Política

Arcioni preso de su propia trampa: claves para entender la crisis actual y sus perspectivas

Las tres claves para comprender la profundidad de la crisis chubutense están dadas por la política y la economía. Desde lo político se conjugaron los desmanejos del gobernador Arcioni y las decisiones tomadas en su ambición de conquistar un nuevo mandato.

A eso se le sumó la interrupción del flujo de fondos nacionales que le permitían sostener los gastos corrientes.

En lo económico el problema de fondo son los endeudamientos en dólares y en pesos tomados en los últimos años, que generan enormes desembolsos del Estado para afrontar los vencimientos.

Atrapado sin salida

La crisis de Chubut atraviesa uno de sus puntos más calientes. Los trabajadores estatales paran y cortan rutas para cobrar sus salarios en tiempo y forma, exigen percibir los aumentos paritarios acordados y contar con las prestaciones de la obra social.

El Gobierno provincial sigue ahogado por la deuda que autogeneró y por falta de obtención de nuevos fondos que le permitan solucionar la asfixia financiera.

Se cortó la bicicleta de los vencimientos de la deuda en pesos y Nación cerró el flujo de fondos que habilitaba frecuentemente a Chubut para los gastos corrientes.

Para poder acceder a un nuevo mandato, el gobernador Mariano Arcioni llamó a elecciones anticipadas y empeñó las cuentas públicas otorgando los aumentos salariales negados en el 2018 y actualizó por inflación los de la primera mitad del 2019. Así se autogeneró una encerrona de la que ahora no logra escapar.

El Extremo Sur analizó de manera exclusiva la evolución de ingresos y gastos a lo largo del primer semestre del año -que fueron publicados oficialmente de manera parcial-, donde se observó que los ingresos corrientes crecieron en promedio al ritmo de la inflación regional pero los gastos aumentaron mucho más que ese nivel.

Mientras los ingresos subieron un 56% interanual, los egresos treparon en un 83%, generándose un profundo desencaje de las cuentas públicas que no pudo ser equilibrada por nuevos préstamos.

Los salarios no son la clave de las dificultades en la provincia, ni siquiera sus incrementos al ritmo de la inflación a pesar de su significativo impacto.

La principal causa de la crisis y el eventual quebranto virtual de Chubut está centrado en el endeudamiento, tanto en dólares como en pesos, que debería ser analizado y revisado; pero al mismo tiempo se deben ampliar los mecanismos de generación de ingresos genuinos y sustentables en el tiempo sobre la base de una diversificación de la matriz productiva y el esquema de recaudación tributaria.

Aunque la actual administración provincial consiguiera llegar en medio de la crisis política y financiera al 10 de diciembre, entre los conflictos y al borde de la falta total de gobernabilidad, y posteriormente lograra que se reabrieran los mecanismos de endeudamiento y refinanciación con el Gobierno nacional; de fondo seguirá existiendo la madre de todos los problemas, que se vincula al abultadísimo endeudamiento en dólares que no se tradujo en obras, mejoras en las prestaciones estatales ni se reflejó positivamente en la calidad de vida de los chubutenses.

Clave 1: La deuda

La madre de todos los problemas es la deuda pública tomada por el Estado chubutense. Allí radican las principales dificultades para el funcionamiento estatal; porque a pesar de haber pagado 21.381 millones de pesos en poco más de tres años, el monto total de la deuda provincial ascendía a los 43.476 millones de pesos hasta el primer trimestre de este año y ahora seguramente se elevó como consecuencia de la nueva devaluación generada tras las PASO.

Al primer trimestre de este año, Chubut era la sexta provincia más endeudada del país y con el 82% de su deuda encajada en dólares.

Entre los años 2005 y 2012, el endeudamiento provincial rondó los 1.000 millones de pesos; pero desde 2013 se fue multiplicando desbocadamente hasta llegar a la abultadísimo endeudamiento actual. En 2005 la deuda representaba el 55% de los ingresos totales de Chubut, para pasar en 2012 a abarcar el 12%.

En el 2015 significó el 34%, saltó a representar el 73% de los ingresos totales en 2016, tocó su pico en 2017 cuando abarcó el 84% y en 2018 se amesetó en el 83%.

La deuda tomada en dólares a través de bonos y con organismos internacionales pasó de 1.971 millones de pesos en 2013 a 32.641 millones el año pasado. Ahora volverá a saltar con la devaluación de este año. Mientras tanto, la deuda tomada en pesos con Nación ascendió de 632 millones en 2013 a los 4.785 millones en 2018.

El endeudamiento de Chubut es la clave para entender casi todos los problemas económicos provinciales, no sólo por la pesada carga que significa para el cumplimiento del Estado de los vencimientos -tanto en amortización como en intereses- sino también porque no se tradujeron en mejoras sustanciales para la provincia.

Inclusive hay que considerar que a pesar de haber pagado en poco más de tres años 21.381 millones de pesos, sólo de la deuda en moneda extranjera hasta finales de año tendrá que pagar 46 millones de dólares -entre septiembre y diciembre, pero con un dólar a 60 pesos se convierten en más de 2.700 millones de pesos-, en 2020 se sumarán vencimientos por 125,6 millones de dólares -reflejando una baja de casi 50 millones- y en 2021 tendrá que desembolsar otros 170,3 millones de dólares para cancelar los vencimientos de la deuda externa provincial -que superan los 162 millones de dólares que debe terminar pagando este año-.

Clave 2: Los salarios

Desde el gobierno provincial se viene intentando justificar la actual nueva fase de la crisis a partir del incremento de los salarios de los empleados públicos. Si bien la masa salarial se incrementó en un 89%, comparando el primer semestre de este año con el mismo período del año pasado, esa variación no explica y no es la causa de fondo del descalabro financiero por el que atraviesa Chubut hoy en día.

Tal como ya reveló EES, los sueldos estatales quedaron completamente atrasados durante 2018, cuando la administración de Arcioni intentó aplicar un brutal ajuste que apuntaba al achicamiento del gasto público a través del congelamiento -o leve variación alcista muy por debajo de la inflación- de los ingresos de los empleados provinciales.

Cuando esa política de ajuste, que marchaba en consonancia con las políticas nacionales, fue derrotada por las huelgas y tomas de edificios a mediados del año pasado las nuevas negociaciones paritarias recuperaron puntos perdidos en 2018 y sumaron los ajustes por inflación de este 2019. Sólo así se comprende por qué masa salarial provincial creció 89% de manera interanual.

El gobierno de Arcioni consiguió arrancarle en 2018 una tajada importante a la masa salarial y la dejó 32,6% por debajo de la suba inflacionaria. Todo lo que Chubut pagó en sueldos el año pasado fue apenas 18% mayor a lo que había pagado en 2017, pero la inflación interanual patagónica medida por el INDEC llegó al 50,6%. Así surgió un enorme retraso en los salarios.

En la primera mitad de 2018 la totalidad de los sueldos que pagó Chubut representó el 64% de los gastos totales de la provincia mientras que en el mismo período de este 2019 pasó a significar el 69%; lo que se tradujo en una incidencia de 4,8 puntos más de modo interanual.

Es muy probable que al cerrar el año contable de la provincia el abultado incremento de la masa salarial se equilibre después que dejen de incidir los incrementos atrasados que se no se habían otorgado en la primera mitad del año pasado. Tanto es así que del 124% de aumento en la masa salarial del que tanto habló el gobierno en los primeros cinco meses, al mes siguiente la variación descendió al 89% si se comparan los primeros semestres de ambos años.

Pero si toman los datos del Ministerio de Hacienda de la Nación, donde hay un dato más elevado de la masa salarial de la primera mitad del año pasado, la variación de este primer semestre termina siendo del 79% y la diferencia en la incidencia de los salarios frente a los gastos totales se reduce a 3 puntos porcentuales.

Clave 3: La política

En los aspectos políticos se encuentran varias de las explicaciones de los descalabros financieros que desataron la actual crisis en Chubut. Por un lado aparece el ya mencionado mecanismo reeleccionista de Arcioni que generó el gasto electoral y el acumulamiento de variaciones salariales.

Por otro lado asoma un elemento muy importante vinculado a la interrupción de nuevos endeudamientos con Nación y el cobro que el gobierno nacional comenzó a efectuar sobre los vencimientos de la deuda en pesos.

A ese punto se llegó a partir de dos elementos políticos fundamentales. Uno estuvo estrechamente ligado al fin de la indefiniciones de Arcioni respecto a su posicionamiento político ante la disputa política nacional, esencialmente cuando se volvió a mostrar con Sergio Massa la misma noche del triunfo en los comicios provinciales de junio; encuentro en el que desde Chubut el dirigente nacional invitó a Alberto Fernández a tomar el famoso café que terminaría en el acuerdo que dio a luz al Frente de Todos.

El otro fue la jugada política de Arcioni con vistas a las PASO nacionales cuando decidió llamar a votar a la lista de Fernández & Fernández, evitando cualquier tipo de corte de boletas a favor de Cambiemos y el macrismo a nivel nacional. Inclusive hoy sigue buscando poder sumar su lista corta a la del Frente de Todos para no seguir perdiendo electorado por falta de arrastre nacional. Desde Buenos Aires se dice que no pasará el filtro de CFK.

Esas dos causales desataron el "castigo" de Nación para con los fondos de Chubut, por un lado cortándole la costumbre de patear para adelante el pago de las deudas en pesos y la toma de nuevos préstamos. Por otra parte, ejecutándole cada uno de los vencimientos.

El ahogo financiero es consecuencia de las decisiones del Gobierno nacional, pero tiene su origen en la dependencia de la deuda en pesos para pagar los gastos corrientes.

Cuando se vayan conociendo los números de las ejecuciones presupuestarias de la segunda mitad del año se podrán ir corroborando estas afirmaciones, pero en el primer semestre de observa con contundencia que los nuevos endeudamientos en pesos se contrajeron en Chubut un 54% respecto del año pasado; achicándose de 3.737 millones de pesos el año pasado a solamente 1.710 millones este año.

Al mismo tiempo, en igual período, se visualiza con claridad que la devolución de préstamos -esencialmente los tomados en pesos con Nación- se incrementaron 869%; pasando de 57,9 millones de pesos en 2018 a los 562 millones de esta primera mitad de 2019.

Vale aclarar que en conjunto el pago de endeudamientos de Chubut en el primer semestre del año creció 15% y buena parte de la explicación está centrada en este rubro; porque solo la amortización de título públicos aumentó 2,6% (80 millones de pesos), la devolución de préstamos a organismos internacionales se redujo 33% (-38 millones), pero la devolución de otros préstamos entre los que están los asumidos con Nación se incrementaron el mencionado 869% (504 millones de pesos más que en el 2018).

Así se llegó a este absoluto descontrol financiero, donde la plata que ingresa no alcanza para pagar los salarios en tiempo y forma o cumplir con los obligaciones mínimas que tiene el Estado provincial.

Al cortarse el flujo de fondos provenientes de Nación -con buena parte de las regalías inmovilizadas como garantía de los bonos y con depósitos inmovilizados por el destino obligatorio de usarse para la obra pública, aunque ahora se liberaron 15 millones de dólares del BOCADE- y no pudiendo tomar grandes montos de créditos en el sector privado producto de las altas tasas -como sucedió con los 500 millones de pesos colocados en Letras a una tasa del 69%-, el gobierno de Arcioni quedó atrapado en la propia trampa que él mismo fue creando en su rol de vicegobernador y como primer mandatario tras la muerte de Mario Das Neves.

"Estamos saliendo de esta crisis financiera, con la verdad y los números. Ya vamos a hacer un análisis de todo lo que pasó, y muchos van a quedar al descubierto, yo mismo me voy a encargar de decir los nombres y apellidos que correspondan. Yo soy el responsable, lo estamos solucionando con recursos propios, con la verdad y responsabilidad", afirmó el gobernador Arcioni y vaya si tienen veracidad sus dichos, habrá que ver si se hace cargo de lo sucedido hasta hoy.