El negacionismo amparado por Milei marcha el sábado y desafía la lucha de Derechos Humanos
Por Santiago Ballatore Nisenbaum
Empezó con una campaña presidencial que negó el terrorismo de Estado, siguió con la visita oculta que diputados del nuevo oficialismo libertario hicieron a represores presos en Ezeiza y se profundizó con la designación como ministro de Defensa de un militar en actividad cuyo padre está acusado de cometer crímenes de lesa humanidad. Ahora, un nuevo grupo que niega los crímenes de los genocidas anunció una marcha que busca provocar e insultar algunos de los símbolos más emblemáticos de la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia: los pañuelos blancos y la Plaza de Mayo. Mientras la política se muestra lenta para reaccionar, los organismos de derechos humanos toman de nuevo la iniciativa y salen a la calle con la consigna de resistir a 50 años del comienzo de la última dictadura cívico militar.
"Hay que enfrentar con todo estos discursos negacionistas. Ellos inventaron una nueva teoría que se llama memoria completa, falseando la verdad porque los que siempre peleamos por toda la verdad fuimos nosotros: por saber dónde están nuestros hermanos apropiados, dónde están nuestros desaparecidos. En mi caso particular, sigo peleando por saber qué pasó con mis padres y mis tíos", contó a El Destape Alejandrina Barry, dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) e hija de desaparecidos. "La sociedad tiene que movilizarse porque siempre fue así la lucha contra la impunidad, fue una lucha dura pero colectiva y muy valiente", agregó.
Desde hace más de dos años que los organismos de derechos humanos están advirtiendo que se están minando los consensos que se construyeron después de la dictadura. Pero su lucha ganó más fuerza y urgencia en las últimas semanas, por ejemplo tras la convocatoria de la relativamente nueva organización Pañuelos Negros para pedir, en Plaza de Mayo, por la liberación de los represores condenados por crímenes de lesa humanidad. La provocación es doble: tomaron el símbolo de los pañuelos, siempre de las Madres y las Abuelas, y la Plaza de Mayo, el lugar donde nació el reclamo por los desaparecidos en pleno gobierno de facto. El grupo pro dictadura convocó a las 16, apenas una hora después de un "pañuelazo" organizado por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia en ese mismo lugar.
Este grupo negacionista está liderado por Asunción Benedit, hermana del diputado nacional de La Libertad Avanza Beltrán Benedit, el organizador de la visita que legisladores nacionales libertarios hicieron al penal de Ezeiza, donde se reunieron, entre otros, con los represores Adolfo Donda y Alfredo Astiz. Ella no sólo apoya a los genocidas condenados, sino que hasta pone en duda los crímenes de lesa humanidad por los que se los juzgó.
"No sólo hay que pedir libertad. Hay que reivindicar. Porque no es que están presos y se lo merecen. Algunos, y ya cumplieron ampliamente. La mayoría son inocentes, entonces hay que reivindicar qué es lo que ellos hicieron, por qué están ahí y cómo están sufriendo por darnos a nosotros la libertad de la que gozamos hoy", declaró días atrás Asunción Benedit al medio Toda la Verdad Primero, aunque evitó hablar de las torturas en centros clandestinos de detención, el asesinato de argentinos y el robo de bebés. En la misma entrevista, Benedit pidió por "el reconocimiento moral y económico de los veteranos que actuaron en la guerra contra la subversión" y dejó en claro sus ideas, que algún distraído podría calificar de delirantes, pero en realidad son negacionistas y falsas: "Cuando vos me decís: 'Hay muchas causas dudosas'; yo te diría que casi la mayoría. Hemos estudiado varias que no son dudosas. Estamos completamente seguros de que son causas armadas con testigos falsos, porque además queda en el expediente. No lo estoy diciendo yo, no lo dice el imputado. Hay una escuela, no sé si sabías, de testigos, varias escuelas de testigos falsos. Una la manejaba Milagro Sala. Ahí se les enseñaba a testificar falsamente".
Su honestidad brutal difiere de las críticas, aunque sea veladas y tibias, que había generado en el oficialismo la visita a los represores hace un año y medio. Los consensos de la democracia se fueron debilitando.
Aquella visita al penal de Ezeiza, a mediados de 2024, desató una de las tantas implosiones hacia adentro de La Libertad Avanza de ese año. Incluso, el presidente se despegó de la simpatía mostrada por sus propios diputados y apuntó contra la vicepresidenta Victoria Villarruel. "Hay que ver qué vínculos hay ahí. Mi agenda no es, seguro", respondió cuando en Radio Rivadavia le preguntaron si creía que había un vínculo entre la visita a Ezeiza y su compañera de fórmula.
No es nuevo el vínculo entre Villarruel y los grupos que justifican la represión de la dictadura: hay fotos de hace décadas que la ubican en protestas por la libertad de los militares represores presos. En noviembre de 2023, Página 12 publicó una serie de imágenes en las que se observaba a Villarruel marchando en 2005 junto a la defensora de represores Cecilia Pando en las afueras de Comodoro Py para pedir la liberación de los detenidos sin sentencia por los crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1976 y 1983, a quienes llamaban presos políticos. Las fotos de Enrique García Medina que difundió ese portal mostraban a Pando en primer plano, mientras que atrás aparecía la entonces candidata a vicepresidenta de LLA y diputada nacional. En otra foto, se veía un cartel cerca de Villarruel que narraba: "Kirchner llama delincuentes a los que nos salvaron del terrorismo subversivo".
Ya en su rol institucional, aprovechó su lugar en el Congreso de la Nación, donde preside el Senado, para promover este discurso, al que los grupos negacionistas bautizaron como "memoria completa". En agosto del 2024, encabezó una charla en la Cámara Alta para homenajear a las "víctimas del terrorismo", en la que dijo: "Es un logro inmenso encontrarnos en el Senado hablando de lo que quisieron silenciar y eliminar y esto es solo es una parte más del largo camino hacia la justicia, la verdad y la reparación de las víctimas del terrorismo".
Las políticas anti derechos humanos del gobierno de Milei
Como parte de la interna entre los Milei y Villarruel, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, le fue cooptando la agenda pro dictadura a la Vice: en los últimos dos 24 de marzo, día en que se conmemora el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, las redes de Casa Rosada publicaron videos que justificaron la represión de los militares de la dictadura; el vaciamiento a la Secretaría de Derechos Humanos fue sistemático -con despidos masivos y anulaciones de políticas de memoria-, y hace tan solo unos días se designó como ministro de Defensa a Carlos Alberto Presti, la primera vez que se elige a un militar activo para ese cargo desde el retorno de la democracia en 1983. Sólo esto podría haber encendido alertas, pero además el nuevo miembro del Gabinete es hijo de Carlos Roque Presti, un comandante que murió acusado de 44 crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.
La elección de Presti generó el repudio de organismos de derechos humanos: "A 49 años del operativo de los genocidas en el que asesinaron a Diana Teruggi y se llevaron a su hija Clara Anahí Mariani, de 3 meses de edad (sigue desaparecida), el gobierno de Milei anuncia que el hijo de uno de los acusados (murió impune) será en el nuevo ministro de Defensa", denunció H.I.J.O.S. "Ahora Carlos Alberto Presti será el nuevo ministro de Defensa. Es la primera vez desde la recuperación de la democracia que ese lugar será conducido por un militar. ¿Le reclamó alguna vez a su padre que rompa el pacto de silencio y diga dónde está Clara Anahí?", insistió el organismo, que sostuvo que "el gobierno de Milei y Villarruel sigue rompiendo consensos de la democracia".
Pese a las alarmas encendidas por los organismos, Milei y su oficialismo libertario ganaron las elecciones legislativas en octubre pasado. El Gobierno entendió que la mayoría de la sociedad los apoya completamente. Sin embargo, desde el campo de los derechos humanos no hacen esta lectura y defienden lo construido en democracia. "El pacto con la mayoría de la sociedad argentina no está roto. Siempre existió este sector. Hoy están envalentonados porque tienen a uno de sus representantes en la Presidencia y a otra de sus representantes en la Vicepresidencia", destacó en diálogo con este portal el abogado querellante en crímenes de lesa humanidad Pablo Llonto. "La inmensa mayoría de la sociedad argentina quiere que la democracia se imponga a las dictaduras. Defiende el Nunca Más y defiende la política de Memoria, Verdad y Justicia que han tenido estos 42 años de democracia, con distintos vaivenes, todos los gobiernos. Cada uno lo llevó adelante de distintas maneras. Por supuesto que los menos interesados en esa política de Memoria, Verdad y Justicia fueron los gobiernos de Menem y, en cierta medida, el de Macri, pero en el de Macri los juicios siguieron y Macri tres veces fue al Parque de la Memoria a homenajear a los desaparecidos junto a jefes de Estado de otros países. Por lo tanto, el pacto con la mayoría de la sociedad argentina no está roto", agregó.
Pero la preocupación crece porque el Gobierno avanza y destruye. Este año, por citar apenas un ejemplo, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, decidió el cierre del Centro Cultural Conti, que estaba dentro de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó durante la dictadura el principal centro clandestino de detención, tortura y exterminio. El cierre del Conti vino acompañado de casi 50 despidos, que se sumaron a los cientos que el Gobierno había efectuado en la Secretaría de Derechos Humanos durante el 2024.
Los aires políticos, como siempre, se traducen luego en la Justicia. El vaciamiento de las políticas y espacios de Memoria, Verdad y Justicia se dio casi en simultáneo con decisiones judiciales. Por ejemplo, el año pasado, en un breve período de sólo algunas semanas, la Cámara Federal de Casación le otorgó la libertad condicional a Diego Salvador Chemes, condenado en 2011 a 21 años y seis meses de prisión por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino El Vesubio; y el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 5 le concedió salidas transitorias extraordinarias a Adolfo Miguel Donda Tigel, condenado por delitos de lesa humanidad en la ex ESMA y sobre quien pesan una condena a prisión perpetua firme, una que no está firme y otra condena a 15 años de cárcel.
Como si esto no fuera suficiente, la Cámara Nacional de Apelaciones hizo lugar a un hábeas corpus de organizaciones que defienden a genocidas y que abogan por su excarcelación. En este último fallo, la Cámara no se expidió por el fondo de la cuestión, pero sí ordenó al tribunal de primera instancia que pidiera nuevos informes sobre las condiciones de detención de los implicados, muchos de ellos en la unidad penitenciaria vip de Campo de Mayo. Allí quedó al desnudo la simpatía que aún existe en sectores de las fuerzas de seguridad con los represores condenados. La respuesta del Servicio Penitenciario no solo no habló de superpoblación o complicaciones, sino que además reveló (sin ninguna vergüenza) que los represores pueden acceder a caminatas guiadas, clases de tenis, clases de "reeducación postural", clases de flexibilidad y clases de piano, entre otras actividades.
Para Llonto, Villarruel es "más expresiva" sobre este tema que Milei, pero sólo porque "se cuida" por "el tema de sus encuentros internacionales". "Sabe que muchos países europeos, entre ellos Francia, le van a reprochar cualquier comentario que haga a favor de los genocidas", señaló, justo en la previa de que el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas publique este viernes sus observaciones al Estado argentino acerca de los derechos humanos en general y de las personas privadas de la libertad en particular. Pero, aún cuando no habla él, sí habilita a que sus voceros oficiales y extraoficiales repitan y consoliden este relato pro dictadura. "El avance de los discursos negacionistas se está dando por parte de muchos comunicadores periodísticos que antes tenían un tipo de discurso en muchas cosas, entre ellas el tema de los derechos humanos, y ahora han modificado su discurso por razones de sus piruetas ideológicas y también de sus piruetas económicas", agregó Llonto.
Tras estos dos años, el Gobierno, una parte importante de la Justicia y de los medios de comunicación masivos parecen haberse alineado para intentar que los discursos negacionistas dejen de ser marginales y se vuelvan parte central y legítima de la discusión pública. "Cerca de cumplirse 50 años del inicio de la dictadura, por primera vez la 'memoria completa' se ha vuelto memoria oficial", alertó Hernán Confino, escritor del libro "Anatomía de una mentira" e historiador dedicado a analizar los grupos que justifican la represión de la década de 1970. "Resulta imposible considerar como marginales a sus exponentes porque muchos de ellos con relaciones muy fluidas con la actual gestión de gobierno. Sin embargo, no creo que la sociedad argentina sea más 'negacionista' ahora que antes", agregó, pero destacó una diferencia con el pasado reciente: el consenso democrático ya no alcanza como disciplinador social o electoral en momentos de crisis económica como la actual. "Pienso que la tramitación del pasado setentista ha dejado de ser una dimensión capaz de asegurar apoyos sociales amplios en contextos de penurias económicas y promesas democráticas incumplidas", explicó en diálogo con El Destape.
Para el académico, estos discursos negacionistas comenzaron a hacerse fuertes en algunos sectores de la sociedad antes de Milei. "Diría que algunos consensos en torno a las políticas de derechos humanos comenzaron a horadarse tibiamente con la gestión de Mauricio Macri, a partir de las declaraciones de funcionarios de segunda línea que pusieron en duda el terrorismo de Estado o con la fórmula del 'curro de los derechos humanos' que proyectó una sospecha sobre las víctimas de la violencia estatal", explicó, aunque aclaró: "Los puntos de inflexión los relacionaría más con el descrédito que cosecharon en otros campos las fuerzas políticas y las gestiones que sostuvieron posturas condenatorias a la violencia ilegal del Estado".
Ante la inacción de la política, los organismos de derechos humanos resisten
Mientras estos grupos negacionistas conquistan nuevos espacios en la política, la dirigencia opositora no parece centrar sus esfuerzos en evitar su avance. "Lo que ha cambiado notablemente es el contexto con el crecimiento de las extremas derechas y del activismo pro-militar. Parte de la dirigencia política que hoy ocupa lugares de poder funciona de hecho como aval y amplificador de estas posiciones", explicó Confino. A ese escenario se suma la incapacidad o la falta de voluntad de la oposición que defiende el consenso democrático de encabezar los esfuerzos concretos para frenar las políticas y los discursos negacionistas.
Por eso, los organismos de derechos humanos fueron los que llamaron a resistir la embestida del mileismo. En los últimos días, tomó fuerza una convocatoria de H.I.J.O.S para marchar a Plaza de Mayo el 11 de diciembre, un día después del Día Internacional de los Derechos Humanos y de la vuelta de la democracia en 1983. Después de la ronda semanal de las Madres de Plaza de Mayo, habrá una actividad que contará con discursos de referentes de la lucha por los derechos humanos, como Estela de Carlotto, Taty Almeida y Adolfo Pérez Esquivel. "Convocamos organismos de derechos humanos y organizaciones sociales, políticas, sindicales, culturales y estudiantiles. La unidad de las luchas, la memoria como bandera", pidió la H.I.J.O.S en su cuenta de X.
La consigna es clara: hay que salir a disputar los espacios, los símbolos y la discusión pública. Este sábado, los llamados Pañuelos Negros querrán apropiarse de la Plaza de Mayo. "No sabemos cuántos serán, pero seguramente muchos menos comparado con lo que fueron las masivas movilizaciones de los 24 de marzo contra el genocidio en nuestro país", destacó Alejandrina Barry y recordó que la lucha de derechos humanos tiene historia y apoyo. La traducción es simple: que el árbol no tape el bosque, porque en la Argentina la memoria no depende de quién esté en el Gobierno o en los tribunales; se refuerza día a día y se nota cada 24 de marzo, cuando miles de personas siguen reclamando en Plaza de Mayo para que los militares que viven rompan el pacto de silencio o cuando las Abuelas encuentran a un nieto nuevo y la mayoría de la sociedad se alegra. Hoy, los negacionistas están en el corazón del Gobierno y tienen poder para gritar más fuerte que antes. No es la primera vez que pasa en la Argentina y no es la primera vez que la lucha por los derechos humanos y la Memoria, Verdad y Justicia debe resistir en las calles.