Política

Buzzi y el regreso del consultor "estrella" que nunca se fue

Por Alberto Larsen

En la vida todo vuelve. Hasta Martín Buzzi. Después de perder por escasos 3.000 votos la posibilidad de ser reelegido gobernador muchos lo daban por muerto políticamente, pero está vivito y coleando y busca nuevamente ser intendente de Comodoro Rivadavia. En su regreso, Buzzi ha recurrido a viejos conocidos como el polémico consultor Rafael Prieto, histórico ladero del ex gobernador e intendente que supo cosechar todo tipo de denuncias como producto de su asesoramiento y negocios colaterales.

La voz de alerta la dieron periodistas locales, todos con el ojo entrenado y algunos con experiencia en el área de comunicación institucional de las gestiones de Buzzi. Enseguida supieron reconocer la autoría de los comunicados del comité de campaña buzzista, con sus títulos en enormes mayúsculas y una prosa algo pomposa y bastante anticuada destinada a insinuar con claridad la firmeza del candidato.

Rafael Prieto heredó su inconfundible forma de escribir de su padre, Ramón Prieto, un militante comunista que en su carácter de comisario político del bando republicano escribía proclamas durante la Guerra Civil Española. Luego, en la Argentina, fue uno de los artífices del acuerdo por el que Perón apoyó la candidatura de Arturo Frondizi.

De muy joven Rafael abrazó la militancia desarrollista y de la mano del MID desembarcó en la sección Economía del diario Clarín allá por mediados de los ?80, donde pasó sin demasiada pena ni gloria. Pocos recuerdan su oficio como periodista pero sí su habilidad para hacer negocios detrás de la máquina de escribir.

La historia hace fast forward hasta el siglo XXI y lo encuentra a Martín Buzzi en la Intendencia y a Rafael Prieto como titular de una consultora llamada Odatech. Pese a que dicha firma se especializaba en soluciones tecnológicas para el sector de la salud y las obras sociales, fue contratada por la Municipalidad de Comodoro Rivadavia primero y por la Gobernación después para hacer clippings de noticias.

Las aventuras de Kiko y Kako

Allí empezó el ascenso de Prieto en el Mundo Buzzi. Por aquel entonces tenía como socio al politólogo Ariel Godoy. Siempre se los veía juntos, tanto que cuando comenzaron a levantar su perfil y a moverse con total libertad por los pasillos de la intendencia fueron bautizados Kiko y Kako.

La dupla encabezada por Prieto dejó de vender sólo clippings para empezar a brindar asesoramiento todoterreno, con especial foco en la comunicación y el marketing político. Esa intromisión les hizo ganar la enemistad del entonces secretario de Medios municipal, Marcelo Velasco, que vislumbró un burdo intento por manejarle la caja de la pauta oficial.

Pero su resistencia tuvo un límite y, a instancias de Kiko y Kako, Velasco fue reemplazado por el inexperto Christian Latorre. Vía libre para que Odatech -ahora rebautizada Qualitative- moviese absolutamente todos los hilos y convenciera a Buzzi de que sus estrategias lo harían gobernador, como si no importara demasiado el apoyo de Mario Das Neves.

En aquel entonces se empezó a hablar, aunque en voz baja, de los negocios de Prieto y no faltó algún pedido de informes en la Legislatura pidiendo precisiones sobre los contratos de Odatech/Qualitative con el Gobierno del Chubut. Pero lo mejor estaba por venir.

Con la llegada de Martín Buzzi a la Gobernación comenzó la era dorada de Rafael Prieto. Los Kiko y Kako caminaban por todos los despachos de Fontana 50, se metían en las reuniones de gabinete, opinaban como si fuesen ministros y operaban para poner o sacar funcionarios. Era vox populi en Casa de Gobierno que la dupla, y muy especialmente Prieto, administraban los temores e ideas persecutorias de Buzzi para obtener cada vez mayor influencia. Al mismo tiempo, facturaban honorarios por encuestas, publicidad, asesoramiento a la Gobernación y a todos los organismos autárquicos y descentralizados.

Sin embargo, no conforme con todos los contratos y favores obtenidos, Prieto rendía a la caja chica de la Unidad Gobernador gastos personales como hoteles, comidas y hasta algún café con leche. Esa voracidad fue su primer error.

El brillante negocio (al menos para Prieto era brillante) exigía cierta discreción, más que nada en una provincia donde sobran personas con talento para asesorar y por ende no son bien vistos los forasteros ávidos. Quien se encargó de desenmascarar a Kiko y Kako fue el diario Jornada, que llamó la atención sobre la facturación de Qualitative, los modos y los lujos con los que se movían los consultores.

Esta revelación desató una breve guerra entre el Gobierno del Chubut y Jorge Aidar Bestene (por entonces dueño de Jornada), pero también una catarata de pedidos de informes y la aparición de nuevos datos, algunos insólitos como el hecho de que Prieto figurara inscripto como astrólogo ante la AFIP.

Por si fuera poco, pese a que pasaron por el Gobierno dos subsecretarios de Comunicación Pública -Juan Martín y Sergio Fernández Novoa- sugeridos por los consultores y, pese a su costoso asesoramiento, la imagen de Martín Buzzi caía en picada. Entonces llegó la convocatoria para Daniel Taito.

La llegada de Taito al Gobierno significó la extinción del brillo de la estrella Prieto. El ex vocero de Mario Das Neves y ahora de Mariano Arcioni, conocedor profundo de los negocios que se tejen en torno a la comunicación, no estaba dispuesto a compartir nada con nadie que no fuese de su absoluta confianza. La escasa calidad de los materiales discursivos y publicitarios que producía Prieto, además de los alarmantes números que daban las encuestas, fue la excusa perfecta para reemplazarlo por Gustavo Valenzuela Linage y su agencia 1810 Comunicación.

Por si fuera poco, en ese entonces Prieto terminó su sociedad comercial con Ariel Godoy. Dicen que en muy malos términos. Se divorciaron sin que jamás hayamos sabido quién era Kiko y quién Kako.

Del exilio al regreso triunfal

Aunque con menor protagonismo, Prieto nunca desapareció del Universo Buzzi. Durante los casi dos años de reinado absoluto de Daniel Taito sobre la comunicación oficial, el gobernador aprovechó sus visitas a Buenos Aires para encontrarse con su consultor preferido. Siempre fuera de las actividades oficiales, como para "que no se entere Daniel", quien indefectiblemente se subía al avión de la Gobernación y se pegaba a Buzzi sin dejar resquicio alguno y ejerciendo el rol de influyente absoluto como intenta hacer ahora cerca de Arcioni con éxito relativo.

La gentileza de Buzzi para con Prieto tuvo su agradecimiento cuando el propio ex gobernador entró en desgracia. Una vez fuera de la Gobernación, negado por propios y ajenos y con varias causas penales por las cuales responder, Buzzi necesitaba trabajo.

Prieto vio la oportunidad de sumar a Buzzi como vendedor VIP de sus servicios. Qualitative, incapaz de soportar la prueba del googleo, ya no era tal sino que pasó a actuar con el pretencioso nombre QSocialNow. Con el lavado de cara, lo que hacían falta eran clientes de envergadura, de esos que Buzzi conocía por el cargo que detentó durante cuatro años.

Fue otra vez el diario Jornada quien reveló esta nueva relación entre Buzzi y Prieto, cuando publicó un Tweet de Jorge Capitanich (ex jefe de Gabinete de la Nación y actual intendente de Resistencia) con una foto de una reunión suya con el ex mandatario chubutense y su consultor favorito.

Ya pasaron tres años y medio de exilio para Buzzi. Un poco más para Prieto. Mientras el ex gobernador calienta motores para dar pelea por la intendencia en una alianza sui generis con Arcioni, su gurú le escribe comunicados y seguramente le ofrece estrategias infalibles como presunto favor. Sabe que a los amigos siempre se los reconoce y él espera a diciembre, dispuesto a repetir una vieja historia. Aquella vez fue tragedia, ¿ahora será comedia?