"Elegidos vs. poseídos por el demonio": testimonio de una ex integrante de la secta rusa en BarilocheSvetlana, una joven que formó parte del ashram de la secta Shambhala, contó cómo era la vida puertas adentro del grupo. Su testimonio revela detalles impactantes sobre el control que ejercía la organización.
"Una persona pierde por completo el sentido de la vida, se sumerge en una realidad completamente distinta. Un sectario común y corriente no tiene tiempo para pensar. Practica por la mañana, al mediodía, por la noche. Estás constantemente ocupado", comentó al medio ruso Izvestia.
Las rutinas incluyen prácticas físicas y espirituales como "entrenamiento", "calentamiento", ejercicios de "arrepentimiento" y algo que llaman "karma yoga". Cada integrante tiene que informar todo lo que hace a sus superiores, incluso hasta ir al baño.
Svetlana contó también que dentro del grupo se genera una sensación de ser especiales o "elegidos". Los de afuera, según la lógica de la secta, viven en la oscuridad y están "poseídos por demonios", y son llamados "ratones".
Según dijo, a la secta puede entrar cualquier persona: desde quienes buscan respuestas espirituales hasta quienes están en un momento difícil de su vida.
El testimonio se conoció cuando en nuestra ciudad era detenido un grupo de ciudadanos rusos acusados de trata de personas. Hasta el momento se sabe que ninguno de ellos pidió ayuda a la embajada rusa.
La palabra de los especialistas
Aleksander Dvorkin, es un especialista ruso en sectas y conocedor de Konstantin Rudnev. Así lo definió en una entrevista brindada al mismo medio de Rusia: "Rudnev estuvo involucrado en la esclavitud, convirtiendo a las mujeres en esclavas sexuales, humillándolas y destruyéndolas. Es una persona cruel, despiadada y completamente sociópata, para quien lo principal es solo el disfrute del poder, incluso el dinero no es tan importante".
El mecanismo para ingresar a una secta, añadió el experto, es casi siempre el mismo. Se trata de reclutamiento mediante engaños, con la promesa de todo tipo de oportunidades y habilidades sobrenaturales que, naturalmente, se pueden obtener. Luego, se coloca a la persona en un entorno sectario estrictamente controlado, explicó.
Dvorkin señaló que a través de la presión grupal y la influencia en la esfera sexual, un nuevo sectario se subordina rápidamente a un patrón común de comportamiento.
"Cientos, tal vez incluso miles de jóvenes sufrieron en la secta Ashram Shambhala", concluyó el erudito religioso.
Fuente: El Cordillerano
Svetlana, una joven que formó parte del ashram de la secta Shambhala, contó cómo era la vida puertas adentro del grupo. Su testimonio revela detalles impactantes sobre el control que ejercía la organización.
"Una persona pierde por completo el sentido de la vida, se sumerge en una realidad completamente distinta. Un sectario común y corriente no tiene tiempo para pensar. Practica por la mañana, al mediodía, por la noche. Estás constantemente ocupado", comentó al medio ruso Izvestia.
Las rutinas incluyen prácticas físicas y espirituales como "entrenamiento", "calentamiento", ejercicios de "arrepentimiento" y algo que llaman "karma yoga". Cada integrante tiene que informar todo lo que hace a sus superiores, incluso hasta ir al baño.
Svetlana contó también que dentro del grupo se genera una sensación de ser especiales o "elegidos". Los de afuera, según la lógica de la secta, viven en la oscuridad y están "poseídos por demonios", y son llamados "ratones".
Según dijo, a la secta puede entrar cualquier persona: desde quienes buscan respuestas espirituales hasta quienes están en un momento difícil de su vida.
El testimonio se conoció cuando en nuestra ciudad era detenido un grupo de ciudadanos rusos acusados de trata de personas. Hasta el momento se sabe que ninguno de ellos pidió ayuda a la embajada rusa.
La palabra de los especialistas
Aleksander Dvorkin, es un especialista ruso en sectas y conocedor de Konstantin Rudnev. Así lo definió en una entrevista brindada al mismo medio de Rusia: "Rudnev estuvo involucrado en la esclavitud, convirtiendo a las mujeres en esclavas sexuales, humillándolas y destruyéndolas. Es una persona cruel, despiadada y completamente sociópata, para quien lo principal es solo el disfrute del poder, incluso el dinero no es tan importante".
El mecanismo para ingresar a una secta, añadió el experto, es casi siempre el mismo. Se trata de reclutamiento mediante engaños, con la promesa de todo tipo de oportunidades y habilidades sobrenaturales que, naturalmente, se pueden obtener. Luego, se coloca a la persona en un entorno sectario estrictamente controlado, explicó.
Dvorkin señaló que a través de la presión grupal y la influencia en la esfera sexual, un nuevo sectario se subordina rápidamente a un patrón común de comportamiento.
"Cientos, tal vez incluso miles de jóvenes sufrieron en la secta Ashram Shambhala", concluyó el erudito religioso.
Fuente: El Cordillerano