Política

Progresistas acorralados por la derrota: Servicoop, UyO, Roberts y el pase de facturas del sastrismo

El que gana, gana todo. El que pierde, pierde todo. Sin términos medios. Sin medias tintas. En carne viva se dieron estas elecciones que permitieron a los hermanos Sastre tomar el control de una parte significativa del poder provincial. En Puerto Madryn el ejemplo fue brutal. El propio Leslie Roberts -el candidato a destronar a la dinastía Sastre- terminó acudiendo al municipio en manos enemigas para "coordinar" estrategias ante una Servicoop al borde del colapso.

Las mezquindades que el sastrismo denunció públicamente -nos trataron de corruptos, declaró el electo vicegobernador- están siendo prolijamente facturadas por el sector político que se quedó con la gestión municipal por otros cuatro años -totalizará doce en 2023- y que espera dar pelea por la gobernación desde el sillón de Ricardo Sastre en la Legislatura. En plena crisis financiera y económica de la entidad, Gustavo Sastre se limitó a esperar que pasara el cadáver de su enemigo. Y Roberts no tardó en ir al pie.

Leslie y la bandera blanca

No es novedad. Servicoop está al borde de la quiebra. Incluso su vicepresidente y ex candidato a la intendencia Leslie Roberts reconoció en una radio madrynense que este es el momento "ideal" para aquellos que desean "privatizar" la cooperativa. Y fue más allá: dijo que el pasivo es superior al activo; reconociendo implícitamente que está prácticamente al borde de la quiebra.

Ante esta situación, existen dos posturas dentro de UyO. Un sector aboga por presentar bandera blanca luego de las rispideces de campaña y acudir al municipio, ahora liderado por Gustavo Sastre, para requerir ayuda y herramientas para sostenerse. En términos políticos, significa renunciar a toda autonomía.

También existe un grupo dentro de UyO que pretende aplicar la estrategia de "tierra arrasada". Es decir, aplicar esa vieja técnica militar que significa dejar todo destruido para que el enemigo se encuentre con un escenario de destrucción muy difícil de recuperar.

No llama la atención la posición de este núcleo duro dentro de UyO que aboga por la idea de que es mejor romper el juguete que entregarlo mansamente a los enemigos políticos. Roberts los tomó como aliados luego de su separación de "La Cámpora" como una táctica para conservar el voto del kircherismo sin necesariamente recurrir a la agrupación de Máximo Kirchner, habida de la pérdida de autonomía que una vez supo tener la agrupación.

UyO en crisis busca aliarse al PJ

La estrategia de UyO de cara a las últimas elecciones fue jugar dentro del PJ, buscar un triunfo y acceder así al piso que históricamente tuvo el peronismo en la ciudad de Puerto Madryn. La primera parte le salió bien y consiguió ganar la interna para presentar a su candidato. Claro que no tuvo en cuenta debidamente que concretó esa alianza con el PJ más vetusto y rancio, que terminó jugándole en contra. A tal punto se deshizo esa estrategia que el propio Sastre se encamina a convertirse en presidente del partido a nivel provincial, corriendo como una espátula a los vencidos en las últimas elecciones.

UyO atraviesa una crisis terminal porque su estrategia falló. Quiso demostrar en Servicoop que se puede gestionar con transparencia y que la ciudadanía se convenciera de que cuenta con recursos humanos para sacar a la entidad de la crisis y que esto se replique en el municipio.

Como idea era vendible, pero fracasó rotundamente. Los restos de UyO que hoy perviven en Servicoop están al borde la extinción, porque Servicoop sufre la peor crisis en su historia y no es descabellado pensar que un nuevo mandato de Macri brindaría
las condiciones para que la entidad pase a manos privadas, como en su momento se hizo con Camuzzi. Tampoco hay que descartar que la estrategia privatista de Arcioni se impongan en las cooperativas chubutenses incluso con un gobierno de Fernández-Fernández.

Unirse o extinguirse

UyO tuvo su oportunidad. Ganó Servicoop y esperó que esa plataforma le permitiera acceder al municipio. Fue en vano, ya que no solamente no pudo lograrlo sino que ahora será la cara visible de una Servicoop con una crisis terminal que nadie quiere pagar.

Ante ese escenario tan adverso, le quedan dos opciones: unirse al liderazgo del sastrismo o terminar siendo como el último PACH. El otrora partido federalista liderado por Roque González se ha convertido en una agrupación más conocida por alquilar su sello que por liderar proyectos. Cualquier opción que tome UyO no impedirá la división dentro del partido ni la decadencia de Servicoop, en la que actualmente se reparten los despojos entre muy pocos, sumando cargos, prebendas y "ayudas" para los amigos. Quizá se hayan convertido en todo aquello que criticaban en el sastrismo para terminar como auténticos peronistas incorregibles.