitivo de la República Argentina, consumándose la cesión por parte de Chile de un vasto territorio".

En rigor, nadie puede ceder aquello que nunca poseyó, más allá de las declaraciones unilaterales. Como vimos hace poco en El Cordillerano, Guillermo Cox siguió los pasos de Fonck en 1862-1863 y naufragó en los rápidos del Limay, frustrándose así su intención de arribar a Carmen de Patagones por vía fluvial. Los náufragos encontraron incómodo asilo en las tolderías del lonco Paillacán, padre del célebre Foyel. Estos espacios territoriales no estaban vacíos, pero no había presencia chilena ni argentina.

Con el eurocentrismo predominante en aquellos tiempos, Fonck escribió: "Como fui el primero que hiciera una entrada a esas tierras de ultramar, su pérdida me ha afectado más de cerca que persona alguna, dejando en mi ánimo un recuerdo doloroso, ya que la aspiración de mi juventud, de verlas prosperar bajo el amparo de Chile". En realidad, los cruces de la cordillera en una y otra dirección son muy antiguos: datan de 7800 años antes del presente y adquirieron intensidad 1400 antes de las andanzas del alemán-chileno.

Cuando Cox navegó por el Nahuel Huapi en 1863, no plantó ninguna bandera, pero hubo una expresión de afirmación chilena similar. Cuando el grupo constató que había dado con "la boca" del río Limay, "Lenglier, a pesar de su nacionalidad, exclamó: ‘viva chile'", según consignó su jefe. Se trataba de Enrique, un hombre de origen francés que, en el curso de los acontecimientos posteriores, se revelaría como un gran fumador.

Volvamos a Fonck y a la bandera que dejó en península San Pedro que, previamente, había surcado las aguas del Nahuel Huapi. "No fue sin emoción que plantamos en la popa de nuestra modesta embarcación la bandera chilena, con que la señora Jertrudis Maus de Hess, esposa de Fernando Hess, digna matrona que le sobrevive, había contribuido para nuestra expedición: como colonos alemanes recién avecindados en Chile nos consideramos muy favorecidos por el alto honor de llevar la bandera de la naciente República por esas aguas que habían conocido solo la de la Metrópoli".

Hess había fallecido en 1878, un año antes de la Campaña al Desierto. Su compañero publicó los escritos que traemos a colación en 1900, como notas al pie de su obra sobre los viajes de fray Francisco Menéndez. Pero cometió un error: España nunca ejerció dominación colonial sobre el Nahuel Huapi y sus espacios adyacentes. Ni las esporádicas expediciones esclavistas ni la corta vida de la misión jesuítica pudieron lograr ese cometido.

Fuente: El Cordillerano