Política

Las cenizas de Ingentis y el Estado más bobo: no hubo autonomía energética pero Chubut perdió 158 millones

A la hora de repasar inversiones económicas que no tuvieron buenos resultados para el Estado provincial es inevitable mencionar el caso de Ingentis, un proyecto que prometía generar energía renovable y no contaminante en la provincia, según lo presentaron en su momento desde el Gobierno.

En 2012 serían denunciados por la Fiscalía de Estado Mario Das Neves, Pablo Korn y Luis Tarrío. Siete años después nada se ha aclarado y la única que ganó fue la firma privada inicialmente asociada, Emgasud, luego llamada Genneia y que hoy tiene en vilo a varias ciudades de Chubut porque quiere desentenderse del abastecimiento energético.

Todo era alegría

El 26 de abril de 2007 Chubut se convirtió en la propietaria del 39% del emprendimiento energético, asociado a la empresa Emgasud, de Alejandro Pedro Ivanissevich, accionista privado mayoritario con el 61% del paquete accionario.

Este empresario había tejido buenos vínculos con el entonces todopoderoso ministro de Infraestructura nacional, Julio De Vido.

El proyecto había comenzado a gestarse cerca de un año antes, en el marco del Plan Energético Nacional que contemplaba la ejecución de obras de infraestructura energética que se proponían contribuir a solucionar los problemas de abastecimiento eléctrico.

El 1 de noviembre de 2006, seis meses antes de la firma mencionada, la Provincia del Chubut y Emgasud SA habían rubricado ante el Ministerio de Planificación Nacional el acuerdo para la creación de una central de generación eléctrica en Dolavon.

Se había anunciado como el primer polo energético de ciclo combinado de América Latina y consistía justamente en la instalación de una central de generación eléctrica de ciclo combinado con capacidad para generar 500 Mw, y un parque eólico que aportaría otros 100 Mw.

Números atractivos

Según informó el propio Das Neves en el acto constitutivo de la empresa, la inversión final para completar todas las etapas del emprendimiento sería de 509 millones de dólares -con probable financiamiento del banco de origen suizo Credit Suisse-, la facturación prevista de la empresa en el marco de la comercialización de energía rondaría los 190 millones de dólares anuales y se generarían más de 1.000 empleos.

Ese mismo 26 de abril al constituirse la sociedad el mandatario sostuvo que "el 96% de la potencia térmica ya fue vendida tras el open seasson realizado en Capital Federal, con contratos que tienen una duración de entre 5 y 15 años" y que "industrias de primera línea como T6 Industrial, Grupo Bunge, Aceitera General Deheza, Acindar, Vincentín, Canteras Cerro Negro, Petroquímica Cuya, Sipar, Ledesma Cemsa y Cargill, entre otras, ya han adquirido un porcentaje importante de lo que producirá el Polo Energético".

Que se tratara de un sistema de ciclo combinado era parte de la rentabilidad del proyecto. Provincia disponía del gas de regalías, que podía cobrar tanto en moneda como en especies, y las reinvertiría en un sistema de producción energética que le daba valor agregado.

Ese vital insumo gratis o a costos muy por debajo del valor de mercado, encontraba un escollo principal que visibilizó una de las irregularidades más vergonzosas: Dolavon era estratégico por su cercanía al nodo de conexión y al Dique Ameghino, pero no tenía acceso al gasoducto. La Provincia estaba surcada por el gasoducto cordillerano y el gasoducto San Martín, pero era necesaria la vinculación entre ambos.

De hecho, el tramo del cordillerano que vincula a Esquel con Cerro Dragón, denominado Gasoducto Patagónico, había sido desarrollado con una inversión nacional y del Estado provincial mediante un fideicomiso que involucró acciones del ISSYS y casualmente la obra benefició a Emgasud (hoy Genneia) con la adjudicación de la generación de la energía del sudoeste de la Provincia.

Emgasud, como accionista mayoritario, tenía la obligación de construir a su cargo -inversión mediante de 20 millones de dólares- el tramo que vinculara ambos gasoductos centrales. Más allá de un conveniente negocio con la compra y venta de caños a sí misma para esa obra, la empresa nunca concretó la ejecución.

¿Dónde están las turbinas?

Lo que en un principio era ciclo combinado se transformó en abril de 2009 en un proyecto de ciclo común, con lo que se adquieren las turbinas que permanecieron depositadas en Estados Unidos y Europa -nunca se trajeron a la Provincia para que no perdieran la garantía, y cuando se disolvió la sociedad una de ellas quedó en manos del accionista privado-, y los transformadores que supieron ser parte del paisaje en Zona Franca del puerto de Comodoro Rivadavia.

Aún sin poder hacer arrancar la primera turbina, literalmente, el Gobierno de Das Neves anunció en febrero de 2008 el proyecto Ingentis 2, a instalarse en cercanías del aeropuerto de Esquel. Fue el propio Ivanissevich, titular de Emgasud, quien dio los detalles del nuevo Ingentis, señalando a la prensa que "hemos optado por una decisión tecnológica que es novedosa e inédita en la Argentina, que es la combinación de la energía aeroderivada con la energía eólica".

Sonaba como aquel alemán que le prometió a Perón producir energía atómica desde una isla cercana a Bariloche.

Cenizas del paraíso

El proyecto llegó a tener directorio constituido pero nunca logró mayores avances, y la erupción del volcán Chaitén en mayo del mismo 2008 proporcionó las cenizas suficientes como para centrar la agenda pública cordillerana en otros aspectos, y dejar el proyecto eternamente en el olvido, al igual que una tercera parte que se comprometía para Comodoro Rivadavia.

Fue en la misma época en que la Provincia decidió echar mano de los fondos adicionales que la renegociación del contrato con PAE aseguraba para la Cuenca San Jorge, para capitalizar Petrominera -que presidía Luis Eduardo Tarrío- y poder adquirir las acciones de las que se desligó el inversionista privado cuando abandonó definitivamente Ingentis en 2011.

Para cuando Ingentis se consideró definitivamente disuelta el proyecto no había reportado avances en ninguno de los tres frentes anunciados, Provincia sumaba al menos 153 millones de pesos invertidos y el accionista privado -que había pasado los primeros dos años administrando los fondos sin constituir su aporte de capital- retiró el dinero bajo la figura de préstamos, terminando por quitar todo el efectivo y dejando a la sociedad sin proyecto y con activos que no podían tener otra finalidad más que la liquidación.

El 2 de diciembre de 2011 se concretó la última asamblea de Ingentis SA, en la que el socio privado deja la sociedad y para ello se le hacen entrega de 152.234.996 pesos en pago de su tenencia accionaria, aunque tal pago se realizó mediante cesión de créditos y compensaciones y la entrega en efectivo de 852.643 pesos, lo que grafica que en realidad la empresa ya se había "cobrado" su parte, bajo la mencionada figura de préstamos, entre otras.

En esa misma asamblea también se blanqueó la venta de bienes de Ingentis a precios inferiores que los que se habían pagado en la adquisición, como uno de los trasformadores que se vendió a la central térmica Loma La Lata en 10,5 millones de pesos aunque se había adquirido a 2,7 millones de dólares -sin computar fletes, seguros y almacenaje- , con lo que a la cotización de la moneda extranjera en la época, la transacción, y sólo por mencionar una de ellas, implicó la pérdida de más de medio millón de dólares.

La denuncia

Martín Buzzi asumió el gobierno provincial el 10 de diciembre de 2011 con el anuncio de que investigaría todo lo que oliera a "negociado" y lo dejó en manos de su fiscal de Estado, Blas Meza Evans. Este formalizó la denuncia por el tema Ingentis ante la fiscal Silvia Pereira.

"Hay presunta comisión de los delitos de abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público, administración fraudulenta en perjuicio del Estado y malversación de caudales públicos", señalaba el actual diputado provincial.

La presentación apuntaba directamente "a los señores Mario Das Neves, Pablo Korn y Luis Tarrío", gobernador, ministro Coordinador y presidente de Petrominera, respectivamente. Meza Evans destacaba que "lo curioso es que este proyecto, cuando ya había fracasado y prácticamente la sociedad estaba en liquidación, generó nueva inversión por parte del Estado porque Petrominera, en junio de 2010 invierte 33.397.500 pesos más para comprar el 10,95% de las acciones".