Política

Los ultra jóvenes rompen la política a su manera: entre progres, antisistemas, jóvenes viejos y ni-ni

No siempre encuentran lugar en roles institucionales y partidarios, y hoy impulsan agendas con un activismo más nómade, digital y plural. Ante los imaginarios de la juventud desencantada se erigen juventudes políticas, sensibles y desafiantes. Desde hace ya varios años, los jóvenes aparecen como nuevos destinatarios de los discursos políticos, pero también como enunciadores y actores sociales. Por un lado, reflejan crisis de legitimidad en todos los estamentos, pero además, generan otras formas de participación significativas. El Extremo Sur analizó el panorama actual de este sector y dialogó con Luciana Lago, Doctora en Ciencias Sociales (UNPSJB) e investigadora de prácticas y políticas en clave juvenil.

En cuanto a los contextos electorales, los jóvenes empezaron a cobrar visibilidad en esta elección a raíz de su rol en el apoyo al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, pero ya venían configurándose como destinatarios de campañas desde hace algunos años. En 2013 se sancionó la Ley de Voto Joven, que permitió que jóvenes de 16 y 17 años pudieran votar, lo que aumentó la participación democrática de este sector.

De acuerdo con los datos de las elecciones del 2021, las juventudes de entre 16 y 29 años representan el 27% del electorado, es decir, 9.133.475 electores.

Este año, se registró un aumento significativo, con 14.326.174 votantes (entre 16 y 35 años), representan más del 40% del padrón electoral.

Shila Vilker, de la consultora Trespuntozero, establece cuatro categorías para las juventudes en tanto electorado: 1) los antisistema (que están interesados en la política pero rechazan a la dirigencia, 2) los "progres" (que impulsan agendas de Derechos y activismos políticos, más en línea con el kirchnerismo o la izquierda, 3) los "jóvenes viejos" (quienes recuperan la tradición política de padres o abuelos) y 4) los "ni-ni" (los desencantados con todo partido y forma de movilización).

Cada una requiere estrategias de comunicación diferenciadas, y los espacios muchas veces se dirigen a una u otra clase como su grupo homogéneo en lugar de hablarle a una juventud diversa.

Esto ha motivado que tanto los candidatos como quienes ejecutan políticas de Estado comenzaran a mirarlos más detenidamente, con propuestas desde lo político-estatal que incentivan proyectos de derechos sociales, educativos, inserción al mercado laboral y desarrollo productivo ("La percepción democrática de las juventudes", Jefatura de Gabinete - Argentina Futura - FLACSO, 2023).

El informe de Argentina Futura advierte que si bien hay un consenso amplio sobre la conciencia democrática y la participación, también hay un sector significativo que expresa preferencia por regímenes más bien autoritarios. ¿La razón? Muchos parecen no sentirse escuchados por las instituciones que los representan.

"Por otro lado, en su mayoría los y las jóvenes señalan poca escucha de parte la dirigencia, indignación porque el Estado no pueda resolver cuestiones específicas teniendo a disposición los recursos, sumado a la frustración ante la repetición de ciertos conflictos y problemáticas de manera sistemática. En este sentido, los políticos figuran como los principales responsables de que las cosas sigan funcionando de la misma forma. En muchos casos se considera que son todos lo mismo o que se trata de elegir el mal menor, que son personas corrompidas por el poder y que para ocupar esos lugares hay que ser corrupto en mayor o menor medida", agrega.

La juventud post-pandemia

Para Luciana Lago, es fundamental mirar la pandemia como punto de inflexión en cuanto a "la precarización de las vidas juveniles". "Creo que ahí hay una deuda de Estado, de la democracia con respecto a que apuestas de futuro se pueden hacer siendo joven sabiendo que las condiciones materiales son tan complejas, dónde irse de la casa y alquilar es un desafío, trabajar y estudiar implica tener dos o tres trabajos, y eso afecta las expectativas de independencia, de autonomía, de libertad. Todo eso después tiene una resonancia en términos de cuestionar eso que no llega. En otros momentos, se demandaba como derecho, hoy no veo que la interpelación sea en términos de derechos, muchas veces escuchamos discursos de ajuste, como que el ajuste nos va a llevar a estar mejor, y me parece complejo", detalla.

En medio de las propuestas de "sálvese quien pueda", Lago observa que, en general, los discursos destinados a jóvenes no terminan de responder a sus necesidad y demandas concretas, "que no son específicas de los jóvenes, como trabajo y vivienda, pilares sobre los que no se conversa, no se presentan propuestas".

De las campañas "cringe" a las políticas de Estado

Las juventudes obligaron a la política a llegar a las redes, aunque algunos todavía no aterrizan. Desde el 2018 empezaron a circular spots que incorporaban lógicas y estéticas de videojuegos, consumos culturales juveniles, nuevos formatos digitales e interlocutores jóvenes. Pero no todo el mundo logro llegar a este sector, en parte por fallas del discurso y en parte también por la falta de propuestas concretas y expresiones más bien de forma.

Los especialistas en Comunicación Política, Lucas Malaspina y Mercedes Larosa ("Las izquierdas frente a las redes sociales: Jóvenes, política y campañas en América Latina") indican que, en las elecciones presidenciales de 2015, el espacio encabezado por Daniel Scioli tuvo un fuerte anclaje entre los jóvenes, a partir de la identificación partidaria que se fue construyendo con el kirchnerismo a partir de 2001. Sin embargo, Cambiemos también logró cautivar a un buen número de electores de este grupo.

Consultada sobre las nuevas matrices de identificación que surgen al calor de los espacios libertarios, Lago considera que es importante "preguntarse por el tipo de movilización, y qué lazos reales se construyen".

"Acuerdo con la idea de la movilización, pensar en redes sociales, en estos espacios políticos, pero habría que pensar cuantos de esos consumos culturales se transforman en compromisos a largo plazos. Me parece que el tema de fiscales, por ejemplo, son adhesiones que se generan pero no se cuanta profundidad tienen para que después se transformen en prácticas políticas concretas. La izquierda, kirchnerismo, vemos que la juventud que pertenece a esos espacios tiene otra implicancia, pegando carteles, militando, organizando actividades culturales, de discusión política-academia, otra forma de involucrarse. La adhesión a Milei no la niego, pero pienso que tan fuerte es ese compromiso".

Agendas integrales y por los derechos: la participación de las y los pibes

Lago recupera la idea de un "antes y después de la pandemia", y sostiene que empiezan a verse los efectos en términos de lazos sociales. Antes del Covid-19, se produjeron varios movimientos sociales en Argentina y a nivel mundial que daban cuenta de la participación juvenil en la construcción de agenda y la participación ciudadana.

La Marea Verde fue una de ellas, con la lucha por la despenalización y legalización del aborto en Argentina, un movimiento masivo, que trascendió fronteras y estuvo fuertemente integrado por adolescentes y mujeres jóvenes.

"Aparecen jóvenes, muy jóvenes, con participación y activismos muy concretos que significa la presencia en el espacio público, la idea de que lo personal es político, la discusión política se llevaba mucho a los ámbitos cotidianos", apunta, "yo al trabajar en la Universidad vi de cerca lo que significaron los activismos feministas dentro de la universidad y como impactaron en cambia la propia cultura institucional, incorporando la pregunta respecto a las agendas de violencia dentro y fuera de las aulas, los protocolos, la idea renovar contenidos de la enseñanza".

A nivel local, se refiere a las movilizaciones estudiantiles en torno al conflicto el TEG que se produjeron en 2018: "La crisis de esta política pública provocó un año y medio de activación estudiantil, con secundarios, terciarios y la Universidad. Articularon en 2018 el acampe en la universidad, por la crisis nacional".

Para la investigadora, estas expresiones "dan cuenta de formas de activismo y participación juvenil muy comprometidas, y defendiendo causas vinculadas a lo público, en 2019 también vimos lo que significo Jóvenes por el clima, con el objetivo problematizar el ambiente como una causa. Desde ese punto llega la pandemia, con muchos efectos en términos de la precarización de las vidas juveniles".

Lo común a las distintas juventudes es el impulso colectivo de causas transversales que fueron incorporándose a la agenda política y de medios, al tiempo que empezaron a ser referentes en estos temas, respecto a debates más profundos sobre "que relación establecemos como humanidad con el ambiente, o entre personas en el ámbito de la democracia".

"Todavía la democracia tiene deudas importantes con sectores muy amplios de la sociedad, tiene que seguir abriendo caminos para que se abran esas identidades en libertad, y esa es una parte que siempre está apelando a las juventudes, el tema de la libertad y la defensa de las identidades, sobre todo en este momento donde la cuestión del avance de las derechas impacta en vida cotidiana de personas. Un tiempo donde podemos llegar a tener miedo sobre consecuencias de derechas en cuanto a las diversidades, los feminismos y las personas que son militantes", agrega Lago.

Internet como herramienta política

Pese a sus diferencias, las juventudes disputan sus batallas en el terreno digital. Amplifica, reduce o expande discursos, pero no es ajeno a la trama social.

"Lo que sabemos es algo ya bastante analizado en los medios de comunicación: la mayor parte de movimientos sociales y políticos del mundo de todas las tendencias utilizan Internet como una forma privilegiada de acción y de organización. Esto simplemente quiere decir que Internet es un instrumento", escribe el sociólogo Manuel Castells en "Internet y la sociedad red" (1999).

Su especificidad tiene que ver con un contexto de "crisis de las organizaciones tradicionales estructuradas, consolidadas, tipo partidos, tipo asociaciones de orientación directamente política, y además se produce la emergencia de actores sociales", entre ellos, las juventudes.

Generalmente, se producen formas de enlazamiento a partir de "coaliciones específicas sobre objetivos concretos: vamos a salvar a las ballenas, vamos a defender tal barrio, vamos a proponer nuevos derechos humanos en el mundo, vamos a defender los derechos de la mujer, pero no con una asociación, sino con campañas concretas. Es decir, en general, en la sociedad hay un salto de los movimientos sociales organizados a los movimientos sociales en red en base a coaliciones que se constituyen en torno a valores y proyectos. Internet es la estructura organizativa y el instrumento de comunicación que permite la flexibilidad y la temporalidad de la movilización, pero manteniendo al mismo tiempo un carácter de coordinación y una capacidad de enfoque de esa movilización".

Internet aparece como la posibilidad de "articulación de los proyectos alternativos locales mediante protestas globales, que acaban aterrizando en algún lugar, por ejemplo, en Seattle, Washington, Praga, etc., pero que se constituyen, se organizan y se desarrollan a partir de la conexión Internet, es decir, conexión global, de movimientos locales y de vivencias locales. Internet es la conexión global-local, que es la nueva forma de control y de movilización social en nuestra sociedad".

Lago sostiene que los espacios digitales juegan un rol complejo y con varias dimensiones, pero fundamentalmente operan en la dimensión identitaria: "tiene que ver con poder construir un nosotros, a partir de que la pandemia hizo que se disolvieran ciertos lazos sociales que generó formas más individualistas".

Son, además, espacios "para construir con otros de acuerdo a ciertas ideas", no sin tonos de humor político a través de memes. No obstante, advierte Lago que también es el espacio en donde se construyen y sostienen estereotipos: "Ahí en ese territorio y a través de distintos formatos se van sedimentando imágenes peligrosas sobre el otro, las feministas, los pobres, quienes reciben ayuda del Estado, ahí hay un caldo propicio para discursos de odio".

Las nuevas maneras de construir lazos afectan, inevitablemente, las posiciones políticasLa tecnología tiene un rol primordial en sus vidas a la hora de interactuar socialmente, de consumir y de manifestar sus opiniones. Inevitablemente, esta nueva manera de socializar afecta su manera de politizar(se). Se trata de una generación que se moldea a través de lo instantáneo y que, al mismo tiempo, parece tendiente a involucrarse con causas puntuales. Una generación que establece relaciones con los partidos y con estructuras orgánicas más laxas y equívocas", expresan Malaspina y Larosa.

Y en estos espacios digitales, la derecha parece estar liderando, a la vanguardia con reels, vídeos de Youtube y TikTok que difuminan la figura de Milei masivamente. Los sectores más progresistas, en cambio, están más lejos de ello. Y para los especialistas tiene que ver, en concreto, con la cercanía que mantiene la derecha con el mundo corporativo.

¿Está la juventud desencantada?

Frente a la idea de una juventud desencantada, Lago recuerda que en los '90 se barajaba la misma idea como lugar común: "Después con el kirchnerismo la juventud se reencanta y luego se vuelve a desencantar, con una idea de binomio cuando en realidad lo que muestran las juventudes son múltiples vivencias de habitar la política y lo político".

Los partidos muestran "una forma burocratizada de participar en la política, pero hay muchos otros escenarios donde se da la real discusión sobre género, ambiente e identidad que no se dan en marcos políticos, si no en torno a grupos, a colectivos, a formas de participación distintas. Pensar esa fluidez, es dinámica de la participación política, requiere abrirse de los moldes y las formas tradicionales de como se militaba, formas muy diversas de estar en política, activas, búsqueda mas desde abajo".

La investigadora se remonta a 2017, año en que se produjo el temporal de lluvia en Comodoro. Momento en el que, además, salió a relucir el activismo de jóvenes vecinalistas. Al respecto, apunta: "Los espacios tradicionales se reconvierten cuando juventudes intervienen en ellos, construyen espacios a la vez mas divergentes, que se activan, los partidos están un poco lejos de poder responder esa dinámica de la fluidez, de las formas en que se construye el compromiso político".