Opinión

Cómo disminuir la brecha creciente entre la política y la demanda de los ciudadanos

Por Jerónimo García*.

Antonio García Santesmases es profesor de Filosofía Política de la Universidad Nacional a Distancia (UNED) y dirigente de la corriente Izquierda Socialista del PSOE. Presentó hace poco tiempo en Valencia su libro "Ética, política y utopía", en el que analiza cuestiones que tienen aplicación cierta en nuestro país. Allí sostiene que "la política es más necesaria cuanto más desprestigiada está", ya que viene a cerrar enfáticamente una campaña de desprestigio sobre la actividad que deviene de los centros de poder económico.

No hace falta ser Julio Verne o Aldous Huxley para entrever que detrás de esa prédica continua y permanente contra la política, la democracia y todo aquel que ose tratar de desempeñar la actividad están aquellos que proponen un futuro donde todo quedaría en muy pocas manos, tan pocas como la mitad de los superbillonarios globales y sus compañías transnacionales.

Santesmases señala con precisión que la contradicción de nuestro tiempo está instalada entre la mundialización económica neoliberal y los requerimientos de una ética universal.

Señala además a los derechos humanos como el común denominador entre ambos polos de la controversia, y propone reflexionar sobre cómo podemos fundamentar hoy la moral e instaurar la universalidad de la razón.

Distancia entre la política y los ciudadanos

Sin duda, estos fundamentos deben ser bajados a terreno a fin de disminuir la brecha entre lo que la política ofrece y las necesidades y requisitorias de la ciudadanía. Esta brecha no deja de crecer gobierno tras gobierno, generando mayor descreimiento sobre el sistema democrático, sus instituciones y, desde luego, sobre sus operadores.

Esto ocurre para beneplácito de aquellos que descreen en la capacidad de diseñar con libertad y empeño el futuro de las comunidades y están prestos a ejercer un padrinazgo y tutelaje mental y material en pos de la banda de billonarios y sus empresas globales.

La madre del borrego, o el quid de la cuestión, está en otorgar eficiencia al sistema y en esto, abandonando la academia y sus pensadores, no hay secretos. Hay que enfrentar las necesidades y requisitorias de los sectores populares más postergados, pero también contemplar el apuntalamiento de los emprendedores, pequeños y medianos empresarios, comerciantes que son los elementos imprescindibles del desarrollo necesario que garantizará el cumplimiento de las expectativas de estos sectores.

La gestión

La herramienta para obtener estos resultados -y no sonar tan categóricos frente al mar de frustraciones- es la gestión gubernativa. Es imprescindible la gestión que dé respuestas y se instale en el centro del poder político para exigir aquello que por derecho propio nos corresponde. Es la Gestión, a no dudarlo, el lugar de materialización de la política.

Seguir evitando una gestión de esta índole, seguir respondiendo al interés parcial de gremios y corporaciones económicas o intelectuales, o pensar que las campañas políticas son propagandas de dentífricos que nos regalan sonrisas radiantes en lugar de ideas es seguir jugando a la ruleta rusa con el sistema democrático. Como dijera un sabedor de estas cosas, por este camino tarde o temprano "tronará el escarmiento".

*Diputado provincial. Ex jefe de Gabinete del gobierno de Chubut.