Política

Fantasmas de Perl: las coincidencias de la crisis del gobierno de Arcioni con el "Chubutazo" de 1990

La movilización de este jueves en Rawson fue catalogada de "Nuevo Chubutazo" por más de un observador, algunos con notorio interés político y otros con sinceridad genuina Lo cierto es que la situación económica es muy similar a la que provocó la renuncia de Néstor Perl hace 29 años, en un contexto de gobiernos nacionales de corte neoliberal que condujeron a esta encerrona a una dirigencia incapaz de generar políticas autónomas.

Mariano Ezequiel Arcioni se hizo cargo del gobierno de Chubut el 1 de noviembre de 2017, un día después de la muerte de Mario Das Neves, de quien era vicegobernador. Además, había sido electo diputado nacional pocos días antes, pero desistió de asumir para concluir el mandato de Chubut Somos Todos.

Das Neves había gobernado la provincia entre 2003 y 2011 en un contexto muy diferente, que incluyó un gobierno nacional aliado -al menos en su primer tramo, con Néstor Kirchner como presidente- y un barril de petróleo en alta cotización, por lo que su administración prácticamente optó por hacer la plancha, viviendo de las regalías del sur.

Das Neves, ex Secretario General del gobierno de Néstor Perl provocó

-probablemente sin intención- el ensanchamiento de la grieta Valle-Comodoro a partir del destino asignado a los recursos provenientes por la explotación hidrocarburífera focalizada históricamente en Comodoro Rivadavia y la zona Sur.

Por un lado, hubo muchísima obra pública en Trelew -la ciudad de Das Neves- y por otra parte creció la planta de empleados públicos, en su inmensa mayoría oriundos del Valle.

El costo de la deuda

Tras el interregno de Martín Buzzi, un enfermo Das Neves reasumía el poder en diciembre de 2015, ya sin un Presidente inclusivo y con un barril de petróleo a mitad de precio. Por eso el líder no puso reparos a las propuestas de contraer deuda en dólares, alentado por los nuevos aires que soplaban en el país.

Mientras la minería ya no resultaba una palabra tan desagradable, Das Neves llegó al fin de sus días dejándole el mando al escribano que le habían recomendado Rafael Cambareri y Néstor Di Pierro.

Como suele suceder en muchos órdenes de la vida, Arcioni mostró hacia adentro la firmeza que no tuvo para con los de afuera. Dejó de lado a dasnevistas que pudieron haberlo orientado mejor en cuestiones de administración y se recostó en un círculo más estrecho y cerrado que tiene sus propias prioridades, casi de secta. Además del citado Cambareri incluyó al asesor ubicuo de siempre, Daniel Taito, y a otro ex radical que entonces se ganaba el pan asesorando a la diputada Cecilia Torres Otarola: Federico Massoni. Poco duró el librepensador liberal Sergio Mammarelli.

Alianzas peligrosas

Su orientación externa fue entregarse en brazos de Mauricio Macri, que venía de ser revalidado en las elecciones de medio término en gran parte del país. En Chubut, por ejemplo, salió segundo por pocos votos, permitiéndole a Alberto Gustavo Menna despegarse de su eterno 14% para convertirse en diputado nacional.

El acuerdo con Nación incluyó la adhesión al Pacto Fiscal (que ahora se llama Consenso), renunciando así a la coparticipación de impuestos como a los Ingresos Brutos y al Fondo Sojero, y aceptando mansamente la quita de subsidios como los del transporte público y a los reembolsos por puertos patagónicos.

La falta de obra pública se compensó con promesas y anticipos en concepto de regalías que le permitieron salir del pago escalonado de haberes justo meses antes de ser reelecto, habiendo prometido hasta aumentos salariales a los empleados públicos que aumentaron al pasar a planta varios contratados, la mayoría del Valle.

Recesión potenciada

Trelew fue precisamente donde más impactó la recesión económica impuesta por Macri a partir de la indiscriminada apertura de importaciones en detrimento de la producción propia. La textil, por ejemplo, núcleo central de la actividad privada en el Valle.

En ese contexto, la dependencia económica del Estado creció exponencialmente durante el mandato de un Arcioni, que ahora presencia desde las ventanas de la Casa de Gobierno -cuando ocasionalmente se halla en Rawson- cómo se manifiestan en toda su crudeza las consecuencias de no haber sido capaz de generar -o sostener- alternativas productivas que desalentaran el empleo público como única posibilidad de tener un ingreso.

A partir de su abrazo con Sergio Massa, y el de éste con Cristina Kirchner, Arcioni se halla en estricto ayuno por parte del gobierno macrista, padeciendo lo que en su momento le tocó a Perl. A aquel legislador brillante y opositor al menemismo los planetas se le alinearon en contra cuando las movilizaciones de empleados públicos que no percibían sus haberes lo condujeron, el 30 de octubre de 1990, a la renuncia para evitar el juicio político al que estaban dispuesto a llevar adelante 14 de sus propios diputados. Perl sufrió el abandono de todo el PJ provincial y de sus dirigentes más encumbrados, incluyendo a los miembros de su propio gabinete. Arcioni empieza a notar cómo sus propios aliados tuercen el gesto y lo miran desde sus respectivas ciudades, casi con indiferencia.