Patagonia
Crecen las voces de alerta por la desertificación en la PatagoniaLa degradación afecta un 40% de la superficie argentina. Expertos advierten sobre la calidad de las tierras y la sobrecarga de los campos.
Varias son las voces que se alzan para luchar contra la desertificación en el Día Nacional de la Conservación de los Suelos. El uso no sostenible de estos frágiles ámbitos guardan un grave antecedente en la región del Nordeste de la Patagonia.
Miles de hectáreas de montes y pastizales han sido devastadas para ampliar fronteras agrícolas en los últimos años o bien aprovechar bosques leñosos, aunque la naturaleza le jugó en contra al producirse bajos regímenes de lluvia y vientos que contribuyeron con la erosión. Según Mario Enrique (INTA-Valle Inferior) de los 280 millones de hectáreas que abarca la Argentina, 112 millones (40%) están afectadas por degradación.
Unos seis años atrás, todos los organismos públicos comenzaron a trabajar para evitar las voladuras. Se fijó como estrategia límites al desmonte, y control para evitar el problema en las rutas, recuperando coberturas de suelos con especies fijadoras.
Aún así, Enrique advirtió a "Río Negro" que a seis años de ese antecedente "no hemos recuperado la calidad de los suelos". Consideró la necesidad de tener encendida las "luces amarillas", porque si bien es bueno el actual régimen de lluvias "tampoco recuperamos calidad de pastizales del monte". Apuntó que "tenemos cobertura de especies anuales (por caso avenas) que son muy explosivas al momento de llover, pero si falta agua; desaparecen".
Insistió en que "el riesgo es la sobrecarga de los campos con hacienda para comer todo el pasto que hay, y si no sigue lloviendo, nos quedamos sin pasto" con lo cual es posible nuevos problemas de falta de cobertura y de erosión". El experto recomendó acotar el alimento de pastos naturales y que se impulsen planes de reserva forrajes con la elaboración de rollos.
A su entender, "no hay que salir como locos el arado para sembrar y después no llueve, y se vuelven a volar". Observó campos en ese estado con lo cual "seguimos cometiendo los mismos errores".
A título de ejemplo, los docentes del curso de Manejo y Conservación de Suelos de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), junto con estudiantes de Ingeniería Agronómica y la Licenciatura en Ciencias Ambientales realizan prácticas sistemáticas en las que "se observa, con preocupación, procesos muy avanzados de deterioro por erosión eólica, principalmente en el área de secano de Patagones y Sur de Viedma", afirmó el profesor a cargo, Alejandro Aragón.
El docente sostuvo que "debe tomarse conciencia de que esta situación es consecuencia de hábitos vigentes en el uso de la tierra, por lo cual puede pronosticarse su agravamiento en períodos de sequía, que sabemos frecuentes, vinculados a agricultura y sobrecarga animal".
Por su parte, el productor Edgardo Tejeda, señaló que en zonas aledañas al predio que explota en campos de secano del Departamento Adolfo Alsina hoy está sembrado de trigo donde había arena pero "nadie hace resguardo porque se olvidaron de la sequía, y no hay cultura conservacionista".
El 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo desde 1963, en memoria del doctor Hugh Hammond Bennet, un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.
Fuente: Río Negro
La degradación afecta un 40% de la superficie argentina. Expertos advierten sobre la calidad de las tierras y la sobrecarga de los campos.
Varias son las voces que se alzan para luchar contra la desertificación en el Día Nacional de la Conservación de los Suelos. El uso no sostenible de estos frágiles ámbitos guardan un grave antecedente en la región del Nordeste de la Patagonia.
Miles de hectáreas de montes y pastizales han sido devastadas para ampliar fronteras agrícolas en los últimos años o bien aprovechar bosques leñosos, aunque la naturaleza le jugó en contra al producirse bajos regímenes de lluvia y vientos que contribuyeron con la erosión. Según Mario Enrique (INTA-Valle Inferior) de los 280 millones de hectáreas que abarca la Argentina, 112 millones (40%) están afectadas por degradación.
Unos seis años atrás, todos los organismos públicos comenzaron a trabajar para evitar las voladuras. Se fijó como estrategia límites al desmonte, y control para evitar el problema en las rutas, recuperando coberturas de suelos con especies fijadoras.
Aún así, Enrique advirtió a "Río Negro" que a seis años de ese antecedente "no hemos recuperado la calidad de los suelos". Consideró la necesidad de tener encendida las "luces amarillas", porque si bien es bueno el actual régimen de lluvias "tampoco recuperamos calidad de pastizales del monte". Apuntó que "tenemos cobertura de especies anuales (por caso avenas) que son muy explosivas al momento de llover, pero si falta agua; desaparecen".
Insistió en que "el riesgo es la sobrecarga de los campos con hacienda para comer todo el pasto que hay, y si no sigue lloviendo, nos quedamos sin pasto" con lo cual es posible nuevos problemas de falta de cobertura y de erosión". El experto recomendó acotar el alimento de pastos naturales y que se impulsen planes de reserva forrajes con la elaboración de rollos.
A su entender, "no hay que salir como locos el arado para sembrar y después no llueve, y se vuelven a volar". Observó campos en ese estado con lo cual "seguimos cometiendo los mismos errores".
A título de ejemplo, los docentes del curso de Manejo y Conservación de Suelos de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), junto con estudiantes de Ingeniería Agronómica y la Licenciatura en Ciencias Ambientales realizan prácticas sistemáticas en las que "se observa, con preocupación, procesos muy avanzados de deterioro por erosión eólica, principalmente en el área de secano de Patagones y Sur de Viedma", afirmó el profesor a cargo, Alejandro Aragón.
El docente sostuvo que "debe tomarse conciencia de que esta situación es consecuencia de hábitos vigentes en el uso de la tierra, por lo cual puede pronosticarse su agravamiento en períodos de sequía, que sabemos frecuentes, vinculados a agricultura y sobrecarga animal".
Por su parte, el productor Edgardo Tejeda, señaló que en zonas aledañas al predio que explota en campos de secano del Departamento Adolfo Alsina hoy está sembrado de trigo donde había arena pero "nadie hace resguardo porque se olvidaron de la sequía, y no hay cultura conservacionista".
El 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo desde 1963, en memoria del doctor Hugh Hammond Bennet, un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.
Fuente: Río Negro
Varias son las voces que se alzan para luchar contra la desertificación en el Día Nacional de la Conservación de los Suelos. El uso no sostenible de estos frágiles ámbitos guardan un grave antecedente en la región del Nordeste de la Patagonia.
Miles de hectáreas de montes y pastizales han sido devastadas para ampliar fronteras agrícolas en los últimos años o bien aprovechar bosques leñosos, aunque la naturaleza le jugó en contra al producirse bajos regímenes de lluvia y vientos que contribuyeron con la erosión. Según Mario Enrique (INTA-Valle Inferior) de los 280 millones de hectáreas que abarca la Argentina, 112 millones (40%) están afectadas por degradación.
Unos seis años atrás, todos los organismos públicos comenzaron a trabajar para evitar las voladuras. Se fijó como estrategia límites al desmonte, y control para evitar el problema en las rutas, recuperando coberturas de suelos con especies fijadoras.
Aún así, Enrique advirtió a "Río Negro" que a seis años de ese antecedente "no hemos recuperado la calidad de los suelos". Consideró la necesidad de tener encendida las "luces amarillas", porque si bien es bueno el actual régimen de lluvias "tampoco recuperamos calidad de pastizales del monte". Apuntó que "tenemos cobertura de especies anuales (por caso avenas) que son muy explosivas al momento de llover, pero si falta agua; desaparecen".
Insistió en que "el riesgo es la sobrecarga de los campos con hacienda para comer todo el pasto que hay, y si no sigue lloviendo, nos quedamos sin pasto" con lo cual es posible nuevos problemas de falta de cobertura y de erosión". El experto recomendó acotar el alimento de pastos naturales y que se impulsen planes de reserva forrajes con la elaboración de rollos.
A su entender, "no hay que salir como locos el arado para sembrar y después no llueve, y se vuelven a volar". Observó campos en ese estado con lo cual "seguimos cometiendo los mismos errores".
A título de ejemplo, los docentes del curso de Manejo y Conservación de Suelos de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), junto con estudiantes de Ingeniería Agronómica y la Licenciatura en Ciencias Ambientales realizan prácticas sistemáticas en las que "se observa, con preocupación, procesos muy avanzados de deterioro por erosión eólica, principalmente en el área de secano de Patagones y Sur de Viedma", afirmó el profesor a cargo, Alejandro Aragón.
El docente sostuvo que "debe tomarse conciencia de que esta situación es consecuencia de hábitos vigentes en el uso de la tierra, por lo cual puede pronosticarse su agravamiento en períodos de sequía, que sabemos frecuentes, vinculados a agricultura y sobrecarga animal".
Por su parte, el productor Edgardo Tejeda, señaló que en zonas aledañas al predio que explota en campos de secano del Departamento Adolfo Alsina hoy está sembrado de trigo donde había arena pero "nadie hace resguardo porque se olvidaron de la sequía, y no hay cultura conservacionista".
El 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo desde 1963, en memoria del doctor Hugh Hammond Bennet, un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.
Fuente: Río Negro