Economía

Un 76% más endeudados en tres años

El balance de pagos revela cómo trepó la deuda año a año. En 2018 creció 18 por ciento, mientras seguía la fuga de divisas.

El ciclo de endeudamiento sumó en tres años más de 120 mil millones de dólares al stock de pasivos externos. Así, entre 2015 y 2018, la deuda externa bruta total escaló un 76 por ciento al pasar de 157.792 a 277.921 millones de dólares. Las cifras oficiales de la Balanza de Pagos para el cuarto trimestre del año pasado elaborada por el Indec muestran cómo el tamaño de la deuda externa trepó 18 por ciento en 2018. Si hasta mediados del año pasado el motor del endeudamiento era el mercado financiero internacional, a partir de la crisis cambiaria el Fondo Monetario se convirtió en el principal financista externo del país.

El programa de ajuste y reformas comprometido por Argentina para acceder al crédito del organismo multilateral limitó el margen de maniobra para implementar políticas económicas. "Las necesidades netas de financiamiento fueron cubiertas esencialmente por el ingreso de fondos del préstamo otorgado por el FMI al Gobierno nacional y por la ampliación del swap de monedas con la República Popular China", expresa el informe.

Los datos publicados ayer incluyen además la Posición de Inversión Internacional (PII), que permite realizar la estimación más conservadora para la magnitud de los capitales fugados. Con esa información, se calcula que los argentinos tenían 293.278 millones de dólares en el exterior al finalizar 2018. La cifra que no incluye ahorros en dólares por fuera del sistema financiero ni los activos y cuentas administradas a través del mundo offshore, representa un incremento de 26 mil millones de dólares en el año. Por eso, representa un piso para dimensionar los activos que tienen argentinos en el exterior. Estimaciones construidas por los ex investigadores del Cefid-Ar elevaron el stock fugado del país hasta 500.000 millones de dólares.

El comportamiento de las elites económicas ha sido facilitado por la profunda liberalización financiera y cambiaria observada a lo largo de los últimos tres años. La fuga de capitales es, sin embargo, una característica estructural de la economía argentina hace cincuenta años. El origen, su volumen y las causas han cambiado a lo largo de ese período que comenzó a mediados de los setenta pero la salida de divisas es permanente. Desde 2015, con la llegada del gobierno de Cambiemos, el combustible para la fuga son los dólares generados por el endeudamiento externo. De acuerdo a la metodología publicada por el organismo estadístico, los datos se obtienen del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Deutsche Bundesbank, Bloomberg y la Caja de Valores, entre otros.

Los últimos datos publicados por el Banco Central mostraron que la fuga de capitales no se detiene. El atesoramiento de dólares billetes sumó 3807 millones de dólares en febrero. La cifra fue un 70 por ciento más elevada que en igual mes del año pasado. Pero, como la crisis económica comienza a impactar sobre los individuos dolarizados, se registraron ventas por 3186 millones dólares, con un avance de 152 por ciento interanual. De esa forma el resultado mensual fue una fuga neta de 621 millones de dólares, contra los 970 millones de febrero del año pasado.

El informe del Indec muestra que la Cuenta Corriente arrojó en 2018 un resultado negativo de 28.003 millones de dólares. El comercio exterior mostró una significativa reducción del déficit con un rojo por 10.575 millones de dólares que expresa el impacto de la devaluación y la recesión sobre las importaciones así como la merma de las ventas externas que siguió a la sequía. En cambio, por el pago de rentas, que incluye los intereses de la deuda, hubo salidas netas por 18.620 millones de dólares.

Fuente: Página/12