Política

Se vino el estallido: ¿Quiénes ganan y quiénes pierden en las PASO con la crisis feroz desatada en Rawson?

Cuarenta y ocho horas antes de las PASO nacionales, el ahogo financiero de Chubut ya evidenció la falta de todo dique de contención. La renuncia de Luis Tarrío -y la posibilidad del desguace del gabinete- agudizó la crisis de Arcioni, que no pudo disimular el caos haciendo acto de presencia en el cierre santafesino de Alberto Fernández. Es evidente que habrá un beneficio indirecto para los candidatos opositores -como en el caso de Juan Pablo Luque en Comodoro Rivadavia e Igon como precandidato a diputado nacional- pero cabe analizar cómo podría afectar a quienes van con la boleta de Arcioni.

El resultado electoral del domingo no va a modificar el panorama político en Chubut, al menos en lo inmediato, pero va a incidir sobre la chances de supervivencia de Arcioni.

Una victoria de Alberto Fernández por un margen considerable le daría a Mariano Ezequiel Arcioni al menos la posibilidad de ver una luz al final de un largo túnel. Claro que ese túnel sería de considerable extensión, ya que el potencial nuevo gobierno solo podría ayudarlo de manera concreta a partir de diciembre. Eso explica la sobreactuación del gobernador chubutense, quien sonreía con su gesto incombustible en Rosario mientras en Rawson crecía del descontento social y la furia. Al gobernador, quien no tiene a Cristina Fernández de Kirchner entre sus dirigentes admirados ni respetados, intenta mostrarse obediente a cambio de ser considerado entre los mandatarios F&F pese a sus reservas y sus acciones neomacristas de los últimos años.

Una elección aceptable para Mauricio Macri, en cambio, agudizaría los problemas que el reelecto Arcioni no imaginó ni en la peor de sus pesadillas. Nunca habrá pensado en este escenario demoledor en aquella noche del 9 de junio, cuando vivió su domingo de gloria y éxtasis y gastó el saco de tanto recibir abrazos. Ese día lo palmeaban tanto los que habían creído en él desde que lanzó su campaña como los pragmáticos siempre listos para adaptarse a todo que lo empezaban a ver como un raro heredero de Mario Das Neves con que habría que convivir.

Aquel abrazo con Sergio Tomás Massa significaba para él la coronación de su corta y hasta entonces consagratoria carrera política que lo había llevado de criticar desde las mesas de café a la aceptación de ser el compañero de fórmula del malogrado trigobernador, quien fue aconsejado en ese sentido por Fortunato Rafael Cambareri y Néstor José Di Pierro.

Dos años después, accedía a la gobernación casi sin transpirarse, y aún con sinsabores supo tejer las alianzas necesarias para ganar la elección provincial de este año, con lo cual se aseguró formalmente seguir al frente del Poder Ejecutivo hasta 2023. Eso, siempre que la furia de los estatales no lo coloque entre la espada y la pared y termine abandonado por todos, como me pasó al recordado Néstor Perl.

Daños colaterales

Ahora Arcioni se halla ante el mayor desafío de su carrera política de cuatro años, justo en las puertas de una elección en la que se eligen tres diputados nacionales y 14 intendentes con sus respectivos Concejos Deliberantes. Él hizo sus propias apuestas.

Una de ellas fue por Máximo Pérez Catán como candidato al Congreso. Fue una retribución por el apoyo recibido desde que falleció Das Neves y sin consultar con sus principales aliados: el intendente de Puerto Madryn y vicegobernador electo, Ricardo Sastre, y el dirigente gremial del sindicato petrolero, Jorge "Loma" Avila.

¿Resultado? Ambos terminaron alentando al diputado del Parlasur, Alfredo Beliz, para que le diera pelea a Pérez Catán. El sindicalista mercantil aparece menos pegado a Arcioni, a pesar de que su nombre va en la boleta de Chubut al Frente, que por el hecho de ser corta (sin candidatos presidenciales propios) corre el riesgo de quedar tercera en estas PASO.

En la ciudad de Comodoro hay tres precandidatos a intendente pero el más cercano al gobernador es Martín Buzzi, quien se declara arcionista desde noviembre del año pasado, cuando se lanzó la reelección del actual titular del Poder Ejecutivo Provincial.

Más adelante, Buzzi se fue replegando y luego de la elección provincial apareció en contados actos junto a Arcioni; solo en aquellos donde también tuvo asegurada la presencia de "Loma" Avila y sus muchachos, que son su verdadero sostén para intentar el regreso al gobierno municipal. Buzzi la pasó bastante mal entre 2007 y 2011, ya que asumió con un derrame petrolero histórico en el puerto Caleta Córdova y luego fue víctima de los "aprietes" del segundo gobierno de Das Neves y los reclamos citadinos de quienes representaba, expresada entonces en múltiples movilizaciones.

Sin embargo, con aquel gobernador Buzzi escaló políticamente. Con éste aún está por verse el daño que le podría causar en las urnas la falta de pericia de Arcioni para administrar un Estado con medio millón de habitantes que dista bastante de una escribanía con ocho empleados.

En tal sentido, los rivales de Buzzi en la interna pudieron despegarse un poco más rápido de la imagen de Arcioni. Marcial Paz porque antes de renunciar a su cargo de ministro Coordinador era desde hace tiempo solo una figura decorativa perseguida por Massoni, mientras Martín Galíndez nunca se mostró próximo al gobierno.

De todos modos, Buzzi seguramente será el más votado en Chubut al Frente porque cuenta con respaldos de peso en su propia ciudad. Más difícil la tendrá Pérez Catán, quien asume la cercanía con Arcioni pero emplea los métodos dasnevistas para recorrer la provincia e invocar aquellos buenos tiempos en los que Mario iba pueblo por pueblo escuchando y asistiendo a los ahora olvidados.