Política

¿Cuándo se jodió el radicalismo?: historia de odios, rencores y seguidismo macrista

Por Carlos Pablo Bravo

El radicalismo no logra cerrar sus heridas, que en Chubut llevan casi veinte años acrecentándose. Aunque como parte de la alianza que dio luz a Cambiemos pareció posicionarse para disputar el poder en las PASO, luego del flojo resultado se fue diluyendo hasta dejar a Menna como un candidato solitario y sin respaldo de los principales dirigentes nacionales de Macri.

Las disputas entre fracciones han renacido en los últimos días de esta campaña a punto de finalizar, lo cual descolocó todavía más al solitario candidato Gustavo Menna. El ex funcionario municipal comodorense y funcionario del Banco del Chubut se imaginó a sí mismo no hace mucho tiempo como el futuro dueño de la diagonal Fontana de Rawson.

Sintió fugazmente que podría ser el hombre que recuperaría el poder para el radicalismo, que en 2003 dejó afuera al entonces candidato José Luis Lizurume en medio de una interna feroz, sospechosa y sospechada. Desde entonces, rencores, odios personales y errores políticos condenaron a la UCR a sucesivas derrotas electorales.

La profecía de Maestro

Si la gobernación cae en manos de uno de los dos candidatos que han polarizado las preferencias previas al comicio, cuando Arcioni o Linares cumplan su mandato el radicalismo habrá sumado 20 años fuera del poder.

Se cumpliría así la contra profecía enunciada por el dos veces gobernador Carlos Maestro, quien según algunos archivos a esta altura llenos de polvo afirmó que "en Chubut habrá cien años de radicalismo".

Se equivocó Maestro y también los dirigentes que llevaron a la UCR provincial a la racha perdedora más oprobiosa de su historia en Chubut, generada más por el enfrentamiento personal de sus dirigentes que por cuestiones netamente políticas.

Soledad y errores

Gustavo Menna fue abandonado a su suerte después de las PASO, y salvo un milagro va camino a repetir la magra performance que le dio apenas 14 por ciento de los votos en las PASO, muy lejos de sus expectativas previas.

A las razones de la flojísima performance de Menna hay que buscarla en la pésima imagen del gobierno nacional pero también en algunas decisiones propias de los dirigentes de Chubut al momento de conformar la lista de candidatos a diputados provinciales.

Para buena parte de la dirigencia radical, Menna privilegió sus relaciones y amistades personales para conformar la lista de candidatos, le dio espacios generosos al PRO pese a su escaso aporte de votos y dejó de lado a históricos del radicalismo.

Como para muestra basta un botón, Menna dejó muy lejos de sus aspiraciones -y de gran parte de la dirigencia radical histórica- a Edith Terenzi, una respetada dirigente del Valle que primero iba a ser candidata a intendenta de Trelew, después fue nombraba como potencial integrante de la fórmula con Menna y por último terminó en un lejano puesto en las candidaturas para diputada provincial.

Odios internos

Como en 2003 perduran los odios internos por delante de los intereses partidarios. Aún con la muy pesada mochila del gobierno nacional -que por otra parte nunca apareció seriamente con aportes para Chubut- el radicalismo tenía una excelente oportunidad para disputar la victoria, o al menos de hacer una elección respetable mirando al futuro. A juzgar por las encuestar es muy improbable que el domingo 7 de junio ocurra una cosa ni la otra. Una posible (por no decir previsible) derrota va a golpear fuerte sobre todo el espectro histórico del radicalismo y seguramente habrá un abundante "pase de facturas" después del domingo si es que los resultados se dan como se pronostica.