Petróleo

Vaca Muerta: los factores que explican la crisis en medio de los récords

Pese al auge de la producción alcanzado el mes pasado, un freno de mano en la actividad avanza y ya dejó 1.200 despidos. Qué explican esta situación y cómo afectará a las exportaciones.

Por Victoria Terzaghi

Hablar de Vaca Muerta se ha convertido casi en sinónimo de hablar de récords, desde las inversiones en dólares, a la producción y las exportaciones, pero, como los hidrocarburos que fluyen por las microfisuras de la roca madre, la crisis fue subiendo, llegó y golpea con tal fuerza que ya son 1.200 los operarios petroleros despedidos, muchos más los que podrían quedar sin trabajo ante un parate de la actividad que podría extenderse por seis meses y que ya llevó a revisiones a la baja del saldo que este año podrá esperar el país en la balanza comercial energética.

El freno en la actividad de Vaca Muerta era algo que desde hace más de un mes se comentaba en la industria que veía cómo se avecinaba la finalización de muchos contratos sin renovaciones en danza. Y eso es lo que de a poco fue pasando de un rumor, a una realidad.

De acuerdo a un relevamiento realizado por EnergíaOn, a la fecha son cerca de tres los equipos de perforación que están inactivos. Mientras que en el segmento de las fracturas el panorama es aún más complejo: con seis equipos sin trabajo, la mitad de los sets de fractura de Vaca Muerta ya están parados.

Desde la industria se estimó que durante este segundo semestre del año la actividad medida en etapas de fractura -que a más etapas implican más producción a futuro- caerá un 30%. Lo que se analizó es que, mientras en el primer semestre del año se llegó a un acumulado de 12.274 etapas de fractura, en la segunda mitad del 2025 serían solo 8.469 las etapas a realizar según las proyecciones que se manejan.

Estos factores, sumados a los coyunturales que se detallarán más adelante, llevaron a que desde consultoras especializadas como Aleph Energy ya se haya recalculado la proyección de la balanza comercial energética de este año, que de un valor estimado en un superávit de 7.000 millones de dólares, ahora se está estimando que ese valor será de solo 5.289 millones de dólares.

Este recálculo implica no solo una baja del 13% sobre la estimación previa, sino además y, pese a los récords alcanzados, un valor menor al superávit registrado el año pasado. Puntualmente, en 2024 la balanza comercial del sector cerró en 5.668 millones de dólares, con lo cual de cumplirse la nueva proyección, este 2025 seguiría siendo superavitario, pero dentro de ese valor caería un 6,6%.

Por qué se llegó a una crisis en Vaca Muerta

La actual situación en Vaca Muerta, una suerte de freno de mano, no encuentra su explicación en un solo factor, sino en una combinación, y algunas de sus causales comenzaron a darse hace ya varios meses.

En primer lugar, en un orden cronológico, está la política cambiaria de Argentina. La cotización oficial dólar fue un golpe a la línea de flotación de las empresas petroleras que desde principios de año alertaron que vieron reducidos sus presupuestos hasta en un 40% por esta política cambiaria y el aumento de los costos en pesos.

Con menos fondos para encarar sus planes de inversión, el segundo golpe fue la caída de la cotización internacional del petróleo, que en mayo llegó al piso de los 60 dólares. Esta caída, del orden del 15%, explicó en gran medida el récord que anotó en junio Vaca Muerta en la producción de petróleo, pues varias empresas «aguantaron» casi todo mayo el despacho de crudo ante los bajos precios.

El tercer factor es el más importante de todos, y son las elecciones legislativas de octubre, que no deben leerse tanto desde el ángulo político sino desde la incertidumbre económica y nuevamente del tipo de cambio.

Ante este escenario incierto, y viniendo de una crisis inflacionaria, las empresas resolvieron acelerar lo más posible sus planes anuales de inversión en el primer semestre del año, explicando así los picos de actividad que se vieron, como el de mayo, con 2.588 fracturas, cuando el promedio anualizado es de 2.100.

El «puente» del pedido sindical

Y en ese acelerar es que se da ahora lo opuesto al pico, el valle, la caída de la actividad que se espera continúe bajando hasta septiembre, para estabilizarse desde entonces es un nivel bajo hasta inicios del año que viene, posiblemente repuntando recién en febrero.

Este impasse de actividad es el que desde el Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa se ha buscado gambetear con la apelación al «puente» que señaló su titular, Marcelo Rucci. Una suerte de salvoconducto -con suspensiones- hasta que las empresas deban acelerar su actividad nuevamente para tener la producción de petróleo que demandará el sistema Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), el oleoducto y puerto exportador que está en construcción en Río Negro.

«A mitad de 2025, la industria hidrocarburífera argentina muestra con claridad que el crecimiento no sigue una línea recta, sino una senda de zigzags marcada por la coyuntura económica interna, la dinámica de precios internacionales y, este año en particular, la tensión propia de un calendario electoral», aseguró el director de Aleph Energy, Daniel Dreizzen, en un claro resumen de lo que ocurre.

La senda zigzagueante que menciona no es otra cosa más que un virtual electrocardiograma de los signos de Vaca Muerta, pero que no solo contrata, como marcó Dreizzen con el crecimiento constante que han tenido los desarrollos del shale de los Estados Unidos.

Sino que también choca con la imposibilidad que una economía como la argentina pueda absorber en el corto plazo los 1.200 despidos que ya se han registrado -como sucede en el mercado laboral de Estados Unidos- y deja abierto el interrogante de, si este desarrollo zigzagueante será una constante que llegó para quedarse en el futuro de Vaca Muerta.

Fuente: Río Negro