Petróleo

Subsidios: el gas no alcanza, aunque Macri y Cristina le dieron U$S 8.700 millones a las petroleras

Las empresas petroleras han resultado las más beneficiadas durante la gestión de Mauricio Macri a partir los abultados subsidios recibidos del Estado para la producción de gas natural especialmente en Vaca Muerta, pero también fueron subsidiadas por el kirchnerismo. En solamente los últimos seis años recibieron casi 8.700 millones de dólares en subsidios. Si se suman los "incentivos" otorgados por el extinto Barril Criollo, lo proyectado para este 2019 por el Plan Gas y la deuda reclamada por las empresas, la cifra ascendería a los 13.200 millones de dólares.

Con la excusa de impulsar la deficitaria producción gasífera del país, fundamentalmente direccionada a la explotación de los recursos no convencionales de Vaca Muerta, durante los últimos seis años el Estado nacional otorgó a las compañías petroleras un total de 8.692 millones de dólares. Según las variaciones promedio del tipo de cambio, representaron para las arcas estatales una erogación de 114 mil millones de pesos.

A pesar de tamaña cantidad de subsidios que recibieron las petroleras, el país sigue padeciendo la falta de gas en la época invernal y se ve obligado a comprarlo en el exterior, ya sea a Bolivia o por barcos que arriban con Gas Natural Licuado (GNL).

Políticas K y políticas M

Conceptualmente, en este tipo de políticas subsidiarias de las compañías privadas del sector el kirchnerismo y el macrismo coincidieron con fuerte puntos de contacto, aunque es válido aclarar que también han tenido diferencias; no solamente por la incidencia que buscaron que tuvieran dichos subsidios sino también por las cantidades que ambas gestiones destinaron.

El principal punto de contacto de ambos gobiernos -enfrentados en lo discursivo pero con puntos estrechos de acercamiento- fue la incentivación de las petroleras para desarrollar la explotación del mega yacimiento de no convencionales de Vaca Muerta, ubicado en la Cuenca Neuquina.

La última gestión de Cristina Fernández de Kirchner y la primera de Mauricio Macri coincidieron en los serios problemas desabastecimiento al mercado interno durante el invierno, aunque esas dificultades que se tradujeron en la necesidad de comprar gas en el extranjero se manifestaron más fuertemente en el gobierno K que en el M. El consumo de gas cayó fuertemente entre los usuarios domiciliarios por los tarifazos macristas y los niveles de uso de gas en la industria son mucho menores como consecuencia de la crisis económica y la capacidad instalada ociosa en el sector productivo.

A pesar de todo este entramado de crisis y supuestos cambios en las políticas energéticas, lo cierto es que a lo largo de los últimos seis años las petroleras recibieron 114 mil millones de pesos en subsidios a la producción de gas natural, a los que se le deben adosar los 40.000 millones de pesos que se les pagaría en este 2019 y los 63.300 millones correspondientes a una deuda de 2017. Así se llegará a 217 mil millones de pesos para el gas y si se le suman los casi 34.700 millones de pesos por el Barril Criollo para la producción petrolera, la cifra definitiva acumulará 252 mil millones de pesos en subsidios para las poderosas compañías del sector.

"Incentivos" estatales con magros resultados productivos

Las petroleras que operan en el país se beneficiaron por la instrumentación de los subsidios a la producción de gas que venía estancada en los últimos años, pero hay que aclarar que a pesar de los "incentivos" como gustan llamar los gobiernos a los subsidios para las compañías del sector no lograron mejorar considerablemente los niveles de producción gasífera nacional. Hoy en día sólo se exporta menos gas por la tangible crisis económica que afecta tanto a la industria como a los usuarios domiciliarios.

En 2010, antes que arrancara el festival de subsidios, la producción nacional de gas fue de 47.107.584 millones de metros cúbicos anuales y el año pasado apenas si llegó a alcanzar ese nivel con una producción de 47.021.182 millones de metros cúbicos. Tras haber gastado el Estado 115 mil millones de pesos en subsidios al Plan Gas para las petroleras durante seis años, solamente se consiguió recuperar los niveles productivos de hace casi una década.

Esas mismas conclusiones pueden detectarse cuando se analiza lo acontecido en los tres últimos años de gobierno kirchnerista y en los tres primeros del macrista, sin que se demuestra que la política de subsidios a las petroleras haya permitido solucionar el problema gasífero frente a tamaño desembolso salido de las arcas del Estado.

En 2013 la producción nacional de gas fue de 41.708.289 millones de metros cúbicos y para el 2015 la cifra ascendió 42.905.533 millones de metros cúbicos, lo que representó una leve suba del 2,9% en la extracción de gas; pero durante esos años el kirchnerismo destinó para las petroleras un total de 3.756 millones de dólares que representaron 29.427 millones de pesos.

Mientras que la gestión de macrista tuvo una producción gasífera en el 2016 de 44.987.829 millones de metros cúbicos anuales y el año pasado cerró con una extracción de 47.021.182 millones de metros cúbicos. A lo largo de los tres primeros años de Cambiemos la producción de gas subió solamente un 4,5% y el Estado destinó la friolera de 4.936 millones de dólares que representaron 84.667 millones de pesos; aunque al sumarle el monto reclamado como deuda por las petroleras la cifra destinada por el macrismo en subsidios al gas asciende a los 6.519 millones de dólares que se traducen en 147.987 millones de pesos.

Si se observa la acontecido entre los tres años finales del kirchnerismo y los tres primeros del macrismo se concluye que los subsidios en el gobierno de Cambiemos aumentaron un 31,4% por encima del final de mandato de Cristina Kirchner, pero si se le agrega el pago de lo adeudado ese porcentaje se modifica con un incremento del 73,5%, mientras que la producción gasífera del país solamente subió un 12% desde el 2013 hasta el 2018.

Subsidios para no importar, casi nada de ajuste y pago de la deuda

La famosa Resolución 46 que firmó el ex secretario de Energía Juan José Aranguren fue una de las principales herramientas conquistadas por las petroleras para incentivar la producción de gas no convencional en Vaca Muerta, garantizando el pago de hasta 7,5 dólares por millón de BTU por el gas en boca de pozo, cifra muy por encima del promedio internacional del gas.

Frente a las presiones de ajuste que impuso el FMI a cambio del desembolso de los préstamos, el gobierno de Macri se vio obligado a reducir los subsidios al Plan Gas, lo que generó una conmoción en el mundo del empresariado petrolero y el reclamo de varias operadoras, en especial de Tecpetrol que pertenece al Grupo Techint de la familia Rocca.

Es que originalmente y antes del recorte en el Presupuesto nacional, la administración de Cambiemos había proyectado cerca de 1.300 millones de dólares para incentivar a las petroleras con el Plan Gas y luego del ajuste la cifra se había reducido a cerca de 700 millones de dólares; una suma similar a la destinada en el 2018.

Las tensiones alcanzaron tal magnitud, con la amenaza de la paralización o el freno de la actividad en Vaca Muerta que es el único ejemplo productivo positivo que tiene el macrismo para mostrar al electorado y al mundo, que el Gobierno nacional ahora cedería a las presiones empresarias y les otorgaría unos 1.000 millones de dólares en subsidios a lo largo de todo el 2019.

De alguna manera partiría las diferencias entre las exigencias del FMI y las petroleras, pero para justificar los desembolsos buscaría un nuevo formato, ya no sería solamente para incentivar la producción de gas de Vaca Muerta sino que les exigiría a las compañías del sector que hagan su esfuerzo productivo en la época invernal para de esa manera reducir las importaciones de GNL que el año pasado representaron cerca de 1.055 millones de dólares.

Reclamos

Ese no será el único beneficio para las petroleras, porque el gobierno macrista se comprometería a pagar una deuda que las empresas del sector reclaman por el Plan Gas del año 2017 -incluida en el Proyecto de Presupuesto Nacional 2019- y que representaría cerca de 1.600 millones de dólares, el que se abonaría en 30 cuotas mensuales hasta junio de 2021. Esa suma es justamente similar a diferencia que surge de los 1.300 millones de dólares pagados en el 2017 frente a los casi 3.000 millones abonados por el macrismo en el 2016.

Los 1.583 millones de dólares que reclaman las petroleras por los subsidios al gas no pagados se distribuyen de la siguiente manera: 792 millones de dólares para YPF; 163 millones para Pan American Energy (PAE); 159 millones para Total Austral; 121 millones para Wintershall; 91 millones para Pampa Energía; y otros 257 millones de dólares pretendidos por Compañía General de Combustibles (CGC), Petrobras, Sinopec, Tecpetrol, Shell y Exxon.

Es decir que, a los 114.094 mil millones de pesos pagados en seis años por el subsidio al gas se le sumarán este año otros 40.000 millones de pesos (1.000 millones de dólares a un dólar de apenas 40 pesos) para intentar reemplazar importaciones gasíferas invernales -similar a las medidas tomadas por el kirchnerismo en el final de su tercer mandato- y liberarles las exportaciones estivales; pero además se le deben adosar otros 63.300 millones de pesos (1.583 millones de dólares a también 40 pesos) por la deuda reclamada del 2017.

En total y sólo por los "incentivos" al gas, el Estado nacional destinaría al final del año y desde el 2013 una cifra cercana a los 217 mil millones de pesos; pero si se suman los 34.691 millones de pesos otorgados a las petroleras por el ya desaparecido Barril Criollo, que equilibraba -durante los años 2015, 2016 y 2017- los valores del mercado interno frente a la baja del precio internacional del crudo, los subsidios a las petroleras terminarán rondando los 252 mil millones de pesos.