Pueblos originarios

De la caravana legendaria de 1870 a la destrucción y el exilio indígena provocado por hidroeléctricas y mineras

Recreación del cruce del Limay que se incluyó en la primera edición del libro de Musters.


Por Adrián Moyano*

En abril de 1870, una caravana que hoy llamaríamos plurinacional, reanudó su marcha hacia el norte. Se conformaba con 250 jinetes gününa küna, aonikenk y mapuche que se dirigían hacia la ruca de Sayweke, por entonces, lonco principal en la llamada Gobernación Indígena de Las Manzanas. Los viajeros iban livianos, no llevaban sus toldos y apenas conducían unos caballos de refresco. Iban a participar de un gran parlamento donde se discutirían importantes asuntos políticos. También formaban parte del contingente "unas cuantas mujeres" que esperaban comercializar cubiertas para toldos, mantas y otros artículos. El tramo final de la aproximación arrancó donde actualmente se erige la pequeña localidad de Pilcaniyeu (Río Negro), unos 70 kilómetros al este de Bariloche.

Integraban aquella caravana personas trascendentes para la historia indígena de la región que, en esos tiempos, solo los huincas llamaban Patagonia. Cabalgaban hacia el sitio del trawün (encuentro) los loncos Foyel y Quintuhual con parte de su gente; también estaba allí Hinchel o Sinchel, autoridad de los gününa küna (tehuelches del norte). Varios meses atrás, habían iniciado el periplo las y los aonikenks (tehuelches del sur) que seguían el liderazgo de Casimiro. Con ellos viajaba un marino inglés, George Musters, a cuyo diario se debe la documentación de las alternativas.

Los últimos días antes de la partida fueron poco amigables. Los cazadores no tuvieron mucho que hacer, hubo frío y hasta cayó una nevada. El europeo y sus compañeros de toldo, Casimiro y un chileno de apellido Meña, sólo comieron un piche en dos días. De ahí que la aproximación a Las Manzanas se viviera con particular expectativa, pero para arribar debía la caravana sortear un obstáculo importante: el Limay. La excitación fue in crescendo cuando desde una elevación, viajeros y viajeras pudieron apreciar la cordillera. "A lo lejos, hacia el noroeste había una altísima montaña cubierta de nieve, sobre la cual los rayos del sol poniente vertían una luz de color rosa". Evidentemente, el volcán Lanín.

Uno de los trawün que decidió cerrar las tranqueras a las mineras. Foto: Vanesa Gallardo Llancaqueo.

Ante la inminencia del leufü (río en lengua mapuche), se llevó a cabo una pequeña ceremonia: "al hacer alto, todos los indios se llevaron las manos a la frente saludando al lejano río e invitando al espíritu del lugar a que favoreciera nuestra empresa, sobre cuyos resultados había grandes dudas", consignó Musters. En la espiritualidad mapuche, se llama ngen al guardián o dueño de determinado espacio natural. Con el ngen del Limay se comunicaron aquel atardecer, para que el cruce fuera propicio. Obviamente, la gente gününa küna y aonikenk lo hizo en sus propios términos. Aunque trabajoso, el cruce se llevó a cabo al día siguiente sin contratiempos y recibieron a las y los recién llegados, conas de Inakayal, que por entonces tenía sus tolderías en la margen izquierda del Limay. Las dubitaciones que magnificó el europeo no pasaron a mayores y el trawün arrancó con éxito una jornada después.

Saludar a Punalka

Para la cultura mapuche, la voz traytrayko alude a un rápido o cascada de poco declive, donde el rasgo definitorio es el fuerte sonido que produce el agua al avanzar y golpear las rocas del lecho. En algunos ámbitos de su vastísimo territorio, se piensa que en determinados traytraiko reside Punalka, nombre que recibe el ngen o guardián del río que se trate. Muy probablemente, las y los mapuches que integraban aquella caravana de 1870, saludaran y pidieran permiso a Punalka para atravesar los rápidos de manera venturosa.

Onganía y el ataque al Limay

Sobre ningunas de estas consideraciones estaban al tanto o se interesaron los militares de la llamada Revolución Argentina, sucesión de dictaduras que tuvieron a Juan Carlos Onganía como figura preponderante. Durante su presencia en la Casa Rosada, se concibió la idea de aprovechar hidroeléctricamente el río Limay. Después de El Chocón (1973) y Alicurá (1984), 30 años atrás se terminó con la puesta en marcha de la represa Piedra del Águila, que, en términos de quienes saludan a Punalka, asestó un golpe de muerte al histórico curso de agua. Tampoco repararon quienes diseñaron el "aprovechamiento hidroeléctrico" en que el embalse debía inundar 9.400 hectáreas que formaban parte de la reserva indígena Pilquiniyeu del Limay, en jurisdicción de la provincia de Río Negro.

Entre los protagonistas de las nuevas resistencias, están quienes soportaron a Hidronor. Foto: Vanesa Gallardo Llancaqueo.

Cuando el proceso estaba por llegar a su fin, el gobierno provincial decidió intervenir ya que buena parte de las tierras a inundarse eran formalmente fiscales. Acompañó los acontecimientos la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), que hacia 1996, elaboró un informe sobre el trauma que significó para la comunidad mapuche directamente afectada. Según su racconto, "el paraje Pilquiniyeu, asiento del centro comunitario antes de ser alcanzado por las aguas, era el mejor comunicado y el más concurrido por pobladores de otros parajes y externos a la reserva". A pesar de que estaba reconocida desde 1972, "26 de sus 110 familias enfrentarían el drama de la relocalización compulsiva y el desarraigo forzoso".

Para concretar la desagradable mudanza, el gobierno rionegrino tuvo a disposición desde 1989 tierras de la estancia María Sofía. Aunque "con retraso se inició la apertura de caminos y la construcción de viviendas y de la aldea, previéndose que para la primavera de 1990 se concluyese el traslado de las familias, sus bienes y equipamiento comunitario". Pero la crisis económica nacional que se profundizó en 1989 generó nuevos inconvenientes y otros factores sumaron imprevisión a los hechos. "Fue así que se efectivizó la relocalización pastoril con anticipación a lo programado: forzados por una prolongada sequía que produjo mortandad de animales y bajas pariciones, seguida luego por aluviones que deterioraron el valle en el que habitaban, varias familias trasladaron de inmediato sus animales a las tierras de la estancia, con el fin de obtener una rápida recuperación del ganado en pastizales de muy buena calidad".

Tránsito dramático

Según la recapitulación de la FLACSO, "la espontaneidad del traslado modificaba la programación respecto al reasentamiento de la población y sus pertenencias, pero la iniciativa de los propios pobladores daba solución a una coyuntura desfavorable y a la vez disminuía la incertidumbre, al materializarse su mayor aspiración: la ocupación efectiva de las nuevas tierras". No obstante, "los efectos positivos del traslado espontáneo no fueron suficientes para superar la dramaticidad del tránsito por esta situación".

Es que "demandó mayor sacrificio personal y familiar al producirse en una época del año de extrema rigurosidad climática y sin contar todavía con las adecuadas condiciones de habitabilidad". El procedimiento finalizó en septiembre de 1993. 30 años más tarde, turistas quizá desprevenidos o desprevenidas hasta detienen su vehículo cuando se aproximan a Bariloche desde el norte, para fotografiar la gran extensión de aguas azuladas que sepulta historias y genera desgarros entre las familias mapuches de Pilquiniyeu del Limay, apenas tres generaciones después de la Campaña al Desierto.

En 2021, la voracidad minera

En 2021, el apetito siempre insaciable del capitalismo volvió a perturbar la vida de la comunidad. Su territorio está bajo amenaza por las autorizaciones que el gobierno de Río Negro concedió a la minera Ivael Mining SA, interesada en realizar exploraciones. Se trata de una compañía de origen australiano que tiene domicilio fiscal en la provincia de San Juan. Cuando su personal merodeó por los campos, volvieron los trawün y después de las deliberaciones, unas siete comunidades adoptaron la determinación de "cerrar las tranqueras" ante las aspiraciones de la corporación. Algunas y algunos de los participantes en los debates, son los mismos que aguantaron la prepotencia de Hidronor (Hidroeléctrica Norpatagonia), la empresa que había fundado el dictador Onganía. Muy ancianos y ancianas, no encuentran el sosiego que merecen.

El cruce legendario del Limay

Estudios que se hicieron hacia 1960 determinaron por dónde cruzó el Limay aquella ansiosa caravana mapuche, gününa küna y aonikenk. El geógrafo Raúl Rey Balmaceda se abocó para sus estudios doctorales a rehacer aquel itinerario. En su reconstrucción, halló que la multitud de jinetes atravesó las aguas rugientes "al sur de la localidad de Paso Flores", en particular, "un poco al oeste de la misma, en donde existen unas islitas que facilitan el peligroso cruce". El paraje queda a unos 150 kilómetros de Bariloche en dirección a Neuquén, pero las pequeñas islas están sumergidas debajo del embalse, al igual que siglos y tal vez milenios de historia. Pilquiniyeu del Limay se sitúa bastante al este del antiguo vado, aunque también a la vista del Lanín, hogar del pillan que Parques Nacionales se niega a reconocer como sitio mapuche sagrado. Para volver a escuchar el bramido de Punalka, hay que adentrarse en las intimidades de la cordillera y esforzarse por mantener a flote porfiadas resistencias.

*Periodista y escritor.

Notas

. Sobre el cruce del río Limay en 1870 se puede ampliar en "Vida entre los Patagones. Un año de excursiones por tierras no frecuentadas desde el Estrecho de Magallanes hasta el río Negro", de George Chaworth Musters. La versión de Ediciones Solar (1964) es la que cuenta con estudio preliminar y notas de Raúl Rey Balmaceda.

. Sobre los conceptos de traytrayko, ngen y leufü, se puede consultar "Mapun kimün. Relaciones mapunche entre persona, tiempo y espacio", de Rodrigo Becerra Parra y Gabriel Llanquinao Llanquinao (editores) (Ocholibros 2017).

. El informe de FLACSO sobre la relocalización de Pilquiniyeu del Limay puede bajarse desde http://legacy.flacso.org.ar/uploaded_files/Publicaciones/relocalizacion.de.la.comunidad.indigena.pilquiniyeu.del.Limay.pdf