El impacto crítico del extractivismo en bosques tropicales indígenasPor Aleida Rueda
Nuevos mapas detallados de la GATC y Earth Insight evidencian la superposición de proyectos industriales sobre territorios ancestrales en la Amazonía y Mesoamérica, impulsando una exigencia mundial por derechos territoriales y financiamiento directo en bosques tropicales indígenas.
Una coalición internacional de comunidades nativas y grupos locales, abarcando desde Mesoamérica hasta la cuenca amazónica, ha consolidado un frente común para demandar la garantía de sus derechos territoriales y el acceso sin intermediarios a financiamiento. Esta movilización surge tras la publicación de un análisis exhaustivo que cartografía, por primera vez a escala global, la presión que ejerce el modelo de extractivismo en bosques tropicales sobre sus habitantes.
El estudio, desarrollado conjuntamente por Earth Insight y la Alianza Global de Comunidades Territoriales (GATC), ofrece una visualización detallada de la crisis ecológica actual. Los mapas generados exponen la ubicación precisa de explotaciones gasísticas, petroleras, minería industrial, tala y agroindustria masiva en regiones críticas como el Congo, Indonesia, Mesoamérica y la Amazonía, hogar de aproximadamente 35 millones de personas indígenas.
Juan Carlos Jintiach Arcos, secretario ejecutivo de la GATC y miembro del pueblo Shuar ecuatoriano, destacó a SciDev.Net la importancia de esta evidencia comparativa. Según el líder indígena, los datos validan denuncias históricas de sus pueblos, demostrando que las amenazas no son incidentes aislados, sino un esquema estructural que se replica en todas las latitudes tropicales. Florencia Librizzi, subdirectora de Earth Insight, coincidió en que estas herramientas visuales sacan a la luz realidades frecuentemente ocultas en bases de datos técnicas dispersas.
Datos alarmantes por región
El reporte desglosa la magnitud de la amenaza por zonas geográficas. En la Amazonía, de las 250 millones de hectáreas (Mha) pertenecientes a comunidades locales, la industria de hidrocarburos pone en riesgo 31 Mha, mientras que la minería y la tala amenazan 9,8 Mha y 2,4 Mha respectivamente. Aunque el extractivismo afecta a los nueve países de la cuenca amazónica, existen variaciones; por ejemplo, las concesiones madereras se concentran notablemente en Surinam y Guyana.
Por su parte, Mesoamérica enfrenta desafíos particulares. Allí, la minería amenaza 18,7 Mha de tierras indígenas y los hidrocarburos 3,7 Mha, mayormente en operaciones costa afuera (offshore). Esta región lidia además con presiones adicionales derivadas del narcotráfico, megaproyectos de infraestructura y una gobernanza frágil en naciones como Nicaragua, Honduras y México.
Exigencias de soberanía y financiamiento para los bosques tropicales indígenas
Ante este panorama, los habitantes de las áreas afectadas reclaman cambios sustanciales, centrados en el reconocimiento de sus derechos y la aplicación efectiva del Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI). Jintiach Arcos enfatizó que el consentimiento genuino implica soberanía para decidir qué ingresa a sus territorios, y no debe ser manipulado por gobiernos o corporaciones para obtener aprobaciones rápidas en los bosques tropicales indígenas.
Levi Sucre Romero, de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB), añadió la necesidad de reformar los mecanismos de financiamiento. La exigencia no es solo recibir fondos, sino adaptar los esquemas de organismos multilaterales y estados para fortalecer la gobernanza territorial propia y crear sistemas de monitoreo que reflejen la realidad local.
Perspectivas sobre el futuro y casos de éxito
Expertos externos como Ivan Brehaut, de la Asociación ProPurus, valoran el informe por visibilizar también los riesgos para los pueblos en aislamiento voluntario (PIACI), refutando la idea de que los bosques son espacios vacíos. No obstante, advierte que la dependencia económica global de los combustibles fósiles sigue siendo el principal motor de estas presiones.
El análisis también arroja luz sobre soluciones efectivas. Se evidencia que el reconocimiento de la gobernanza comunitaria correlaciona directamente con una mejor conservación. Librizzi citó como ejemplo la Reserva de la Biosfera Maya en Guatemala, donde la deforestación en áreas gestionadas por comunidades es siete veces inferior al promedio nacional.
Para líderes como Olo Villalaz de la AMPB, esta protección nace de una visión espiritual y colectiva de la «Madre Tierra«. Hacia el futuro, la creciente coordinación entre organizaciones de las principales cuencas tropicales del mundo ofrece una señal de esperanza a los bosques tropicales indígenas, consolidando una voz unificada que, en palabras de Jintiach, ya no pide inclusión, sino una alianza en igualdad de condiciones para la regeneración global.
Fuente: Noticias Ambientales
Por Aleida Rueda
Nuevos mapas detallados de la GATC y Earth Insight evidencian la superposición de proyectos industriales sobre territorios ancestrales en la Amazonía y Mesoamérica, impulsando una exigencia mundial por derechos territoriales y financiamiento directo en bosques tropicales indígenas.
Una coalición internacional de comunidades nativas y grupos locales, abarcando desde Mesoamérica hasta la cuenca amazónica, ha consolidado un frente común para demandar la garantía de sus derechos territoriales y el acceso sin intermediarios a financiamiento. Esta movilización surge tras la publicación de un análisis exhaustivo que cartografía, por primera vez a escala global, la presión que ejerce el modelo de extractivismo en bosques tropicales sobre sus habitantes.
El estudio, desarrollado conjuntamente por Earth Insight y la Alianza Global de Comunidades Territoriales (GATC), ofrece una visualización detallada de la crisis ecológica actual. Los mapas generados exponen la ubicación precisa de explotaciones gasísticas, petroleras, minería industrial, tala y agroindustria masiva en regiones críticas como el Congo, Indonesia, Mesoamérica y la Amazonía, hogar de aproximadamente 35 millones de personas indígenas.
Juan Carlos Jintiach Arcos, secretario ejecutivo de la GATC y miembro del pueblo Shuar ecuatoriano, destacó a SciDev.Net la importancia de esta evidencia comparativa. Según el líder indígena, los datos validan denuncias históricas de sus pueblos, demostrando que las amenazas no son incidentes aislados, sino un esquema estructural que se replica en todas las latitudes tropicales. Florencia Librizzi, subdirectora de Earth Insight, coincidió en que estas herramientas visuales sacan a la luz realidades frecuentemente ocultas en bases de datos técnicas dispersas.
Datos alarmantes por región
El reporte desglosa la magnitud de la amenaza por zonas geográficas. En la Amazonía, de las 250 millones de hectáreas (Mha) pertenecientes a comunidades locales, la industria de hidrocarburos pone en riesgo 31 Mha, mientras que la minería y la tala amenazan 9,8 Mha y 2,4 Mha respectivamente. Aunque el extractivismo afecta a los nueve países de la cuenca amazónica, existen variaciones; por ejemplo, las concesiones madereras se concentran notablemente en Surinam y Guyana.
Por su parte, Mesoamérica enfrenta desafíos particulares. Allí, la minería amenaza 18,7 Mha de tierras indígenas y los hidrocarburos 3,7 Mha, mayormente en operaciones costa afuera (offshore). Esta región lidia además con presiones adicionales derivadas del narcotráfico, megaproyectos de infraestructura y una gobernanza frágil en naciones como Nicaragua, Honduras y México.
Exigencias de soberanía y financiamiento para los bosques tropicales indígenas
Ante este panorama, los habitantes de las áreas afectadas reclaman cambios sustanciales, centrados en el reconocimiento de sus derechos y la aplicación efectiva del Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI). Jintiach Arcos enfatizó que el consentimiento genuino implica soberanía para decidir qué ingresa a sus territorios, y no debe ser manipulado por gobiernos o corporaciones para obtener aprobaciones rápidas en los bosques tropicales indígenas.
Levi Sucre Romero, de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB), añadió la necesidad de reformar los mecanismos de financiamiento. La exigencia no es solo recibir fondos, sino adaptar los esquemas de organismos multilaterales y estados para fortalecer la gobernanza territorial propia y crear sistemas de monitoreo que reflejen la realidad local.
Perspectivas sobre el futuro y casos de éxito
Expertos externos como Ivan Brehaut, de la Asociación ProPurus, valoran el informe por visibilizar también los riesgos para los pueblos en aislamiento voluntario (PIACI), refutando la idea de que los bosques son espacios vacíos. No obstante, advierte que la dependencia económica global de los combustibles fósiles sigue siendo el principal motor de estas presiones.
El análisis también arroja luz sobre soluciones efectivas. Se evidencia que el reconocimiento de la gobernanza comunitaria correlaciona directamente con una mejor conservación. Librizzi citó como ejemplo la Reserva de la Biosfera Maya en Guatemala, donde la deforestación en áreas gestionadas por comunidades es siete veces inferior al promedio nacional.
Para líderes como Olo Villalaz de la AMPB, esta protección nace de una visión espiritual y colectiva de la «Madre Tierra«. Hacia el futuro, la creciente coordinación entre organizaciones de las principales cuencas tropicales del mundo ofrece una señal de esperanza a los bosques tropicales indígenas, consolidando una voz unificada que, en palabras de Jintiach, ya no pide inclusión, sino una alianza en igualdad de condiciones para la regeneración global.
Fuente: Noticias Ambientales