A dos años del ataque de Hamas, Israel acumuló 67.000 muertos en GazaPor Francesca Cicardi
El 7 de octubre de 2023, pasadas las 06.30 de la mañana, los milicianos de Hamas irrumpieron en el kibutz Beeri, a poco más de 4 kilómetros de la Franja de Gaza. Tammy Baruch recuerda dos años después cómo su hijo Edan (20 años) fue asesinado ese día, mientras que su hijo Sahar (25 años) fue secuestrado. Edan fue uno de los cerca de 1.200 fallecidos en el sur de Israel y Sahar uno de los 251 rehenes tomados por las milicias palestinas -de los cuales, 48 siguen cautivos.
El mismo 7 de octubre por la tarde, Israel daba comienzo a una durísima ofensiva de castigo contra Gaza, que se ha prolongado dos años y ha desembocado en un genocidio. Más de 67.000 palestinos han sido asesinados desde entonces y unos 170.000 han resultado heridos. Según la Comisión Internacional Independiente de la ONU, no son solo "los asesinatos y los daños corporales y mentales graves", sino que Israel los ha perpetrado "con la intención específica de destruir, total o parcialmente, a los palestinos en Gaza".
Esa intención ha sido especialmente manifiesta desde el pasado mes de marzo, cuando Israel rompió el alto el fuego con Hamas y retomó los ataques contra Gaza, imponiendo al mismo tiempo un bloqueo total sobre el enclave palestino que provocó la hambruna en la Franja (460 personas han muerto a causa de la desnutrición en los pasados meses).
Casi seis meses después del colapso de aquella tregua y tras varias rondas de negociaciones fallidas, la semana pasada se abrió la posibilidad más sólida hasta el momento de un nuevo cese de las hostilidades en Gaza, con base en una hoja de ruta impuesta por el presidente Donald Trump. Los negociadores de Israel y Hamas acudieron este lunes a la localidad egipcia de Sharm el Sheij, donde se espera que junto a los mediadores -Egipto, Qatar y Estados Unidos- lleguen a un acuerdo para que Israel detenga su ofensiva y Hamas deje en libertad a los 48 rehenes que siguen en la Franja.
Israel espera a los rehenes vivos y muertos
En Israel, todas las esperanzas están puestas en el plan de Trump para que los últimos rehenes que quedan en manos de las milicias palestinas sean devueltos, tanto los 20 que las autoridades creen que siguen con vida como los cadáveres de los otros. Entre los fallecidos, se encuentra Sahar Baruch, tal y como cuenta su madre a algunos medios internacionales, incluido elDiario.es, en el kibutz Beeri. La urbanización ha permanecido congelada en el tiempo, con adosados quemados, destrozados y con las marcas de las balas o de las granadas que emplearon los milicianos palestinos. Los residentes aún no han regresado, pero el kibutz organiza tours para la prensa y también para turistas.
"Unos días después del 7 de octubre me dijeron que Edan había sido asesinado, pero no supe qué le había pasado a Sahar durante mucho tiempo. No sabía si había sido asesinado o tomado como rehén y ambas posibilidades eran horribles", relata Tammy Baruch en el interior de la vivienda donde se encontraban sus hijos aquella fatídica mañana. Como todas las casas en Israel, tiene un refugio antimisiles y cohetes, del que los dos jóvenes se vieron obligados a salir cuando la casa empezó a arder.
"Después de más de tres semanas, me confirmaron que Sahar había sido secuestrado, pero [las autoridades] no sabían si estaba vivo o muerto". En diciembre, le dijeron a la familia que estaba vivo, pero una semana después les comunicaron que había muerto, no se sabe si a manos de sus captores o por fuego israelí durante una "operación de rescate". El Ejército israelí dijo posteriormente que no era posible determinar las circunstancias de su muerte, pero confirmó que había fallecido durante un intento de rescate.
Hay rehenes que siguen vivos en Gaza, lo más importante es traer de vuelta a los vivos porque el tiempo se acaba
Tammy Baruch - madre de un rehén muerto
Ahora, para Baruch es importante poder recuperar el cuerpo de su hijo Sahar para darle sepelio, junto a Edan, y empezar así el proceso de duelo que hasta ahora no ha sido posible y sólo será posible cuando lo entierre, explica. Sin embargo, señala que la prioridad son los 20 rehenes que las autoridades creen que están aún con vida: "Hay rehenes que siguen vivos en Gaza, lo más importante es traer de vuelta a los vivos porque el tiempo se acaba y no sabemos si van a sobrevivir", advierte. "Después de dos años de tortura, su vida corre peligro a cada segundo que pasa", agrega la mujer que viste una camiseta con las caras de los 48 secuestrados y el lazo amarillo en solidaridad con los rehenes que se puede ver en muchos lugares de Israel.
"Un acuerdo es inminente y tenemos que hacer todo lo posible para que ocurra", declara Baruch sin mostrar excesivo optimismo, su rostro refleja mucho cansancio y pocas ilusiones. Los familiares de los rehenes están manteniendo la presión sobre el primer ministro Benjamín Netanyahu -incluida una acampada a las puertas de su residencia en Jerusalén- para que llegue a un acuerdo con Hamas que libere a los rehenes. Según el plan elaborado por la Administración estadounidense, deberían ser puestos en libertad en 72 horas después de la entrada en vigor de un cese el fuego. "Por primera vez en meses, tenemos esperanzas de que nuestra pesadilla termine por fin", han afirmado las familias en un comunicado.
Por primera vez en meses, tenemos esperanzas de que nuestra pesadilla termine por fin
Familias de los rehenes israelíes
En todo momento, los familiares de los rehenes hablan de poner fin a la guerra, traer a los rehenes y a los soldados de vuelta a casa, pero no hacen referencia al sufrimiento de los palestinos ni a las terribles consecuencias que ha pagado la población civil de Gaza -la mayoría de los muertos son menores de edad y mujeres- por el ataque perpetrado por Hamas el 7 de octubre.
Preguntada por elDiario.es, Baruch no muestra pena por los niños y jóvenes de Gaza que, como sus dos hijos, han perdido la vida. "Creo que deben ser educados para amar a los seres humanos y la vida. Mi hijo era izquierdista y pacifista, y apoyaba a los palestinos, pero los palestinos deben ser educados para respetar la vida humana", afirma.
Un "delirio" colectivo que dura dos años
El historiador, activista por los derechos humanos y político argentino-israelí Meir Margalit explica a elDiario.es en una entrevista en Jerusalén que los deseos de venganza todavía siguen vivos y que la sociedad aún no ha podido comenzar el duelo y solo lo hará cuando vuelvan todos los secuestrados.
Según Margalit, la sociedad israelí vive en un "delirio" colectivo desde hace dos años y, precisamente, su nuevo libro que se publicará la próxima semana en España se titula El delirio de la sociedad israelí (Catarata, 2025). "Hay una minoría mesiánica, fanática, fundamentalista, fascista que está marcando el rumbo y también el futuro de este país. Netanyahu se deja arrastrar por esta minoría y arrastra detrás de sí a la gran mayoría de este país", afirma. Y eso es posible porque la población vive en "un estado de miedo y paranoia agudo, crónico" en el que sólo ve posible una "postura militarista".
El 7 de octubre hizo explotar el miedo y entramos en un círculo vicioso de miedo, terror y venganza
Meir Margalit - historiador argentino-israelí
"El miedo nosotros lo tenemos en el ADN. El miedo tiene que ver con centenares de años de pogromos, de inquisiciones y de holocausto, lo venimos mamando de nuestras madres. El 7 de octubre lo hizo explotar y entramos en un círculo vicioso de miedo, terror y venganza", afirma el historiador e investigador.
Considera que los israelíes no pueden solidarizarse con los gazatíes porque, en primer lugar, los medios de comunicación no muestran lo que ocurre en Gaza. "Aquí no se ve lo que ven ustedes en Europa, pero, aunque la gente lo viera, dudo mucho que cambiara de idea. Las ideas ya están prefijadas, entonces la gente buscaría una justificación, diría que los medios no reflejan la realidad, acusarían al periodista de antisemita".
La gente ha sufrido un lavado de cabeza muy profundo, desde el jardín de infancia los niños saben que la palabra árabe' representa una amenaza
Meir Margalit - historiador argentino-israelí
Margalit va más allá y asegura que "la gente ha sufrido un lavado de cabeza muy profundo, desde la guardería los niños saben que la palabra árabe' representa una amenaza. Y no hablemos del lavado de cabeza en el ejército" (el servicio militar es obligatorio para todos los israelíes, hombres y mujeres). "Después de tantos años de presión psicológica, el israelí es incapaz de ver una solución alternativa" a la militar.
El historiador y político es de los pocos que se atreven a usar la palabra genocidio en Israel. Sólo el pasado mes de julio, dos destacadas organizaciones de derechos humanos israelíes dijeron finalmente que lo que estaba cometiendo Israel en Gaza era un genocidio. "Yo uso la palabra genocidio, que me ha resultado muy difícil expresarla como judío e hijo de un superviviente del holocausto, pero no hay más remedio que llamar a las cosas por su nombre, si con eso vamos a entender el furor con el que Israel está atacando Gaza", admite Margalit.
Detrás de ese furor, hay razones políticas: "Hace un año la guerra tenía como objetivo acabar con Hamas y Hamas ya está acabado. Hoy la guerra tiene otro objetivo, incluso diría que es otra guerra y no la misma. La guerra de hoy tiene como objetivo destruir a la Autoridad Palestina y destruir de una vez por todas la idea de dos Estados para dos naciones".
La guerra de hoy tiene como objetivo destruir a la Autoridad Palestina y destruir de una vez por todas la idea de dos Estados para dos naciones
Meir Margalit - historiador argentino-israelí
Netanyahu ha dicho reiteradamente que no permitirá el establecimiento de un Estado palestino, incluso después de que Trump incluyera la idea en uno de los 20 puntos de su plan para el futuro de Gaza. Margalit afirma que la sociedad tampoco puede aceptar esa idea: "El miedo ha impregnado a todo y a tal punto que la gente no puede concebir la posibilidad de que haya un Estado palestino".
El político, que desde los años 70 hasta ahora ha hecho la transición de la derecha a la izquierda -"pasando previamente por la izquierda sionista y hoy en la izquierda no sionista"-, dice que el problema en Israel es que no existe una oposición verdaderamente de izquierdas, sino que todas las fuerzas políticas son derechistas y nadie quiere acabar con la ocupación de los territorios palestinos. "Este es el drama de Israel, no hay una oposición que sea lo suficientemente sensata para decir, para entender que el problema básico de este país es la ocupación y que hay que acabar con ella. Si no, seguiremos en olas de intifadas, levantamientos, guerras, atentados hasta el infinito", lamenta.
La oposición israelí se ha mostrado a favor del plan de EEUU y ha instado a Netanyahu a cumplirlo, sin dejar que sus socios de gobierno más radicales boicoteen una vez más la posibilidad de un alto el fuego. Aun así, nadie puede evitar que el Ejecutivo ultra decida reanudar la guerra después de obtener la liberación de los 48 rehenes -con su consiguiente rédito político en Israel-. El propio presidente Trump ha dejado claro que su prioridad es conseguir la puesta en libertad de los rehenes y, si Hamas diera algún paso en falso, "apoyará totalmente" a Israel para que "termine el trabajo" -esto es, el exterminio- en Gaza.
Fuente: elDiarioAr
Por Francesca Cicardi
El 7 de octubre de 2023, pasadas las 06.30 de la mañana, los milicianos de Hamas irrumpieron en el kibutz Beeri, a poco más de 4 kilómetros de la Franja de Gaza. Tammy Baruch recuerda dos años después cómo su hijo Edan (20 años) fue asesinado ese día, mientras que su hijo Sahar (25 años) fue secuestrado. Edan fue uno de los cerca de 1.200 fallecidos en el sur de Israel y Sahar uno de los 251 rehenes tomados por las milicias palestinas -de los cuales, 48 siguen cautivos.
El mismo 7 de octubre por la tarde, Israel daba comienzo a una durísima ofensiva de castigo contra Gaza, que se ha prolongado dos años y ha desembocado en un genocidio. Más de 67.000 palestinos han sido asesinados desde entonces y unos 170.000 han resultado heridos. Según la Comisión Internacional Independiente de la ONU, no son solo "los asesinatos y los daños corporales y mentales graves", sino que Israel los ha perpetrado "con la intención específica de destruir, total o parcialmente, a los palestinos en Gaza".
Esa intención ha sido especialmente manifiesta desde el pasado mes de marzo, cuando Israel rompió el alto el fuego con Hamas y retomó los ataques contra Gaza, imponiendo al mismo tiempo un bloqueo total sobre el enclave palestino que provocó la hambruna en la Franja (460 personas han muerto a causa de la desnutrición en los pasados meses).
Casi seis meses después del colapso de aquella tregua y tras varias rondas de negociaciones fallidas, la semana pasada se abrió la posibilidad más sólida hasta el momento de un nuevo cese de las hostilidades en Gaza, con base en una hoja de ruta impuesta por el presidente Donald Trump. Los negociadores de Israel y Hamas acudieron este lunes a la localidad egipcia de Sharm el Sheij, donde se espera que junto a los mediadores -Egipto, Qatar y Estados Unidos- lleguen a un acuerdo para que Israel detenga su ofensiva y Hamas deje en libertad a los 48 rehenes que siguen en la Franja.
Israel espera a los rehenes vivos y muertos
En Israel, todas las esperanzas están puestas en el plan de Trump para que los últimos rehenes que quedan en manos de las milicias palestinas sean devueltos, tanto los 20 que las autoridades creen que siguen con vida como los cadáveres de los otros. Entre los fallecidos, se encuentra Sahar Baruch, tal y como cuenta su madre a algunos medios internacionales, incluido elDiario.es, en el kibutz Beeri. La urbanización ha permanecido congelada en el tiempo, con adosados quemados, destrozados y con las marcas de las balas o de las granadas que emplearon los milicianos palestinos. Los residentes aún no han regresado, pero el kibutz organiza tours para la prensa y también para turistas.
"Unos días después del 7 de octubre me dijeron que Edan había sido asesinado, pero no supe qué le había pasado a Sahar durante mucho tiempo. No sabía si había sido asesinado o tomado como rehén y ambas posibilidades eran horribles", relata Tammy Baruch en el interior de la vivienda donde se encontraban sus hijos aquella fatídica mañana. Como todas las casas en Israel, tiene un refugio antimisiles y cohetes, del que los dos jóvenes se vieron obligados a salir cuando la casa empezó a arder.
"Después de más de tres semanas, me confirmaron que Sahar había sido secuestrado, pero [las autoridades] no sabían si estaba vivo o muerto". En diciembre, le dijeron a la familia que estaba vivo, pero una semana después les comunicaron que había muerto, no se sabe si a manos de sus captores o por fuego israelí durante una "operación de rescate". El Ejército israelí dijo posteriormente que no era posible determinar las circunstancias de su muerte, pero confirmó que había fallecido durante un intento de rescate.
Hay rehenes que siguen vivos en Gaza, lo más importante es traer de vuelta a los vivos porque el tiempo se acaba
Tammy Baruch - madre de un rehén muerto
Ahora, para Baruch es importante poder recuperar el cuerpo de su hijo Sahar para darle sepelio, junto a Edan, y empezar así el proceso de duelo que hasta ahora no ha sido posible y sólo será posible cuando lo entierre, explica. Sin embargo, señala que la prioridad son los 20 rehenes que las autoridades creen que están aún con vida: "Hay rehenes que siguen vivos en Gaza, lo más importante es traer de vuelta a los vivos porque el tiempo se acaba y no sabemos si van a sobrevivir", advierte. "Después de dos años de tortura, su vida corre peligro a cada segundo que pasa", agrega la mujer que viste una camiseta con las caras de los 48 secuestrados y el lazo amarillo en solidaridad con los rehenes que se puede ver en muchos lugares de Israel.
"Un acuerdo es inminente y tenemos que hacer todo lo posible para que ocurra", declara Baruch sin mostrar excesivo optimismo, su rostro refleja mucho cansancio y pocas ilusiones. Los familiares de los rehenes están manteniendo la presión sobre el primer ministro Benjamín Netanyahu -incluida una acampada a las puertas de su residencia en Jerusalén- para que llegue a un acuerdo con Hamas que libere a los rehenes. Según el plan elaborado por la Administración estadounidense, deberían ser puestos en libertad en 72 horas después de la entrada en vigor de un cese el fuego. "Por primera vez en meses, tenemos esperanzas de que nuestra pesadilla termine por fin", han afirmado las familias en un comunicado.
Por primera vez en meses, tenemos esperanzas de que nuestra pesadilla termine por fin
Familias de los rehenes israelíes
En todo momento, los familiares de los rehenes hablan de poner fin a la guerra, traer a los rehenes y a los soldados de vuelta a casa, pero no hacen referencia al sufrimiento de los palestinos ni a las terribles consecuencias que ha pagado la población civil de Gaza -la mayoría de los muertos son menores de edad y mujeres- por el ataque perpetrado por Hamas el 7 de octubre.
Preguntada por elDiario.es, Baruch no muestra pena por los niños y jóvenes de Gaza que, como sus dos hijos, han perdido la vida. "Creo que deben ser educados para amar a los seres humanos y la vida. Mi hijo era izquierdista y pacifista, y apoyaba a los palestinos, pero los palestinos deben ser educados para respetar la vida humana", afirma.
Un "delirio" colectivo que dura dos años
El historiador, activista por los derechos humanos y político argentino-israelí Meir Margalit explica a elDiario.es en una entrevista en Jerusalén que los deseos de venganza todavía siguen vivos y que la sociedad aún no ha podido comenzar el duelo y solo lo hará cuando vuelvan todos los secuestrados.
Según Margalit, la sociedad israelí vive en un "delirio" colectivo desde hace dos años y, precisamente, su nuevo libro que se publicará la próxima semana en España se titula El delirio de la sociedad israelí (Catarata, 2025). "Hay una minoría mesiánica, fanática, fundamentalista, fascista que está marcando el rumbo y también el futuro de este país. Netanyahu se deja arrastrar por esta minoría y arrastra detrás de sí a la gran mayoría de este país", afirma. Y eso es posible porque la población vive en "un estado de miedo y paranoia agudo, crónico" en el que sólo ve posible una "postura militarista".
El 7 de octubre hizo explotar el miedo y entramos en un círculo vicioso de miedo, terror y venganza
Meir Margalit - historiador argentino-israelí
"El miedo nosotros lo tenemos en el ADN. El miedo tiene que ver con centenares de años de pogromos, de inquisiciones y de holocausto, lo venimos mamando de nuestras madres. El 7 de octubre lo hizo explotar y entramos en un círculo vicioso de miedo, terror y venganza", afirma el historiador e investigador.
Considera que los israelíes no pueden solidarizarse con los gazatíes porque, en primer lugar, los medios de comunicación no muestran lo que ocurre en Gaza. "Aquí no se ve lo que ven ustedes en Europa, pero, aunque la gente lo viera, dudo mucho que cambiara de idea. Las ideas ya están prefijadas, entonces la gente buscaría una justificación, diría que los medios no reflejan la realidad, acusarían al periodista de antisemita".
La gente ha sufrido un lavado de cabeza muy profundo, desde el jardín de infancia los niños saben que la palabra árabe' representa una amenaza
Meir Margalit - historiador argentino-israelí
Margalit va más allá y asegura que "la gente ha sufrido un lavado de cabeza muy profundo, desde la guardería los niños saben que la palabra árabe' representa una amenaza. Y no hablemos del lavado de cabeza en el ejército" (el servicio militar es obligatorio para todos los israelíes, hombres y mujeres). "Después de tantos años de presión psicológica, el israelí es incapaz de ver una solución alternativa" a la militar.
El historiador y político es de los pocos que se atreven a usar la palabra genocidio en Israel. Sólo el pasado mes de julio, dos destacadas organizaciones de derechos humanos israelíes dijeron finalmente que lo que estaba cometiendo Israel en Gaza era un genocidio. "Yo uso la palabra genocidio, que me ha resultado muy difícil expresarla como judío e hijo de un superviviente del holocausto, pero no hay más remedio que llamar a las cosas por su nombre, si con eso vamos a entender el furor con el que Israel está atacando Gaza", admite Margalit.
Detrás de ese furor, hay razones políticas: "Hace un año la guerra tenía como objetivo acabar con Hamas y Hamas ya está acabado. Hoy la guerra tiene otro objetivo, incluso diría que es otra guerra y no la misma. La guerra de hoy tiene como objetivo destruir a la Autoridad Palestina y destruir de una vez por todas la idea de dos Estados para dos naciones".
La guerra de hoy tiene como objetivo destruir a la Autoridad Palestina y destruir de una vez por todas la idea de dos Estados para dos naciones
Meir Margalit - historiador argentino-israelí
Netanyahu ha dicho reiteradamente que no permitirá el establecimiento de un Estado palestino, incluso después de que Trump incluyera la idea en uno de los 20 puntos de su plan para el futuro de Gaza. Margalit afirma que la sociedad tampoco puede aceptar esa idea: "El miedo ha impregnado a todo y a tal punto que la gente no puede concebir la posibilidad de que haya un Estado palestino".
El político, que desde los años 70 hasta ahora ha hecho la transición de la derecha a la izquierda -"pasando previamente por la izquierda sionista y hoy en la izquierda no sionista"-, dice que el problema en Israel es que no existe una oposición verdaderamente de izquierdas, sino que todas las fuerzas políticas son derechistas y nadie quiere acabar con la ocupación de los territorios palestinos. "Este es el drama de Israel, no hay una oposición que sea lo suficientemente sensata para decir, para entender que el problema básico de este país es la ocupación y que hay que acabar con ella. Si no, seguiremos en olas de intifadas, levantamientos, guerras, atentados hasta el infinito", lamenta.
La oposición israelí se ha mostrado a favor del plan de EEUU y ha instado a Netanyahu a cumplirlo, sin dejar que sus socios de gobierno más radicales boicoteen una vez más la posibilidad de un alto el fuego. Aun así, nadie puede evitar que el Ejecutivo ultra decida reanudar la guerra después de obtener la liberación de los 48 rehenes -con su consiguiente rédito político en Israel-. El propio presidente Trump ha dejado claro que su prioridad es conseguir la puesta en libertad de los rehenes y, si Hamas diera algún paso en falso, "apoyará totalmente" a Israel para que "termine el trabajo" -esto es, el exterminio- en Gaza.
Fuente: elDiarioAr