Política

La pirueta mortal de Arcioni: desequilibrio de los sueldos estatales, descalabros paritarios e improvisación

El gobierno de Chubut, hundido en la crisis, no logra pagar los sueldos de los empleados públicos. Más allá del problema netamente financiero y de que la provincia está virtualmente quebrada, lo cierto es que en 2018 los salarios provinciales perdieron fuertemente frente a la inflación como consecuencia del ajuste de Arcioni, aunque tras las huelgas de ese año consiguieron recuperar buena parte de la pérdida. La cancelación de aumentos atrasados y el pase a planta de casi 1.000 trabajadores desató un profundo descalabro de las cuentas públicas. El pago escalonado y la suspensión de la cláusula gatillo volverán a depreciar los ingresos de los estatales.

El año pasado el gobierno de Chubut intentó aplicar -en consonancia con la gestión de Mauricio Macri y el FMI en la búsqueda del déficit cero- un brutal ajuste que fue revelado por El Extremo Sur a partir del informe de la consultora FIX Scr.

Buena parte de ese recorte de gastos recayó sobre los sueldos estatales de Chubut que quedaron un 32,6% por debajo de la inflación interanual patagónica de 2018.

Esa situación se revirtió cuando Arcioni -presionado por la lucha de los estatales- se vio obligado a para negociar aumentos paritarios con cláusulas gatillo trimestrales y a recomponer las pérdidas salariales.

Tarrío, el sincericida

El ministro de Economía Luis Tarrío volvió a incurrir ayer en otro "sincericidio" del mismo tenor del que utilizó cuando admitió que había sido "un error" no pagarles primero a los jubilados en el mes de julio.

"Aunque nos obligaran a pagar, no tenemos los fondos para hacerlo", admitió sin sonrojarse Tarrío en medio de versiones sobre su desmentida renuncia y acerca de crecientes discusiones con el gobernador. Claro que el ministro del área económica fue más allá y admitió con contundencia que "Los sueldos de la administración pública no tuvieron incrementos en 2017, quizás si estos se hubieran dado distribuidos en el tiempo hubiese sido distinto, pero lamentablemente no fue así".

Es la segunda vez que Tarrío queda preso de sus dichos, que por sinceros no son menos graves ni tampoco dejan de exponer una catarata de errores y políticas desacertadas implementadas por Arcioni desde hace dos años.

"Las paritarias se firmaron con la creencia de que las condiciones generales iban a permitir su pago inmediato y no fue así. Se creyó que los ingresos iban a crecer en la medida que crecieron los gastos", agregó ayer Tarrío y volvió a poner en superficie el tema salarial como uno de los principales problemas de la provincia.

El ajuste derrotado

Los dichos del ministro son veraces, pero no revelan toda la verdad de sucedido. Unos cuantos medios de comunicación se encargaron de montar una campaña de estigmatización y culpabilización de los trabajadores estatales y los incrementos salariales.

Claro que el gobierno de Arcioni falló en el cálculo salarial de 2017 y 2018, porque elaboró estimaciones que contemplaban salarios muy por debajo de la inflación y dejó correr esa realidad virtual durante más de la mitad del año pasado. Las huelgas, tomas de edificios públicos y cortes de ruta lo obligaron a retroceder y a equiparar en paritarias los sueldos con la inflación.

En mayo del año pasado El Extremo Sur dio a conocer el informe de FIX Scr donde se detallaba el ajuste que pretendió aplicar Arcioni y se aseveraba que "estima incrementar la masa salarial de 2018 en un 6,6% y en un 5% para 2019". El propio gobernador aseguró en medio la provincia incendiada por las huelgas que "convocamos a todos para que se entienda y colaboren, cada uno tiene que ceder un poquito... les pedimos un poquito de sacrificio y esfuerzo".

El ajuste de Arcioni contemplaba además "un congelamiento de la planta de personal, eliminación de horas extra, horas cátedra, horas guardia, un programa de retiros voluntarios"; y además la consultora anunciaba que se iban a "fijar incrementos salariales en base a pautas de productividad".

Aunque el recorte en los sueldos estatales fue dejado de lago ante la movilización de los trabajadores, el gobierno de Arcioni consiguió arrancarle en 2018 una tajada importante a la masa salarial y la dejó 32,6% por debajo de la suba inflacionaria. Todo lo que Chubut pagó en sueldos el año pasado fue apenas 18% mayor a lo que había pagado en el 2017, pero la inflación interanual patagónica medida por el INDEC llegó al 50,6%. Así surgió un enorme retraso en los salarios. La masa salarial de 2017 fue de 22.997 millones de pesos y la de 2018 ascendió solamente a 27.134 millones de pesos.

Descalabro y pirueta mortal

Cuando los gremios estatales lograron capitalizar la derrota del ajuste lograron distintos niveles de recomposición salarial, tanto respecto de lo atrasado como por los ajustes trimestrales en función de las nuevas subas inflacionarias. Como consecuencia, a la administración de Arcioni se le acumularon enormes masas salariales que contribuyeron a colocar a las finanzas provinciales en el actual cuello de botella.

Antes de que explotar esta auténtica bomba financiera, el gobernador adelantó las elecciones y decidió ejercitar una pirueta mortal para ganar los pasados comicios provinciales. Salió a pedir plata prestada al Gobierno nacional y asumió cuanta deuda pudo para llegar a las urnas sin el pago escalonado del año pasado y pagando los sueldos con aumentos paritarios más o menos en tiempo y forma.

Cuando las urnas arrojaron su veredicto reeleccionista ya no había fondos con qué afrontar la bola de nieve que se había generado. Nación cortó el flujo de fondos y apretó con los vencimientos. A ese cuadro se sumó el pago del aguinaldo -un gasto completamente previsible- y la crisis volvió a estallar con las consecuencias de pasado mes de julio y la repetición agravada de este mes de agosto.

La masa salarial del primer trimestre de este 2019 aumentó 52% contra una inflación interanual del 54,4%, y se sumó al impacto de los pases a planta permanente que firmó el propio Arcioni. Sumaron 939 nuevos empleados en total (505 auxiliares de la educación que estaban precarizados, 202 en los sectores educación polimodal y superior, y otros 288 en educación básica).

Precarización y desequilibrios

Sobre un total de 39.353 empleados públicos provinciales y a pesar de los ingresos mencionados, sigue habiendo 11.640 empleados estatales en la categoría de temporarios. De ellos 4.920 se desempeñan en el sector de la Salud, otros 3.524 como auxiliares de la Educación y hay 5.059 docentes suplentes que no han sido titularizados en sus cargos.

La masa salarial generada entre junio del año pasado y el mismo mes de este año tuvo un incremento del 113% por lo explicado anteriormente, pero no todos los sectores se movieron de manera alcista en esa misma variación porcentual.

Los sectores que más incrementaron su masa salarial en todo un año fueron el personal de Minoridad y Familia con 246%; los auxiliares de la educación con 190% y los trabajadores del ministerio de Economía con 188%. En el otro extremo se ubicaron los trabajadores de la Justicia y la Legislatura con subas del 59%; mientras que los pertenecientes al ministerio de la Educación mostraron una variación más acorde al promedio, aumentando 116%, y los empleados de la Salud con 104%.

El pago escalonado en tres tramos reinstalado esta semana, el atraso en el pago de los reintegros por aumentos ya otorgados y la cancelación de los futuros incrementos salariales -por cláusula gatillo- hasta finales de año volverán a depreciar/retrasar los salarios y generarán una nueva bola de nieve que seguirá poniendo la crisis al orden del día, salvo que Arcioni consiga frenar los conflictos estatales e imponga por la fuerza el ajuste que no pudo aplicar el año pasado.