Opinión

"Los magnates están en guerra contra el resto de la población"

Por Facundo Iglesia

"Esto de lo que vamos a hablar ahora es tabú". Alejandro Bercovich lanza su advertencia ante una sala estallada de La Rural en Palermo, mientras aún entra público para escucharlo aunque sea de parado. Es viernes de feriado a la tardecita y la invitación del periodista de gráfica, televisión y radio es presentar su tercer libro, El país que quieren los dueños (editorial Planeta), en la 49° edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

El país... es una obra colectiva que analiza a la élite empresarial de la Argentina e intenta responder -según el propio Bercovich- qué futuro imaginan los dueños del país, sus proyectos y sus ideas de desarrollo nacional. Sentado en el escenario junto a su pareja, la periodista deportiva Ángela Lerena, y al periodista de espectáculos Augusto "Tartu" Tartúfoli, que escribió un capítulo en el libro, "Berco" despliega las principales hipótesis del texto. Para él, los dueños del país tomaron una decisión histórica con el presidente Javier Milei: y esa decisión empresarial fue "la Gran Renuncia".

"Los dueños que durante el principio de 2023 no creían ni pedo que Javier Milei fuera capaz de convertirse en el nuevo presidente, cuando empezó la campaña hacia el balotaje, terminaron apostando por él como nunca nadie había apostado por un candidato. ¡Como nunca unánimemente el gran capital había apostado a un candidato!", explica. Agrega que, previo a las primarias de agosto de 2023, los empresarios que asistieron al exclusivo Foro Llao Llao apoyaban mayoritariamente a los candidatos del PRO: Horacio Rodríguez Larreta, que hoy busca ser legislador porteño, y Patricia Bullrich, actualmente ultramileísta y ministra de Seguridad.

"Tipos que ahora lo aplauden a manos enrojecidas... las cosas que me han dicho de Milei, sobre su aspecto, sobre su aroma, sobre su alineamiento, sobre sus capacidades de oratoria, sobre su salud mental", cuenta el autor. "En el libro tuve la delicadeza de no mencionarlas", acota.

"La Gran Renuncia", explicó, está reflejada en "la apuesta del capital por Milei". "Es la resignación del gran capital que Argentina no da. A que Argentina no va a despegar. A que es, en el mejor de los casos, una plataforma para proveer energía, proteína vegetal y minerales a un mundo desarrollado que, mientras tanto, se pelea para ver quién las manufactura", se explaya.

Otro de los planteos principales del libro es que la apuesta política de "los dueños del país" por Milei (que no se traduce, según analizó, en una apuesta económica porque no hubo hasta el momento "una lluvia de inversiones") se debe a que "en la motosierra ellos encuentran un aliado".

"En Occidente hay una disputa por el control del excedente entre el gran capital y el Estado. Y eso se podía identificar en los discursos de Paolo Rocca de por lo menos los últimos diez años", señaló Bercovich. "Había una hipertrofia [en el Estado]", parafrasea al dueño de Techint, para completar: "Lo que expresaba es un anhelo que encontró en la motosierra su concreción".

"Mi hipótesis es que los dueños ven en el Estado a un adversario político en la disputa por el proceso productivo y del metabolismo mismo de la sociedad", afirma. Y haciendo suyas palabras del estadounidense Warren Buffet, uno de los principales inversores a nivel global, plantea que "los magnates están en guerra en todo el mundo con el resto de la población".

La presentación tiene momentos de levedad, como cuando Tartu, quien escribió un capítulo en el libro, cuenta algunas perlitas de cómo vive la élite argentina: "La vajilla de Napoleón la tiene un argentino". O mejor: "Una Ferrari que ganó el LeMans no está en el Museo Ferrari: está en San Isidro".

Además de Bercovich y Tartu, en el libro también participan cuatro investigadores: Cecilia Rikap, con un capítulo sobre el rol subalterno que tienen los tecnomagnates argentinos; Lara Bernsten, con un estudio sobre la explotación de gas y petróleo; Juan Odisio, con un racconto de los proyectos de la élite a lo largo de la historia, y Gustavo García Zanotti, con una investigación sobre la extranjerización de los activos de la burguesía nacional.

La presentación en el escenario completa el círculo: la música Liliana Herrero canta "Los Ejecutivos", compuesta por María Elena Walsh en 1968: "Ay, qué vivos son los ejecutivos, qué vivos que son. Del sillón al avión, del avión al salón, del harén al edén". La canción encuentra una diagonal actual: cuando la letra original refleja que los ejecutivos "nos venden conciencias puras de robots", Herrera se permite un desliz y con mucha intención política canta: "Nos venden conciencias de Elon Musk".

Fuente: elDiarioAr