"Me lo quedo": Trump confirmó que se apropiará del petróleo venezolano incautadoTras un fin de semana marcado por la intercepción de buques petroleros en aguas internacionales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, justificó el accionar militar con una declaración que valida las denuncias de "piratería" que llegan desde el Palacio de Miraflores.
Refiriéndose a los operativos recientes contra la llamada "flota fantasma" que transporta crudo de PDVSA, el presidente estadounidense fue brutalmente honesto sobre el destino de esos recursos: "Nos lo vamos a quedar, los barcos también... petróleo incautado. Quizás lo vendamos, quizás vayan a nuestras reservas". La frase, pronunciada con total naturalidad, confirma que el bloqueo naval no busca solo "restaurar la democracia" o impedir el narcotráfico, sino apropiarse de activos millonarios para inyectarlos en la economía o en las reservas estratégicas de Estados Unidos. La confesión implica que la Casa Blanca ve al Caribe como un botín de guerra disponible.
En el mismo acto realizado en su residencia privada de Florida, Trump anunció la creación de lo que bautizó como la "flota dorada" y ordenó la construcción inmediata de dos nuevos buques de guerra que inaugurarán la futura "clase Trump". Fiel a su estilo grandilocuente, el mandatario aseguró que estos nuevos "acorazados" serán "100 veces más poderosos" que los existentes en la actualidad. "Comenzarán a construirse inmediatamente", ordenó el republicano, quien proyecta armar hasta 25 de estas naves en el futuro cercano.
El anuncio incluyó críticas al propio complejo militar-industrial estadounidense. Trump cargó contra los actuales contratistas navales por "no hacer un buen trabajo" e insistió en que estos barcos deben fabricarse "con rapidez". Si bien la excusa oficial es la competencia geopolítica con China y la necesidad de revitalizar los astilleros nacionales, el despliegue de esta retórica belicista tiene un impacto directo e inmediato en la región.
Asfixia a PDVSA
La orden de construir la "flota dorada" llega apenas una semana después de que la Casa Blanca instruyera confiscar todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. El objetivo es estrangular la industria del crudo, la principal fuente de ingresos del país caribeño, bajo el argumento de combatir una supuesta red de narcotráfico.
Desde el 10 de diciembre, valiéndose de la superioridad naval desplegada en la región, Estados Unidos ya detuvo dos petroleros. Ahora, con la promesa de quedarse con los barcos y vender la carga, Trump transforma el bloqueo en un negocio redondo para el país que gobierna.
Fuente: El Destape
Tras un fin de semana marcado por la intercepción de buques petroleros en aguas internacionales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, justificó el accionar militar con una declaración que valida las denuncias de "piratería" que llegan desde el Palacio de Miraflores.
Refiriéndose a los operativos recientes contra la llamada "flota fantasma" que transporta crudo de PDVSA, el presidente estadounidense fue brutalmente honesto sobre el destino de esos recursos: "Nos lo vamos a quedar, los barcos también... petróleo incautado. Quizás lo vendamos, quizás vayan a nuestras reservas". La frase, pronunciada con total naturalidad, confirma que el bloqueo naval no busca solo "restaurar la democracia" o impedir el narcotráfico, sino apropiarse de activos millonarios para inyectarlos en la economía o en las reservas estratégicas de Estados Unidos. La confesión implica que la Casa Blanca ve al Caribe como un botín de guerra disponible.
En el mismo acto realizado en su residencia privada de Florida, Trump anunció la creación de lo que bautizó como la "flota dorada" y ordenó la construcción inmediata de dos nuevos buques de guerra que inaugurarán la futura "clase Trump". Fiel a su estilo grandilocuente, el mandatario aseguró que estos nuevos "acorazados" serán "100 veces más poderosos" que los existentes en la actualidad. "Comenzarán a construirse inmediatamente", ordenó el republicano, quien proyecta armar hasta 25 de estas naves en el futuro cercano.
El anuncio incluyó críticas al propio complejo militar-industrial estadounidense. Trump cargó contra los actuales contratistas navales por "no hacer un buen trabajo" e insistió en que estos barcos deben fabricarse "con rapidez". Si bien la excusa oficial es la competencia geopolítica con China y la necesidad de revitalizar los astilleros nacionales, el despliegue de esta retórica belicista tiene un impacto directo e inmediato en la región.
Asfixia a PDVSA
La orden de construir la "flota dorada" llega apenas una semana después de que la Casa Blanca instruyera confiscar todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. El objetivo es estrangular la industria del crudo, la principal fuente de ingresos del país caribeño, bajo el argumento de combatir una supuesta red de narcotráfico.
Desde el 10 de diciembre, valiéndose de la superioridad naval desplegada en la región, Estados Unidos ya detuvo dos petroleros. Ahora, con la promesa de quedarse con los barcos y vender la carga, Trump transforma el bloqueo en un negocio redondo para el país que gobierna.
Fuente: El Destape