Política

Chubut no puede pagar los sueldos: la crisis se vuelve a disparar por la inmensa deuda provincial

La administración de Mariano Arcioni culpó a los diputados provinciales de no poder pagar los salarios de los empleados públicos y los acusó de "extorsionadores". Los legisladores negaron las acusaciones, dejaron en evidencia que habían aprobado lo solicitado y lo tildaron de "mentiroso". Detrás de esa espuma de confrontaciones se esconde la madre de los problemas. Se trata de la crisis financiera generada por los vencimientos de la deuda, que se impone a pesar del 44% de incremento de los fondos semestrales por Coparticipación Federal de Impuestos y el aumento de 120% en las regalías petroleras.

El gobernador adelantó que no puede pagar los sueldos de los empleados estatales porque tiene problemas financieros y acusó a los diputados provinciales de no sancionarle las compensaciones presupuestarias.

En el fondo de esa pirotecnia discursiva sale a la superficie la crisis económica provincial, que se vincula esencialmente con el desmanejo de los fondos públicos y los abultados vencimientos de deuda que debe afrontar Chubut.

Fuentes confiables del propio gobierno provincial admiten que no hubo "extorsiones" de los legisladores como denunció el gobernador, ya que los pedidos de compensación fueron votados afirmativamente, sino que

se suscitaron "problemas de comunicación" entre ambos poderes y demoras en el envío de los pedidos de compensaciones por parte del propio Poder Ejecutivo.

Más allá de las internas o las falencias del Palacio, lo cierto es que el problema no está dado por los fondos que ingresan a las arcas provinciales, sino por la inmensa carga de los vencimientos de la deuda y el pago atrasado a los proveedores; que hace insostenible el equilibrio de las cuentas públicas. Cada tres meses, el Estado debe afrontar pagos por 30 millones de dólares.

Si el gobierno de Arcioni no encuentra un mecanismo que le posibilite renegociar y estirar los plazos de los vencimientos de la deuda provincial o aumentar considerablemente los ingresos -algo que no se observa en lo inmediato como posible con un gobierno que tiene pocas ideas y escasa decisión política-, la crisis se irá profundizando y se traducirá en demoras crecientes en el pago de salarios y en el cumplimiento con los prestadores del Estado, como ya viene sucediendo con la interrupciones de los prestadores de la obra social SEROS.

Asfixiado por la deuda

La deuda pública y las cancelaciones de sus abultados vencimientos constituyen el principal problema financiero que debe enfrentar la gestión de Mariano Arcioni. De continuar con este ritmo de pagos, el futuro seguirá siendo igual de complicado o inclusive podría profundizarse la crisis en los años posteriores. El cuadro se puede acrecentar de manera incendiaria si la depreciación del peso frente al dólar se vuelve a disparar, ya que el encaje en moneda estadounidense de la deuda chubutense es del 83% sobre el total y cualquier fluctuación alcista del dólar dispara los valores en pesos.

La administración provincial tiene que cancelar en el segundo semestre de este 2019 un total de 80,4 millones de dólares. De ese monto, 51,6 millones corresponden a las amortizaciones y 28,7 millones de dólares a los intereses. El gobierno viene de afrontar pagos en el primer semestre por un total de 81,8 millones de dólares.

31 millones a pagar en julio

Justamente ahora, en este mes de julio, la administración de Arcioni debe afrontar el mayor caudal de vencimientos de la segunda mitad del año con pagos que ascienden a 31,1 millones de dólares, casi 18 millones de amortización y 13,2 millones en intereses. Por eso no le alcanzan los fondos a Arcioni y al ministro de Economía Luis Tarrío.

Esos vencimientos se distienden durante agosto y septiembre, rondando 3,2 y 6 millones de dólares. Sin embargo, se vuelven a tensar en octubre próximo cuando se deben cancelar 30,9 millones de dólares, de los cuales 17,9 millones corresponderán a amortizaciones y otros 13 millones de dólares por los intereses.

125 millones a pagar en 2020

Ese mismo proceso se producirá durante todo 2020 con vencimientos totales que ascenderán a los 125,6 millones de dólares en todo el año. Las cancelaciones suman 17 millones de dólares en enero, abril y julio. A eso se le sumarán otros casi 40 millones de dólares en el mes de octubre.

Los elevados vencimientos trimestrales se irán repitiendo en los años subsiguientes pero con cargas aún mayores. El ahogo financiero gubernamental obliga al gobernador y su equipo económico a apurar la habilitación legislativa para renegociar la deuda chubutense.

En 2021 la suma total a pagar será de 170,3 millones de dólares, otros 155,5 millones en 2022 y 141 millones de dólares en 2023 cuando finalice el mandato que Arcioni iniciará en diciembre de este año.

¿Ingresos insuficientes?

Hacer frente a tamaños vencimientos trimestrales de la deuda provincial requiere un entramado de desplazamientos de partidas presupuestarias que posibilite al gobierno de Arcioni elevar los gastos cada tres meses y luego distenderlos. Por eso el mandatario se queja al no poder efectuar arbitrariamente y por decreto las compensaciones presupuestarias, teniendo que enviarlas a la Legislatura para su aprobación mensual.

El problema de fondo no parece ser solamente el mecanismo de compensaciones, sino que los ingresos terminan siendo completamente insuficientes cada tres meses para afrontar la pesada deuda contraída en dólares por las últimas tres administraciones (Martín Buzzi, Mario Das Neves y el propio Arcioni).

Además debe incluirse en el análisis el desmanejo de los fondos públicos, el elevado gasto político que significan la burocracia estatal y los costos de la Legislatura.

A ese paquete se debe agregar la afectación de ingresos públicos como consecuencia de la corrupción; que desencadenó múltiples causas judiciales.

Ingresos que van a las cloacas

No se trata justamente de obras de saneamiento cloacal, sino del barril sin fondo de los gastos corrientes mal administrados, pero así y todo no le alcanza a Arcioni para hacer funcionar el Estado y pagar sueldos.

Los ingresos por coparticipación han tenido un aumento considerable en el primer semestre del año, subiendo un 44% respecto del mismo período del año anterior; mientras que las regalías petroleras tuvieron un incremento del 118% hasta mayo, como consecuencia del aumento de dólar y a que las regalías se liquidan en la moneda estadounidense.

La información publicada por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación (B.N.A. S.I.D.I.F.) mostró que durante el primer semestre del año los ingresos chubutenses por coparticipación se incrementaron en un 43,9%. De los 7.771 millones de pesos recaudados durante los seis primeros meses del 2018 se pasó a recaudar en Chubut un total de 11.181 millones de pesos. El crecimiento levemente inferior al de 2017 y el fuerte impacto inflacionario hizo que quedaran casi 10% por debajo de la suba de los precios.

Tal como reflejó El Extremo Sur en ediciones anteriores, según los datos de Secretaría de Energía de Nación, a lo largo de los cuatro primeros meses de 2019 los ingresos por regalías petroleras de Chubut se dispararon 118,4% en pesos; lo que consolidó los saldos favorables que viene manteniendo el Estado provincial en función de sus cuentas públicas.

Entre los meses de enero y abril la recaudación de regalías petroleras acumuló en Chubut un total de 120,8 millones de dólares. El ingreso consolida una suba del 4,7% en billete estadounidense respecto de los 115,4 millones de dólares que se habían cobrado por la extracción de crudo en el mismo período del año pasado; inclusive los ingresos de este año superaron en un 25,8% los obtenidos por la provincia cuando cobró 96 millones de dólares en el primer cuatrimestre de 2017.

Renegociar la deuda, ¿para qué?

Los ingresos posiblemente no resulten suficientes, pero tampoco puede aducirse que son escasos. El principal problema de las finanzas chubutenses es que el enorme endeudamiento tomado -que nunca se tradujo en obras públicas ni en mejores servicios para el conjunto de la población- se ha transformado en una espada que trimestralmente cae sobre las arcas provinciales y la coloca en colapso permanente.

Refinanciar los pagos de la deuda provincial resulta casi imprescindible para el funcionamiento del Estado. De lograrse, el gobierno no debería volver a cometer el error de utilizar esos fondos solamente en gastos corrientes de funcionamiento. Debería traducirlos en mejores salarios para los empleados públicos, la inversión en obras públicas de infraestructura, mejoramiento en los servicios esenciales como Salud y Educación, y la diversificación de la matriz productiva para ampliar y mejorar los ingresos generando valor agregado y una mayor cantidad de puestos de trabajo para los chubutenses.