Petróleo

Vaca Muerta, cinco años entre promesas y realidades

A 12 meses de que el Gobierno anunciara su plan a cinco años para el desarrollo de la formación, la experiencia del último lustro muestra resultados tan concretos como desafiantes

El yacimiento de gas y petróleo no convencionales de Vaca Muerta representa una de las mayores ilusiones de una Argentina que tiene a su economía estancada desde hace casi una década. Sindicada como una oportunidad que puede generar el ingreso de un importante volumen de inversiones y cientos de miles de puestos de trabajo, la cuenca tuvo un meteórico despegue en el último lustro.

Es un momento clave. Hace un año, el Gobierno expuso sus objetivos de duplicar la producción en el yacimiento en cinco años. Y, tanto para la actual administración, como una eventual de Alberto Fernández (el precandidato mejor posicionado en las PASO), tienen a la formación como el pilar central de sus programas económicos.

En 2013, luego de su reestatización, YPF comenzó con un amplio volumen de inversiones y, en los años siguientes, diversas petroleras (multinacionales y locales) iniciaron sus proyectos en la cuenca neuquina, como Chevron (en un comienzo), Shell, Tecpetrol (Techint) y Pan American Energy, entre otras.

La consultora Abeceb estimó que el total de inversiones en Vaca Muerta entre 2013 y 2018 alcanzó los uSs 19.085 millones, un promedio anual de u$s 3180 millones. Además, posee proyectados un volumen de u$s 5322 millones para este año y de u$s 5854 millones para el próximo.

La producción de gas y de petróleo experimenta movimientos similares. El despacho de líquidos pasó de 469.000 metros cúbicos de 2013 a 3,82 millones de metros cúbicos en 2018. Para este año, la consultora estima que superará los 5,5 millones de m3 y los 6,8 millones de m3 en 2020.

Por su parte, el gas pasó de un nivel de 2073 millones de metros cúbicos en 2013 a 16.685 millones de metros cúbicos el año pasado. Para este año, Abeccb calcula una producción de 19.605 millones de m3 y de unos 21.917 millones de m3 para el año que viene.

Javier Cao, líder de Proyectos de Abeceb y experto en temas energéticos, distingue dos etapas en el crecimiento de la inversión en Vaca Muerta, entre las que existió cierta recaída en la producción y generación de divisas.

Cao destaca que el enorme caudal de expectativas en la cuenca comenzó a amplificarse a fines de 2013 y comienzos de 2014. Durante esos meses, el precio internacional del barril de petróleo giraba en torno a los u$s 100.

"En ese momento, en el sector, se pensaba que, con ese precio del barril, el desarrollo de Vaca Muerta sería posible de cualquier forma. Era cuestión de empezar a fomentar el desarrollo con YPF c impulsar las inversiones porque el precio interno estaba regulado y no había un incentivo tan claro para la inversión privada. Pero, una vez, que la etapa inicial estuviera, habría un beneficio para explotar ahí para compañías locales y multinacionales", comentó el especialista.

Agregó que la baja posterior del valor del barril de crudo apagó el entusiasmo durante 2014 y buena parte de 2015 y de 2016, que se reflejó en un descenso en el nivel de inversiones y de producción.

Pero, desde 2017 hasta la actualidad, Cao reconoce un segundo pico de interés por el yacimiento, al remarcar una baja importante en los costos de perforación y la adquisición del know hoxv impulsó intensamente las operaciones en Vaca Muerta.

Por un lado, el experto se lo atribuye a que las empresas comenzaron a construir pozos horizontales, que otorgaban una productividad mucho mayor que los verticales, y a una baja de costos de perforación, que vino aparejada con el recorrido por la curva de aprendizaje. Así, la construcción de un pozo horizontal, que podía costar cerca de u$s 14 millones en 2012, pasó a insumir menos de u$s 8 millones, en la actualidad.

En ese sentido, Cao señaló a YPF como el principal impulsor de estos cambios de productividad en la formación.

Por su parte, el socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG Argentina, Diego Calvetti, también observa una intensificación de las inversiones en Vaca Muerta, al resaltar que una gran cantidad de proyectos que se encuentran en su fase piloto ya están pasando a la etapa de producción.

"El gas y el petróleo no convencionales comienzan a ganar peso relativo y eso se ve en las curvas de producción mes a mes. Esto da la pauta de la existencia real del recurso de alta calidad, que es extraíble y que, claramente, está generando un flujo de líquidos y gas importante. Esto tiene un impacto directo en el nivel de producción", señaló Calvetti.

También marcó una orientación significativa a la producción de gas, impulsada por una mejor red de transporte de este recurso, una mayor demanda interna respecto al crudo y los programas de subsidios a la inversión.

"El gas está empezando a ser la estrella de Vaca Muerta", indicó el especialista. Además, afirmó que el petróleo no convencional está cerca de su demanda interna óptima, por parte de las destilerías.

En ese sentido, Calvetti relativizó el peso que pueda adquirir la producción de petróleo respecto de la de gas, debido a que su desarrollo está sujeto a la mejora de las obras de infraestructura que puedan facilitar el transporte de los recursos y el ingreso de insumos intermedios. Aunque el analista aclaró que Vaca Muerta ya "es una realidad".

"El desarrollo de Vaca Muerta ya no es un signo de pregunta. Es una realidad que puede, de alguna forma, contribuir a cambiar la matriz energética del país. No sé si al nivel de ser un ?nuevo campo', por su nivel de exportaciones, pero sí convertirse en una fuente importante de divisas y de puestos de trabajo y asegurar el abastecimiento interno", consideró.

Fuente: El Cronista