Política

"Embrujo", intimidación y poder: detalles de la gran máquina de fabricar dinero negro desde el Estado

En la primera semana de debate del juicio oral y público por la causa "Embrujo" declararon 15 testigos que dieron cuenta de las relaciones entre los 12 imputados y cómo desde su origen pusieron en marcha una maquinaria para disimular y hacer inversiones con dinero "negro", proveniente del erario público.

Los investigadores de la Unidad Anticorrupción observaron que además del movimiento de dinero y bienes, los imputados más comprometidos judicialmente ejercieron el poder muchas veces de manera intimidante. En escala, la pirámide se iniciaba en Diego Correa, sindicado como el mandamás del grupo desde su cargo al frente de la Unidad Gobernador, durante el tercer mandato de Mario Das Neves.

Siete vehículos -algunos de ellos de alta gama-; terrenos en varios lugares de la provincia; chacras; casas; departamentos; edificios en construcción; membresías en centros turísticos del Caribe; cuentas corrientes para retirar materiales de la construcción por unos dos millones y medio de pesos; 22.000 euros en poder de Correa al momento de ser detenido y un total de 35 millones de pesos en propiedades, además de numerosos viajes de placer de algunos integrantes del grupo, quedaron evidenciados en los que va del debate con la declaración de algunos de los testigos.

Obstáculos superados

Para llegar a conocerse estos detalles de los ilícitos, el tribunal integrado por los jueces Alejandro Soñis, Marcela Pérez y Ricardo Rolón debió perseverar y convalidar la realización del juicio oral pese a los numerosos planteos que a lo largo de varios meses realizaron varios de los defensores de los 12 imputados, lo cual impidió que el juicio se iniciara en su fecha prevista: 12 de marzo.

Los escollos puestos en estos cinco meses fueron variados. Desde los intentos para que la causa pase a la Justicia Federal (era el argumento del contador Federico Gatica, acusado de ser el cerebro del mecanismo para lavar plata); que se les conceda a varios de los imputados la "probation", hasta intentar tirar abajo la investigación por una supuesta ilegalidad de las escuchas telefónicas y la tarea desplegada por el investigador Juan Carlos Núñez. Todos estos planteos de la defensa fueron superados por los fiscales Alex Williams y Omar Rodríguez, tras las resoluciones de los jueces Soñis, Rolón y Pérez. Finalmente el juicio se inició, se comenzaron a escuchar a las partes y comenzaron a desfilar los testigos programados para que se sepa la verdad de lo que pasó en esta causa que el gran público conoció el 7 de marzo de 2018, cuando se detuvo a Correa, Diego Lüthers, Natalia Mc Leod, Juan Carlos "Tato" Ramón y Sandro Figueroa. El resto sería imputado con posterioridad.

Intimidación y poder

Albañiles y pintores -empleados en la Unidad Gobernador con la obligación de trabajar solo en dependencias oficiales- contaron en detalle cómo además se les pagaban horas extras para que trabajaran en los departamentos y en la casa particular de Correa en Playa Unión.

Las actitudes intimidantes por parte de Lüthers o Correa eran además moneda corriente. "Nosotros te pusimos y nosotros te sacamos", contó el pintor Andrés López que le dijo el primero de ellos cuando se atrevió a plantearle que no correspondía hacer tareas particulares, ya que dudaba de quién se haría cargo si él -por ejemplo- se caía del andamio en Playa Unión.

"Pero con una nena de tres meses, tuve miedo de quedarme sin trabajo. Lo tomé como una amenaza", concluyó.

Alexis Gabra era empleado en la Unidad Gobernador. Reconoció haber sido amenazado por los dos Diego para que firmara y acelerara "determinados" expedientes en alusión a los trámites internos para que se pagara a las empresas creadas por el grupo por los trabajos que se habían auto adjudicado en las viviendas oficiales.

"El trato en el día a día cambiaba. Sentí que si no firmaba me quedaba sin trabajo. Todos los empleados vivíamos bajo esa amenaza. Amenazaban con echarnos a todos. Lo escuché de boca de Diego Correa desde una oficina continua", detalló.

Varios fueron los trabajadores de la construcción que dieron cuenta de sus tareas en una costosa vivienda de Playa Unión. Por ejemplo el último de los testigos de la semana, Francisco Pilquimán. Contó que trabajó para la empresa Dual Core y que fue contratado por el imputado "Tato" Ramón.

Ante preguntas del defensor Omar López sobre tareas que había realizado en una casa de Playa Unión, terminó confirmando su participación en la construcción de la pileta de natación de la casa de dos plantas de Diego Correa en Playa Unión.

El debate proseguirá el próximo martes y además de Correa, Lüthers, Gatica, Ramón, Figueroa y Natalia Mc Leod, están sentados en el banquillo Daniela Souza, Jorge Godoy, Giuliana Mc Leod, Darío Correa, Christian Guisande y Rubén Reinoso.

Fuente: Ministerio Público Fiscal.