Sociedad

Se profundiza el miedo irracional a las tormentas

Ese temor es conocido con el nombre de astrofobia y puede disparar síntomas corporales o emocionales con sólo un alerta meteorológico.

Especialistas señalan que el estado de desborde o angustia que provoca un riesgo determinado dispara condiciones de lucha o huida.

Las últimas precipitaciones que inundaron hace un mes las ciudades de Buenos Aires y La Plata dejaron la irreparable pérdida de vidas humanas y objetos materiales, y pusieron de manifiesto una consecuencia invisible que se da ante las catástrofes naturales: la astrofobia.

"Estamos ante un miedo irracional que se expresa en síntomas corporales y conductas emocionales, producto de la vulnerabilidad que causa no haber aprendido correctamente a escapar o enfrentar el riesgo", dijo Roberto Ré, médico psiquiatra y director de Red Sanar.

El especialista explicó: "El estado de desborde o angustia que provoca un riesgo determinado dispara normalmente en todo el sistema neurovegetativo condiciones de lucha o huida".

"O huimos o enfrentamos el riesgo; pero hay personas que no pudieron aprender el mecanismo, lo que las hace vulnerables a la situación y por ende indefensas, y con conductas inapropiadas, incluso la paralización total", dijo Ré, quien está al frente de una red gratuita de grupos socioeducativos que funciona en parroquias y organizaciones no gubernamentales del país y Latinoamérica.

Taquicardia, palpitaciones, ahogo y un sentimiento de temor o ansiedad extrema son algunos de esos síntomas que provoca la astrofobia, también llamada astrafobia, brontofobia o tonitofobia.

Ré explicó: "Hay tratamiento y puede manejarse el cuadro, que es inhabilitante teniendo en cuenta que no sólo aparece en presencia de la tormenta sino anticipadamente, lo que implica una inhabilitación de las actividades sociales de las personas que lo padecen".

Los especialistas coinciden en que "no todos desarrollan trastornos" y que esto depende de "la estructura previa de cada persona".

"Tiene que haber un estado de vulnerabilidad ante situaciones de estrés para que se desarrolle una fobia como la astrofobia. Por eso es común que estén asociadas entre sí como la agorafobia y el ataque de pánico, las más comunes de desencadenarse juntas en una persona", explicó Ré.

Según Ré, el 20 por ciento de la población tiene alguna fobia; la fobia social, que es el temor a exponerse al público, afecta a entre un 15 por ciento y 18 por ciento de la población general; y entre el 9 por ciento y 10 por ciento de las personas sufren agorafobia, que es el miedo a exponerse a lugares abiertos.

Mientras que la claustrofobia, que refiere el temor a los ambientes cerrados, afecta a entre un 3 por ciento y un 4 por ciento de la población.

 

Fuente: Télam