Patagonia

Matías Rima: dónde estarán los policías que apalearon al campeón del mundo

En poco más de dos años y medio la vida de Matías Rima dio un giro inesperado. En agosto de 2016 trascendía las noticias deportivas luego de haber sido objeto de la brutalidad policial que lo obligó a pedir un habeas corpus al temer por su vida. Este miércoles -como en un cuento de Miguel Briante- fue paseado en autobomba por las calles de Comodoro tras haberse consagrado campeón del mundo de Futsal en el torneo que se disputó en Misiones.

Jugó los seis partidos y convirtió tres goles. Argentina goleó a Australia, Italia y Sudáfrica en fase de grupos, para vencer luego a Francia en Cuartos y a Paraguay en semifinales. La final fue la soñada y tuvo un resultado ídem: 3-2 a Brasil. El mundial de Futsal se disputó en Misiones entre el 31 de marzo y el 7 de abril.

Tres días después, el deportista de Comodoro regresaba a su ciudad y tenía un recibimiento de esos que ya no abundan, como para que se enteren todos. Arriba de un autobomba de Bomberos, haciendo sonar sirenas. Después de todo, se había graduado de "ciudadano ilustre".

Y no es que antes no lo fuera. Es que si se lo hubieran contado hace 32 meses tal vez lo hubiera tomado como una broma. El jueves 28 de julio de 2016 fue interceptado por cuatro policías de la Seccional Quinta mientras caminaba por una oscura calle del barrio San Cayetano, junto a un amigo. Le pidieron documentos y cuando le vieron el nombre le dijeron: "¿así que vos sos Rima? ¿Vos te hacés el banana, no?". Y a continuación le llovieron puños, patadas y culatazos con armas ante la atónita mirada del amigo. Al parecer, había algo personal.

Matías permaneció internado en el Hospital Regional ese fin de semana, mientras su madre Patricia lloraba y no paraba de repetir: "me lo desfiguraron, me lo desfiguraron".

Del dolor a la gloria

Fue justamente su madre quien insistió en realizar la denuncia en la Justicia, donde abogados de la Defensa Pública los instruyeron a solicitar un habeas corpus. "Espero que esto se termine; no quiero que nadie más pase por esto", le contaba la mujer entonces a los periodistas del diario El Patagónico porque el protagonista no podía hablar.

"Dios me lo devolvió porque cuando lo llevamos a internar, ni respirar podía. Tiene que hacerse una tomografía en la parte de la boca porque teníamos miedo de que tenga la mandíbula quebrada", contaba quien no entendía cómo una requisa policial podía terminar de esa manera.

"Hace un año lo golpearon también y desde ahí que le digo ?vos siempre cállate la boca y no les contestes' porque él tiene amigos en el Pietrobelli, donde vive mi mamá, y ahí se juntan en la esquina, algo que la policía no soporta, pero esto es inaceptable; no voy a permitir que me devuelvan a mi hijo en un cajón", expresaba Patricia Soto.

Mientras Asuntos Internos de la Policía del Chubut inició las investigaciones del caso, en este tiempo nada más se supo de los policías abusadores y Matías Rima continuó con su vida. A los 28 años fue convocado por segunda vez a jugar un mundial de futsal y esta vez se consagró campeón. El domingo a la noche tenía su propio festejo en la localidad de Montecarlo, con su hijita Alma en brazos y su mamá en la tribuna, ajena ya a aquella imagen que la acompañaba desde el invierno de 2016.