Géneros

Belén: del activismo feminista a la pantalla grande

Por Stephanie Darling

Belén viaja en el asiento detrás de un coche camino al Hospital de Alberdi de Tucumán. Es de noche. Tiene la respiración entrecortada, transpira, resopla de dolor. La acompaña una mujer que la encontró minutos antes en ese estado. Al llegar al hospital, no puede bajar sola. La señora la asiste, la ayuda a caminar y la acompaña hasta el ingreso de la guardia. Allí las recibe una enfermera. No reacciona de inmediato ante la situación. Belén agoniza. La acompañante pide que se apure, que es urgente, que el dolor es intenso. Aparece un médico que le hace dos preguntas a Belén: si tiene alguna herida y si está embarazada. Ella responde que no. El médico asegura un cuadro de apendicitis. Belén pide ir al baño. Vuelve caminando por el hospital al borde del desmayo con la sangre que le corre por el pantalón. Belén aún no lo sabe, pero ahí empieza su condena.

La escena es parte de la película, dirigida y protagonizada por Dolores Fonzi, que narra el caso de Belén, la joven tucumana que estuvo más de dos años presa injustamente tras haber sufrido un aborto espontaneo y que sentó un precedente en la historia del movimiento feminista previo a la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Con el pañuelo verde en mano, más de una escena logra retratar las manifestaciones y movilizaciones que impulsaron el debate porque el aborto sea legal, seguro y gratuito.

Tras haber sido elegida para participar de la 73ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, Belén llega a las pantallas argentinas, en un momento difícil para la industria del cine nacional, con una reducción drástica en el financiamiento al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Antes de su estreno, conversamos con Dolores Fonzi y con Soledad Deza, la activista feminista y abogada del caso a la que interpreta Dolores en la película.

- ¿Por qué eligieron contar el caso de Belén?

Dolores Fonzi: Esto se da gracias a la unión de varias fuerzas. Una es que yo misma milité por la libertad de Belén en el 2016. Aparecí en una entrega de premios (Platino del Cine Iberoamericano, donde fue elegida como mejor actriz por La Patota) con un cartel que decía "Libertad para Belén". En ese evento, estaba Leticia Cristi, productora audiovisual de K&S, que se preguntó quién era Belén. Luego, bastante cerca el tiempo salió el libro de Ana Correa sobre su caso titulado Somos Belén. Y ahí empezó todo. Leticia compra los derechos con la productora y a nosotros nos mandan a escribir el desarrollo del proyecto. En ese momento, querían que yo actúe de abogada. Yo todavía no había dirigido ninguna película y ellos todavía no tenían director ni directora. De repente, estrené Blondi y me fue bien... Y... ¡se unieron todas las piezas del rompecabezas! Entre Amazon y K&S me ofrecieron dirigirla, escribirla y actuarla, y acá estamos. Era un tema con el que yo estaba muy familiarizada, en el que había tratado de colaborar de la forma posible desde mi lugar. Me resultó una cosa mágica, todo era un sí.

Soledad Deza: Yo creo que la película surgió a propósito del libro que escribe Ana Correa pero también de una decisión política -y comercial, por supuesto-pero sobre todo política por parte de la productora de poner en práctica este proyecto, en esta coyuntura y con una mirada feminista porque hay un guion escrito por feministas, hay una dirección que feminista y hay una actuación feminista. En las actuaciones se incluyeron también actrices tucumanas y eso nos habla de interseccionalidad. Creo que es un proyecto feminista ¡de pe a pa!

"Belén nos enseñó mucho a todas y recordarlo hoy nos ayuda a valorar nuestras luchas y a ser más estratégicas en el futuro".

Soledad Deza

Dolores Fonzi se muestra, desde hace años, como una militante activa: desde 2018 acompañó la Campaña por el Aborto Legal desde la organización Actrices Argentinas, en 2015 durante la entrega de los Premios Platino levantó públicamente un cartel con la consigna #LibertadParaBelén, en 2025 le puso voz a Con Mis Hijos No, una investigación sonora que devela la articulación del gobierno para eliminar los derechos reproductivos y no reproductivos. Hoy, estrena su segunda película como directora en un contexto donde las feministas estamos en vilo y en alerta.

- ¿Por qué consideran que es importante contar esta historia ahora?

Soledad Deza: El caso en sí fue emblemático por varias razones. Primero, porque desenmascaró que la afirmación de que la figura penal de aborto no se usaba en la vida de las mujeres era falsa y eso fue bisagra en la discusión posterior de legalización del aborto. Segundo, porque nacionalizó una demanda de justicia reproductiva desde una provincia del norte muy conservadora. Tercero, porque reveló la articulación cruel de los saberes bio-médicos, la policía y el Poder Judicial en la maquinaria de criminalización de emergencias obstétricas. Y, finalmente, porque evidenció que la abogacía feminista, que requiere una defensa técnica sólida y una buena movilización legal potente es imprescindible para impugnar condenas patriarcales. Belén nos enseñó mucho a todas y recordarlo hoy nos ayuda a valorar nuestras luchas y a ser más estratégicas en el futuro.

- ¿Cómo se preparan para el estreno en los cines argentinos?

Dolores Fonzi: Me preparo con toda la ilusión, la emoción y el agradecimiento que siento por toda la gente que hizo posible que esta película exista; por todo el elenco, el equipo, por la posibilidad de filmar en ese contexto tan miserable, de tanta escasez de recursos y de ensañamiento contra la cultura. Poder hacer una película en este contexto es un milagro, así que estoy agradecida, contenta y orgullosa de poder visibilizar un caso que va a hacerle bien a muchas partes de la sociedad, pensando en gente que hoy está presa injustamente. Creo que lo más importante es que la película se vea, que el público se la adueñe, se la apropie y que haga el recorrido que tenga que hacer. Espero con cautela, con alegría y con tranquilidad ese estreno para de una vez por todas soltar la película y que pase a ser de todos.

Soledad Deza: La película es una historia de mujeres, hecha por mujeres. Es un recortecito de una lucha mucho más grande, que lleva siglos: la lucha contra el gobierno patriarcal de nuestros cuerpos. Creo que será una emotiva historia para quienes no conozcan el caso Belén, o quienes hayan olvidado que la cárcel era una posibilidad cierta antes de la sanción de la ley 27.610. Y creo que para quienes recordamos será igualmente conmovedora porque está retratada una lucha que en nuestro país lleva más de cuatro décadas. En cada pañuelo verde está un pedazo de la vida de cada feminista.

No estamos todas, faltan las presas

La lucha por apelar a los fallos de aquellas personas que están presas, continúa. Las mujeres privadas de su libertad se encuentran en su mayoría acusadas bajo la carátula de "homicidio agravado por el vínculo". Desde la Campaña Nacional por el Derecho a Decidir han tenido un rol activo en su acompañamiento: Rosana Fanjul, una de sus integrantes, nos cuenta que, en aquel momento, el caso de Belén las puso en alerta. Según el informe La criminalización por aborto y otros eventos obstétricos en la Argentina, realizado por el CELS, CUSAM y Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, en el 2020 se registraban unas 1532 mujeres criminalizadas por abortos y eventos obstétricos. Hoy, luego de la ley, desde la Campaña aseguran que se registran que al menos, 32 mujeres privadas de su libertad que es necesario apoyar.

- ¿Cómo fue la participación de las organizaciones sociales y políticas? ¿Cómo impactó esto en Tucumán?

Dolores Fonzi: Hubo apoyo de muchas organizaciones, y eso es buenísimo. Es una película que relata un poco la unión de las organizaciones. Por nombrar algunas: MxM (Mujeres por Mujeres de Tucumán), Pan y Rosas (PTS), Ni Una Menos, Mumalá, la Campaña Nacional por el Derecho a Decidir. Son muchas agrupaciones. Se siente el apoyo federal de las mujeres que están interesadas en que esta película se vea. Y por eso, creo que si logramos que la vea la mayor cantidad de gente posible: primero, va a traer el recuerdo de lo que no hace tanto vivimos, que es un homenaje a todo ese movimiento, y, también, va a traer la sensación de que si se pudo en ese momento, se puede ahora y me parece que eso es importante: si se pudo, se puede. Hay algo de la película que esa frase sintetiza perfecto.

"La película retrata una lucha que en nuestro país lleva más de cuatro décadas. En cada pañuelo verde está un pedazo de la vida de cada feminista".

Soledad Deza

- En la ficción, a vos Dolores te toca interpretar a la abogada del caso, ¿el personaje tiene características de Soledad Deza? ¿Cómo fue el trabajo de ponerlo en escena?

Dolores Fonzi: Mi personaje es Soledad Deza y todo el recorrido, tanto como directora y como actriz, fue de la mano de ella. Siempre fue de la mano de la Soledad real (risas), de su generosidad y de su entrega con la película. Divina y generosa. Por supuesto que siento que hay algo de eso que se va a mimetizando en la actuación, que tiene que ver con un estado que yo puedo percibir de ella, con el que me dejo poseer, para después actuar. Hay muchas cosas en común que logramos por habernos conocido, compartirnos y querernos, porque la verdad es que la quiero mucho a Soledad.

- Y en tu caso, Soledad, ¿cómo fue que te interpreten a vos?

Soledad Deza: Muy movilizante, reviví mucho los sentimientos de aquellos meses, pero de forma más serena porque Belén está en su casa. Pero ¿y si salía mal? Esa pregunta me atormentó todos los días hasta que la liberamos. Es un orgullo para mí que el ojo de Dolores y el de Leti hayan mirado esta historia.

"La película va a traer el recuerdo de lo que no hace tanto vivimos y, también, va a traer la sensación de que si se pudo en ese momento, se puede ahora. Me parece que eso es importante: si se pudo, se puede".

Dolores Fonzi

- ¿Ven alguna simetría con 1985? Pensaba sobre todo, por mostrar la potencia de un juicio favorable para el campo popular.


Dolores Fonzi: Creo que sí. Obviamente tiene muchas similitudes con 1985 y con cualquier película de juicio. Creo que Belén sería una 1985 feminista (risas), podría llegar a encajar en esa etiqueta. Yo pienso que hay que confiar en la justicia. Si hay justicia, es eso lo que nos va a salvar: una justicia sana, integra, que se ocupe del más debil, igualitaria, feminista y humanista, en el mejor sentido de la palabra. Siento que hay algo en la película que te da ganas de creer, en que si los procesos de se siguen con cuidado con trabajo y con esfuerzo, se pueden lograr las cosas, desde cualquier lugar. Por supuesto que también podemos ver el lado oscuro del mundo, que es bastante desalentador en todo sentido, pero bueno, volviendo a la película, esto de que si se pudo, se puede. Y resalto lo importante del trabajo colectivo. Creo que la justicia no puede ser ciega ante tantas voces unidas. Así que, confío en que la justicia escuche, no solo este caso que ahora es emblemático y tiene una película, sino todos los casos, con la delicadeza y cuidado que cada caso merece.

Fuente: LATFEM