En tiempos de Milei caen los salarios, pero baja la pobreza: ¿por qué?
Por Daniel Schteingart
Hoy el INDEC publicó dos informes: uno sobre la distribución del ingreso del primer trimestre de 2025 (con el que se puede estimar la pobreza en ese período) y otro sobre el índice de salarios de abril. De ambos surgen datos que, a primera vista, parecen contradictorios:
1. La pobreza en el primer trimestre de 2025 habría sido del 31,4%. Es una baja de 23 puntos respecto al mismo trimestre de 2024 y de 7 puntos frente al mismo período de 2023. Es el menor registro desde 2018. Si consideramos la medición de los últimos dos trimestres (que es como el INDEC publica habitualmente), estaríamos en 34,5%, también la cifra más baja desde 2018.
2. El salario real de los asalariados formales está 6% por debajo del nivel de noviembre de 2023 (-1% en privados, -15% en públicos).
¿Cómo se mide la pobreza por ingresos?
La pobreza se estima a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el INDEC, en la que se entrevista cada mes a unas 20.000 familias. Entre otras cosas, se les pregunta cuánto ganaron por su trabajo en el mes anterior. Es decir: si me encuestan en junio, yo declaro lo que gané por mi trabajo en mayo. Luego, ese ingreso se compara con la canasta básica del mes de la encuesta, en este ejemplo, junio.
Este mecanismo tiene dos implicancias clave:
1. El desfase entre ingreso y canasta
En contextos de alta inflación (como en 2023 y principios de 2024), ese mes de diferencia genera una distorsión: se compara un ingreso "viejo" (por mi trabajo de mayo, que en muchos casos cobré en ese mismo mayo) con una canasta "nueva" (de junio), más cara. A fines de 2023, este efecto llegó a inflar artificialmente la pobreza hasta en 7 puntos. Hoy, con inflación baja, el impacto de esa distorsión es casi nulo (menor a 1 punto). Por eso, parte de la baja reciente en la pobreza se explica por esta menor distorsión.
2. Subdeclaración de ingresos
En todas las encuestas del mundo, es común que las personas declaren menos de lo que ganan, ya sea por pudor, desconfianza o simplemente por no saber con precisión. Sin embargo, desde mediados de 2024 hay señales claras de que esta subdeclaración se redujo. ¿Cómo lo sabemos? Porque los ingresos que surgen de la EPH vienen creciendo más rápido que los registros administrativos del Estado (como las jubilaciones que paga ANSES o los recibos de sueldo que los empleadores reportan a la AFIP).
Por ejemplo, entre 2023 y 2025, los ingresos de trabajadores formales según la EPH crecieron un 11% más que los que surgen de esos registros oficiales. Este fenómeno podría explicar hasta 4 puntos de baja en el índice de pobreza. ¿Por qué ahora la gente declara mejor? No se sabe con certeza, pero una posible explicación es que con menor inflación las personas tienen más claridad sobre cuánto ganan, o simplemente hay menos desconfianza al responder.
Además de estas dos cuestiones, hay una tercera diferencia metodológica que también ayuda a entender la caída de la pobreza: este indicador se mide comparando ingresos contra la canasta básica, no contra el IPC general.
La canasta básica funciona como una especie de "IPC de la clase media baja", donde los alimentos pesan más que en franjas sociales más pudientes. Entre 2023 y 2025, la canasta básica subió 5% menos que el IPC, debido a que los alimentos aumentaron menos que otros rubros. Por eso, los ingresos medidos en términos de canasta básica mejoraron más que cuando se los compara contra el IPC general.
¿Qué mide el índice de salarios?
1. A diferencia de la EPH, que incluye todo tipo de ingresos (laborales y no laborales, formales e informales), el índice de salarios (IS) sólo contempla los salarios de los asalariados. Los clasifica en:
a) formales privados
b) formales públicos
c) informales
Para los primeros dos hay datos hasta abril de 2025. Para los informales, solo hasta noviembre de 2024 (porque se basan en la EPH y tienen más rezago). El IS se elabora a partir de encuestas a empresas (para privados) y a organismos públicos (para públicos). En general, refleja bien lo que dicen los registros administrativos.
1. El salario real en el IS se calcula deflactando por IPC, no por canasta básica. Como el IPC subió más que la canasta, eso contribuye a que el IS muestre una caída mayor del poder adquisitivo que la que sugiere la EPH.
2. A diferencia del cálculo de pobreza, en el IS no hay desfase temporal entre ingreso e inflación: se compara salario por el trabajo realizado en junio con precios de junio.
A modo de resumen, tenemos este cuadro que compara ambas metodologías.
Entonces, ¿estamos mejor o peor?
Es indudable que la pobreza viene bajando desde mediados de 2024, a tono con la fuerte desaceleración de la inflación y la reactivación económica. Y es verosímil que haya seguido cayendo en el primer trimestre de 2025, cuando siguieron repuntando la actividad y el consumo. Ahora bien, la magnitud de esa baja probablemente esté sobreestimada por dos factores metodológicos:
Se redujo la subdeclaración de ingresos en la EPH.
Disminuyó el efecto del desfase ingreso-precios producto de la menor inflación.
Aun así, es muy probable que la pobreza ya esté por debajo de los niveles de 2023 (aunque quizás no 7 puntos por debajo). Esto también se condice con un dato relevante: el consumo privado está hoy 5% arriba del de 2023. ¿Cómo se explica esto si el salario real está por debajo? Porque hay evidencia de que lo que no se mide en el índice de salarios (como AUH o ingreso de cuentapropistas) mejoró más que el ingreso de asalariados formales. Incluso del propio índice de salarios surge que, a fines del año pasado, los salarios de los informales ya superaban los de 2023.
¿Significa esto que la baja de la pobreza es sostenible en el tiempo? Esa ya es otra discusión.
Mi impresión es que no: la apreciación del tipo de cambio-es decir, que el dólar oficial aumente menos que la inflación-fue un factor central detrás de la desinflación y del repunte económico que permitieron esta baja de la pobreza. Pero también genera una creciente demanda de dólares para importar, algo que en otros momentos de la historia argentina terminó derivando en serias crisis que dispararon la pobreza. ¿Esta vez será distinto?