Política

Vidal avanza en Santa Cruz y el "loco" Di Tulio quiere ser diputado nacional

Héctor Di Tulio es un personaje singular de la política, no solamente santacruceña. El ex diputado nacional y precursor de la "orinoterapia" en el país se propuso a los 73 años volver al Congreso nacional. Esta vez no quiere ir por la UCR sino por el PJ, ya que respalda al petrolero Claudio Vidal; quien acumula alianzas especialmente en Zona Norte en su desafío a Alicia Kirchner y ya recibió la bendición de Sergio Acevedo.

El titular del sindicato petrolero de Santa Cruz, Claudio Vidal, va sumando apoyos en su intención de ser candidato a gobernador por el PJ. Sabe que no es el elegido del kirchnerismo -que ya optó por el intendente de El Calafate Javier Belloni- pero confía en el respaldo del norte santacruceño para sacar más votos que su rival en la elección del 11 de agosto.

En Santa Cruz no hay PASO y aún rige la Ley de Lemas, recientemente ratificada por la Corte Suprema de Justicia, por lo que el próximo gobernador será el que saque más votos dentro del partido ganador. Así fue cómo hace cuatro años Alicia Kirchner le ganó la elección a Eduardo Costa, ya que sumó los votos de Daniel Peralta.

El martes último, Vidal recibió dos apoyos provenientes de dirigentes de distintos partidos. Por un lado, el ex gobernador Sergio Acevedo dijo que veía en el sindicalista "la capacidad de inaugurar una nueva realidad en Santa Cruz".

Acevedo dejó el kirchnerismo hace 13 años, para recluirse en su ciudad, Pico Truncado, donde ejerce la docencia. A diferencia de otros "arrepentidos" vocacionales o pagos como Eduardo Arnold o Rafael Flores, Acevedo jamás utilizó a los medios para ventilar sus diferencias con los ex presidentes de la Nación. Antes de ser electo gobernador en Santa Cruz, Acevedo fue titular de la SIDE y guardó sus secretos junto a Néstor Kichner más allá de sus notables diferencias con el ex Presidente.

"Costa es un miserable"

Héctor Horacio Di Tulio (73) fue diputado nacional por la UCR entre 1991 y 1995. También, convencional constituyente nacional por su partido en 1994 en Santa Fe. Su primer cargo público como funcionario electo había sido como concejal en Caleta Olivia.

"Le dije a (Eduardo) Costa que él no tiene que darme permiso para que yo sea candidato porque cuando me presenté me robaron en varias localidades y me ganaron solo por 89 votos. Se lo dije hace cinco días adelante de todos en mi quincho", contó Di Tulio al diario Tiempo Sur.

Según él, Costa le pidió que fuera candidato, pero a Diputado por el Pueblo de Caleta Olivia. Para él eso es una afrenta, ya que está dispuesto a dar pelea para volver al Congreso nacional, esta vez de la mano de un peronista.

En realidad, Di Tulio siempre ha tenido una relación de amor-odio tanto con el kirchnerismo, como con el dueño de Hipertehuelche y esposo de la inefable "lilita" Mariana Zuvic.

Costa es considerado uno de los políticos más ricos del país, aunque no por ello -o justamente por eso- deja de presentar otras singularidades.

Según contó alguna vez Di Tulio, Costa "es un miserable". Es que él le había prestado un equipo de 14 mil dólares que se quemó cuando se incendió Hipertehuelche en Caleta Olivia.

"Esperé un año que me lo pague y me dio 40 mil pesos, siendo que salía alrededor de 10 mil dólares en Estados Unidos", contó alguna vez.

No obstante, Costa contó con su respaldo para llegar al Senado en 2015, cuando Di Tulio consideraba que Mauricio Macri era "el menos malo" de los candidatos a Presidente.

Orines contra el desencanto

Más tarde Di Tulio se desencantaría con las políticas implementadas por Cambiemos, dado que él siempre fue un defensor de la estatización de las empresas de servicios públicos, así como de YPF. Ahora dice que, llegado el caso, "votaría a Cristina porque con ella estaba mejor".

La candidata a vicepresidente recuerda con cariño a Di Tulio, sobre todo por la insistencia que tenía en que Néstor Kirchner apelara a la orinoterapia para curarse de sus dolencias.

La orinoterapia es una práctica tradicional para la cura de enfermedades y alivio de dolores, enmarcada en las medicinas alternativas; implica la ingesta de la propia orina y si es en ayunas, mejor.

Más de uno debe recordar aquellas imágenes de Di Tulio en su banca del Congreso nacional bebiendo orín ante la repulsión de sus colegas.

No fue la única excentricidad suya. Tuvo varias a lo largo de su trayectoria política, como cuando soltó en pleno recinto a varios pingüinos empetrolados con el objeto de llamar la atención sobre la presencia de piletas de petróleo a cielo abierto en el norte de su provincia.

Aún alejado de la política activa, y mientras estudiaba Derecho en la Ciudad de Buenos Aires hace dos años, Di Tulio se hacía tiempo para repartir en calles y subtes panfletos confeccionados por él mismo para difundir la problemática que implica la falta de agua en Caleta Olivia, su querida ciudad que -resaltaba- "aporta 20 mil metros cúbicos de petróleo por día".