Cultura

Poetas de dos lenguas: Oralitura, militancias y recuperaciones de la memoria

Por Liliana Ancalao*

Los árboles caminan, los arroyos murmuran, la lluvia es una hermana a la que se espera, no son imágenes retóricas para los escritores contemporáneos indígenas, es la descripción de su mundo. Mundos que viven o superviven, invisibles, inaudibles para quienes los desconocemos, mundos en recuperación hoy, en un proceso de militancia de la memoria que abarca más que lo literario. Eduardo Galeano, en Las venas abiertas de América latina, nos da una cifra que nos acerca a la inmensa tragedia que significó el desembarco de Cristobal Colón en 1492 y la depredación humana que le siguió a este evento. "Los indios de las Américas sumaban no menos de setenta millones y quizá más, cuando los conquistadores extranjeros aparecieron en el horizonte; un siglo y medio después se habían reducido, en total, a sólo tres millones y medio" (Galeano 1971:58-59).

De 70 millones a 3 millones en un siglo y medio

Cada vez que conozco a un escritor originario, cuando lo veo y lo escucho luego, en la presentación de su obra en el escenario, miro su rostro, su cabello, la vestimenta que ha elegido para mostrarse en esta ocasión, sus adornos, los diseños de sus tejidos. Escucho la cadencia de su idioma originario. Pienso: este mundo que me muestra es un mundo superviviente.

Pienso en los sesenta y siete millones que ya no estaban en 1642. ¿Cuántas lenguas, cuántos mundos fueron exterminados?

Esta producción artística actual de escritores en lenguas indígenas, justamente, no puede considerarse una continuidad de lo que se conoce como literatura precolombina, porque hubo un corte en la vida de los pueblos y en la transmisión cultural de sus bienes.

Al exterminio de la conquista siguió el de la colonización y la imposición de la cultura occidental y cristiana. Los estados nacionales aportaron con la invisibilización, el silenciamiento, el avergonzamiento; con su complicidad con los latifundistas y los negociados inmobiliarios para despojarnos de los territorios.

Ahora son las mineras, las forestales, las hidroeléctricas que no tienen banderas. Miguel Rocha Vivas (2012:28) en "Palabras mayores, palabras vivas" refiriéndose a la visibilización de escritores indígenas contemporáneos, historiza "... generaciones notables son las que irrumpen en Chile, Perú y México en los 80 del siglo XX. En Colombia, la última década del XX es el momento clave de la irrupción de una generación diversa que llegó a publicar sus obras literarias indígenas en español."

Yo creo que 1992, cuando se cumplieron los 500 años del Genocidio, fue un hito en la historia de los pueblos originarios de Abya Yala, una fecha en la que latimos al unísono, para sacudirnos del cuerpo el discurso que pretendieron imponernos: celebración del encuentro de culturas. Fue una provocación.

Y quienes ya nos reconocíamos artistas, nos paramos en nuestra identidad originaria para responder y crear belleza.

Seleccioné dos poemas, de autores que publicaron sus obras bilingües, en la lengua originaria y en la lengua impuesta, para dar cuenta, a partir de su lectura, de algunas características de estas actuales literaturas de los pueblos indígenas americanos.

Comienzo con un poema de Hugo Jamioy (2014), poeta del pueblo kament sá, que vive en la actual Colombia:

Tonday chiatayán, nÿe sënjenojuabó

Taitábe uchanëshañ chë plumushangac

sënjenojuabó, botaman shloft¨s tojobaniyec;

chë Taitá at¨sbent¨san bënoc endanan

tonjobeconá y ¨sonjauyán:

at¨s ndoñ cheyatóba.

sënjonÿen tsenëguëngbe luaroc

jtsetat¨sëmbuam nt¨sam bejuabnayan.

Chent¨sán tontsatoñ.

No dije nada, sólo pensé

Esas plumas que lleva el Taita en su corona

me hicieron pensar en la muerte de un Guacamayo;

el Taita que caminaba distante de mí

se acercó y me dijo:

yo no lo maté

lo recogí en el salado de los loros

fue mi ofrenda

para adquirir el poder de adivinar el pensamiento;

luego se marchó

El camino de regreso al origen implica para nosotros reconocer que ignoramos mucho de la propia cultura, en este poema de Jamioy hay un breve relato de una situación de aprendizaje que comienza con un cuestionamiento que no se dice en voz alta, el poeta piensa lo que podríamos enunciar así: ¿cómo el Taita, autoridad espiritual de mi pueblo, va a matar un guacamayo para usar sus plumas de adorno?

La respuesta que recibe el aprendiz directamente del Taita es una "revelación", porque al mismo tiempo que responde a la pregunta que el aprendiz pensó (no dijo), le demuestra un poder recién adquirido: el poder de adivinar los pensamientos

La dimensión espiritual de los pueblos originarios ligada al respeto de todos los seres que habitan la tierra, el reconocimiento del poder de las autoridades espirituales, el uso de un vocabulario propio de los rituales propiciatorios, son temas comunes a estas producciones poéticas. Lo mismo el uso de los verbos de la oralidad: decir, cantar, conversar, vinculados a las situaciones de aprendizaje, de acercamiento al conocimiento. Si aparecen verbos ligados al uso de la palabra escrita y a su lectura, casi siempre es para cuestionarlos.

El segundo poema que voy a presentar es de Mikeas Sanchez (2018:8), una poeta del pueblo zoque que vive en el actual México, de una serie de poemas titulada Kokipsu'y pünajkuyisñye' / Meditación al nacimiento, voy a leer el poema 5:

Mojsay'

Ja' natzützi

äj' sis'omo ijtu'na ujxan Piogbachuwe'

ijtyajpajse' tza'momo te' ori' teserike te' wetsendam

Ja' purätzi Adan'is tya'a'omobä

ja' kana'ajätzi

jinde'na äj' näyi Miagdalena'

wiyun'sete kojtayajubä' äj' da'a'kämä mujabä' krux'

wiyunsere'na ijtubä' äj' dsejke'kämä masan'doto'

teje' ngäwänutzi' äj' oma' äj' näyi'

Cinco

Pero no tuve miedo

algo de Piogbachuwe' habitaba mi carne

como habita la lechuza y la comadreja en el bosque

y nunca salí del costado de Adán

ni fui estatua de sal

ni Magdalena

y aunque una enorme cruz se encajó entre mis ingles

y las sagradas escrituras abanderaban mi vientre

guardé intactos mi olor y mi nombre.

Seleccioné este poema para hablar de la actualidad de los temas que plantean en sus obras los autores, este poema puede leerse en clave de denuncia por la imposición de la religión cristiana sobre los pueblos sí, pero hay en él aún más: evidencia la voz femenina, la de quien ha sufrido la violencia patriarcal de esa religión y encuentra en su identidad originaria, en la espiritualidad de su pueblo, la fuerza para rebelarse y mantener la autonomía.

El desenmascaramiento de las operaciones discursivas coloniales para la imposición, el silenciamiento y el despojo, son también parte de la propuesta de estas literaturas. En este sentido propongo que nos acerquemos a las elecciones de traducción que la poeta ha hecho en ambas lenguas: la lengua zoque y la lengua española, por supuesto, nuestra lectura tendrá la limitación del desconocimiento de la lengua originaria de Sánchez.

En la versión en español se visibiliza prontamente la palabra en el idioma zoque, que no ha sido traducida al español: Piogbachuwe', probablemente una deidad, un espíritu hecho carne en la poeta, que no necesita más traducción que su vinculación con lechuzas y comadrejas, animales identificados con nombres femeninos en el idioma castellano. Piogbachuwe', palabra en mayúscula en el idioma zoque que queda plantada como una bandera de reivindicación en el poema.

En la versión en el idioma originario zoque se destacan también las palabras que no han sido traducidas (puede notarse, sí, una zoqueización de las palabras, un acomodamiento de las palabras a los sonidos usuales del zoque) estas palabras son Adan' Miagdalena' krux', son palabras que reconocemos como propias de un discurso religioso, son símbolos de una cultura y la estrategia de la autora ha sido mantenerlas como extranjeras para subrayar que nunca les permitió el ingreso a su mundo simbólico religioso, femenino y zoqe.

En el uso de las dos lenguas, se plantea no sólo la reivindicación de los idiomas que fueron estigmatizados, sino también la imposibilidad de la traducción cultural en algunos aspectos. No todo es traducible, pero también, intencionalmente puede no haber intento de traducción.

Yo tuve acceso por primera vez a la producción literaria contemporánea de los pueblos originarios de América en el año 1997, cuando Elicura Chihuailaf, poeta de mi pueblo mapuche, me invitó a Ngulu Mapu (el Wall Mapu o territorio mapuche ocupa el lado este de la cordillera, el Puel, y el lado oeste el Ngulu Mapu) al Taller de escritores en Lenguas Indígenas de Suramérica que se realizó en Temuco. Allí me encontré con poetas y narradores originarios de los actuales México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Chile (yo fui por Argentina) y sus publicaciones bilingües. Y también tomé conocimiento de esta denominación "Oralitura" que proponía Chihuailaf. Silvia Mellado en "La morada incómoda" recupera el momento en el que surgió este nombre. Explica Chihuailaf:

"En una charla con Jorge Miguel Cocom Pech, otro escritor de origen maya, en los años 90, atisbando respuestas me di (nos dimos) cuenta que en mi infancia había sido habitante de la oralidad, pero que a pesar de haber regresado a mi comunidad ya no era parte de esa oralidad pues me había acercado a la literatura sin haber accedido verdaderamente a ella; me di cuenta que entonces era habitante de un espacio no nombrado que podría llamarse "oralitura" (entre la oralidad y la escritura)

Un espacio lleno de las susurrantes y potentes voces- cuentos/cantos/consejos/ruegos- de mis Mayores y Antepasados, mas también con las resonancias de las voces de las y los narradores y poetas universales...

Así continúo vislumbrando mi condición de "oralitor" y dándole contenido al concepto de oralitura; contenido que es distinto al concepto (que años después supe) fue acuñado en los años 80 por antropólogos estadounidenses en Africa (Mellado 2014:160).

Personalmente, adhiero al uso de esta palabra, Oralitura, porque señala una diferenciación, desde el nombre, entre lo que fue la literatura oral de nuestras culturas desenvolviéndose en contextos autónomos y la literatura actual. Yo me permito pensarla como la fusión de las palabras Oralidad y Literatura.

El contexto de producción de Elicura Chihuailaf y de Jorge Cocom Pech no es igual al de todos los escritores originarios contemporáneos, y aunque esta palabra surgió de sus experiencias personales, el concepto que plantea está abierto para que sigamos llenándolo de contenido.

Los y las autoras originarios suelen escribir en las dos lenguas: su lengua materna y la lengua impuesta. De acuerdo a la fragilidad o vitalidad de su lengua indígena, escribirán primero en ésta y luego traducirán, o bien escribirán en la lengua impuesta y traducirán a la lengua originaria.

Es probable también, que sólo puedan escribir en la lengua colonizadora y estén en el camino de aprender su lengua madre. Tal es el caso de algunos y algunas poetas del Puel Mapu.

Quisiera cerrar esta presentación con la lectura de un texto que me parece apropiado para hablar de la memoria en el día de hoy 12 de octubre de 2019. Lo escribí como oralitora de Puel Mapu Wall Mapu, sintiendo y pensando como mapuche, escribiendo en el idioma castellano y también con palabras en mapuzungun que fueron ocupando naturalmente, su lugar en el escrito.

Para que drene esta memoria

Escribo para recordarme quién soy, porque yo nací sin saber quién era.

Escribo por respeto a los kongen, los dueños del agua, que me llegaron en la voz de mi abuela Roberta Napaiman y esa vez el ngen1 era un caballo que asomaba su cabeza en la laguna de Cushamen, el temor nos nacía escuchando este relato e impedía nuestros juegos en la orilla.

Escribo para recordar a los kuifikecheyem, a los antiguos que antes eran niños y cruzaban los ríos torrentosos aferrados a la cola de un caballo.

Escribo porque así me alivio un poco, como mis ojos se alivian cuando miro lejos porque ser Ankalaufken es estar en la mitad del mar o en la mitad del lago, esa planicie extensa de mi sangre nampulkafe, que arrancó desde el Pacífico hasta el Atlántico y se instaló en la precariedad de un trato con el winka, desde donde fue desalojada.

Escribo para convencerme de que por eso vivo en Comodoro Rivadavia, lugar desde donde miro el mar y sus aguas que a veces son de plata, y otras, aguas ensuciadas.

Escribo porque aun así los machi han visto, en el pewma, al ngen de este mar.

Escribo para que vuelva a brotar esa memoria.

Escribo para preguntarme cuántos loteos y caminos se construyeron en esta orilla Puel tapándole la boca a las máquinas que removieron los huesos enterrados miles de años hace.

Escribo por los muertos descarnados por Francisco Pascasio Moreno y expuestos en el Museo de Ciencias Naturales como trofeos del despojo, 134 años hace.

Escribo entonces para que no quede impune el nombre de tantos asesinos.

Entonces digo Rauch el prusiano que nos pasó a degüello para ahorrarle balas al presidente Rivadavia, digo matanza y Rosas llegando al Choele Choel, digo rangos militares generales coroneles terror y winka bárbaros que violaron a las mujeres, fusilaron a los prisioneros y comenzaron el reparto de los niños y las mujeres como esclavos antes de Julio Argentino y su foto en el billete de cien pesos.

Y agrego al Roca Julio: Rudecindo y Ataliva y me vienen al estómago los nombres de Sarmiento... Villegas...Levalle...Winter... Racedo... Uriburu... Laciar.

Escribo porque escapando del horror huyó mi gente más al sur más a la cordillera abandonando su vivienda, la siembra y su cosecha, los animales.

Escribo porque quiero recordar a los niños que se salvaron tapados con un cuero y a los que en el fragor de la huida se cayeron del caballo y no estaban con sus padres cuando ellos se detuvieron y no encendieron un fuego para que no los divisaran los soldados.

Escribo porque a todos los aprisionaron y los arrearon como si fueran animales, cientos de kilómetros, y abandonaron a algunos en el camino los dejaron desangrándose después de caparlos o después de cortarles los garrones.

Escribo para descubrir sus rostros cubiertos de lágrimas y sangre de los golpes, de la salpicadura de los cortes en su carne, de la tierra del largo transitar de los arreos.

Liliana Ancalao 119

Y escribo para que haya un mapa que registre este genocidio.

Escribo para no olvidar a los que murieron en altamar, hacinados y enfermos en los barcos que los llevaban a los puertos del desmembramiento de la familia que aún nos quedaba, escribo porque la desesperación tiene quejido llanto y gritos.

Escribo porque no sabían su destino hasta que llegaron a los campos de concentración, a las estancias, a los ingenios azucareros, a los yerbatales.

Escribo porque no soy un ñanko que pueda sobrevolar esta miseria.

Escribo por los torturados por el hambre en los campos de concentración Fortín Villegas, Valcheta, Chinchinales, Malargüe, Rodeo del Medio, Villa Mercedes, Tigre, Isla Martín García.

En esa isla fue el abandono de los enfermos de viruela.

Escribo por los parientes de los que no se supo más, desterrados a Rosario, a San Miguel de Tucumán, a Río Cuarto, a Córdoba, al Ingenio San Juan, por los esclavizados por Rufino Ortega en Mendoza y por Rudecindo Roca en Misiones.

Escribo para resguardarme de la muerte que me ronda cuando no sé qué hacer con su cansancio, con su pena, con sus ganas de no vivir más.

Escribo para que drene esta memoria. 

Escribo porque ya aprendí la derrota y sé que derrotada aún se escribe, para dar vueltas alrededor de los eventos y poner un nombre a lo que no tenía nombre.

Escribo por los que enloquecieron a la vista del asesinato de sus hijos, por los niños a los que dejaron morir de hambre y de sed, por los niños apropiados.

Escribo por los que fueron arrancados de sus nombres y condenados a ignorar su kupalme.

Escribo para recordar el nombre de nuestras fuerzas, para restituir su poder sobre religiones ajenas, para que su dios juzgue al obispo Aneiros a los curas testigos del horror que no dijeron nada.

Escribo para que esta memoria no se estanque 120 Primer Encuentro Internacional de Lenguas y Literaturas Indígenas de América del Sur

Escribo porque no soy el Nahuel que consoló y acompañó a los que pudieron escapar de los horrores, no soy luan o choique para alimentarlos.

Escribo para que fluya esa memoria para que vuelva a ser un solo río con la memoria reciente.

Escribo entonces por los pedazos del territorio devueltos por el nuevo estado como si fueran limosna, por los desalojados de esos campos porque los ricos siempre supieron manipular sus leyes.

Escribo por aquellos a quienes los estancieros les corrieron el alambrado hasta dejarlos sin agua, sin pasto para los animales, sin leña, y finalmente los echaron del lugar al que se aferraban con todas sus uñas, su corazón y su esperanza.

Escribo por los estafados por el winka que mentía los números en su libreta de ramos generales, por los que pagaron con su campo esa deuda fraudulenta y se quedaron sin nada.

Escribo por los niños a los que silenciaron el mapuzungun de sus bocas en las escuelas civilizadoras y evangelizadoras.

Escribo por los asesinados en las comisarías de las ciudades, tan jóvenes que no tuvieron tiempo de conocer su origen, muertos por portación de barrio, de rostro, de apellido.

Escribo por y Rafael Nahuel y Camilo Catrillanka muertos por la espalda por el grupo Albatros y por el comando Jungla, respectivamente, asesinados por recuperar esta memoria aferrada al Wall Mapu, al idioma de sus fuerzas.

Escribo por los machi condenados a alejarse de su rewe y su lawen, encarcelado su newen para que puedan avanzar las garras de las forestales, las mineras, las hidroeléctricas, destruyendo lo que aún nos queda.

Escribo por temor a que los ngen de las montañas de los cerros de las piedras de las aguas se cansen de esta prolongada herejía y nos abandonen.

Escribo porque los ngen aún están vivos los taülles y su idioma el sonido del kultrun el ciclo de la mapu y de las lluvias.

Escribo para saber de qué muerte y de qué vida vengo y sobrevivo.

*LILIANA ANCALAO nació en Comodoro Rivadavia en 1961. Sus orígenes en Puel Mapu Wall Mapu se remontan al tiempo en que sus bisabuelos cruzaban la cordillera como si fuera un puente, sin los límites impuestos por los estados de Argentina y Chile. Pertenece a la comunidad mapuche-tewelche Ñamkulawen y es aprendiz de su lengua materna. Es profesora en Letras, por la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Poeta e investigadora. Jubilada en la docencia de escuela secundaria. Coordinó un ciclo de Arte Popular en los barrios. Integra los colectivos artístico- culturales "Peces del desierto", y "Trovadores Patagónicos". Como parte de la comunidad Ñamkulawen, promueve actividades de fortalecimiento cultural y Experiencias de Educación Autónoma mapuche.

Publicó: Tejido con lana cruda (2001), Mujeres a la intemperie-puzomowekuntumew (2009), ambos, poemarios, reeditados en 2010 por El suri porfiado en Argentina; el libro de ensayos y poesía Resuello-neyen (2018) editado por Los libros de la Marisma en España y Rokiñ. Provisiones para el viaje (Ediciones Espacio Hudson, 2020). Ha publicado artículos para revistas culturales. Su obra ha sido traducida al inglés y al francés.

Integra, entre otras, las antologías "Taller de escritores. Lenguas Indígenas de América" (1997, Temuco, Chile), "La memoria iluminada. Poesía mapuche contemporánea" (2007, Málaga, España), "Mamihlapinatapai, poesía de mujeres mapuche, selknam y yámana" (2010, coedición Desde la gente y CCC), "Kümedungun-kümewirin antología poética de mujeres mapuche siglos XX-XXI" (2011 LOM Ediciones, Chile), "Patagonia, canto y poesía" (2014, CD editado por Registros de cultura), "Poética de la Tierra" (2014, Revista Prometeo N° 100, Medellín, Colombia)."La frontera Móvil" (2015, Ediciones Carena, Barcelona, España) y "Once poetas argentinos" (2018, editada por IDARTES y la Alcaldía Mayor de Bogotá, programa Libro al Viento, Colombia), "Zoque, maya kaqchikel, guaraní, mapuzungun" (2018, Los libros de la imperdible/amordemisamores/editorial yaugurú, Uruguay), Patagonia literaria IV y VI (2018 y 2019, Fines del Mundo- estudios culturales del cono sur, Alemania)

En Febrero de 2018 ha sido tapa de la revista "World Literature Today" e invitada especial del programa televisivo ‘Susurros y Altavoz' (emitido en mayo de 2018 por el Canal Encuentro).

Ha sido invitada a encuentros de escritores de pueblos originarios; últimamente: ‘V Encuentro Continental Intercultural de Literaturas Amerindias: Escrituras Propias, extractivismos y cantos de aves' 25 al 29 de Abril de 2018, Pontificia Universidad Javeriana, en Bogotá. Colombia y ‘III Encuentro de Literaturas en Lenguas Originarias de América' en el marco de la XXXII Feria Internacional del libro en Guadalajara, 18 de diciembre de 2018, Universidad de Guadalajara, México.

Ha sido invitada como conferencista de su obra a ‘First Nations Lectures, Inspired Resistance: The Poetry of Liliana Ancalao and First Nations In Dialogue: Cherokee and Mapuche Perspectives' 21 y 22 de marzo de 2018, Furman University, en Greenville, Estados Unidos y a ‘Cono Sur Im Interdisziplinären Fokus, Patagonien-Wallmapu, Repräsentation und Konstruktion Kultureller Identitäten', noviembre de 2018, por Friedrich-Schiller Universität a Jena, Alemania.

Asistió como invitada al VIII Congreso Internacional de la Lengua Española en Córdoba, Argentina, en Marzo de 2019 (mesa de poesía en lenguas originarias)

Desde 27 de Enero a 07 de Febrero 2020 fue Glasgow Visiting Writer en la Facultad de Lenguas Romances de la Universidad Whashington and Lee de Lexington, en Virginia, Estados Unidos.

1. Pequeño vocabulario: kongen "dueños del agua", kuifikecheyem "antiguos, abuelos", kultrun "instrumento ritual", kupalme "origen familiar", lawen "medicina", luan "guanaco", machi "autoridad espiritual", mapu "tierra", mapuzungun "lengua mapuche", nahuel "tigre", nampulkafe, newen "fuerza espiritual", "viajero", ngen "dueño", ñanko "ave de implicancia espiritual", pewma "sueño", Puel "Este", rewe "centro ceremonial", taülles "canto de linaje, su plural castellanizado", Wall Mapu "territorio mapuche", winka "extranjero".

Referencias

Galeano, E. 1971. Las venas abiertas de América Latina. México: Siglo XXI.

Jamioy, H. 2014. "Tonday chiatayán, nÿe sënjenojuabó", en: VI Festival de Poesía Las Lenguas de América

Carlos Montemayor. Disponible en: lenguasdeamerica.blogspot.mx

Mellado, S. 2014. La morada incómoda, estudios sobre poesía mapuche. Neuquén: Universidad Nacional del Comahue.

Rocha Vivas, M. 2012. Palabras mayores, palabras vivas. Tradiciones mítico-literarias y escritores indígenas en Colombia. Premio nacional de investigación en literatura. Colombia: Prisa Ediciones.

Sánchez, Mikeas. 2018. Kokipsu'y pünajkuyisñye'/Meditación al nacimiento. Ed. Originarias.

*Texto publicado originalmente en "Lenguas y Oralituras del Sur. Trabajos del Primer Encuentro Internacional de Lenguas y Literaturas Indígenas de América del Sur", Editorial de la Universidad Nacional de San Juan,

San Juan, Argentina, 2022.