Petróleo

El ajuste por inflación divide a sindicatos petroleros y operadoras en la negociación de aumentos salariales

Los sindicatos petroleros y las compañías operadoras negocian el reajuste salarial. El punto crítico es el ajuste por inflación, ya que las empresas aducen que cayó la actividad y solo proponen un bono fijo de 5.000 pesos en cinco cuotas.

Por su parte los gremios pretenden recuperar el 17% de suba inflacionaria producida desde abril, y argumentan que la paritaria firmada en mayo contemplaba la readecuación por inflación.

En septiembre y marzo del año próximo los sindicatos petroleros y las empresas del sector deben sentarse a negociar los reajustes salariales en función de las subas inflacionarias.

Más allá de que la primera reunión del pasado 7 de octubre arrancó algo tarde y ahora se volverán a reunir el próximo miércoles 16, lo cierto es que el sector empresario se niega a dar el aumento del 17% que surge por la suba inflacionaria.

Hasta ahora las empresas solamente ofrecen el bono de 5.000 pesos que anunció el gobierno nacional, pagadero en cinco cuotas de 1.000 pesos.

Punto de conflicto

La paritaria rubricada a principios de abril se tradujo en una suba interanual proyectada del 28%, distribuida en tres cuotas: una primera de 10% en junio, 9% en noviembre y 9% en febrero del 2020, a lo que se le agregó un 14,7% de recomposición por la pérdida salarial de la paritaria anterior.

La clave del problema es que la paritaria de este año no incluyó una cláusula gatillo por inflación, lo que de alguna manera resolvería con cierto atraso trimestral todas las subas inflacionarias que se fueron generando en los períodos mencionados.

Lo que se firmó en el artículo segundo estipula abrir nuevas negociaciones en los meses "de septiembre y marzo de 2020, a fin de analizar las variaciones económicas que podrán haber afectado el presente acuerdo y proceder al ajuste que se consensue entre las partes".

Al no haber incorporado la cláusula gatillo por inflación, lo que los sindicatos y las empresas tienen que hacer es sentarse a negociar y ver qué acuerdan en torno de los desequilibrios salariales generados por la fuerte inflación; que desde abril y hasta agosto significó en la Patagonia una suba del 16,4%; sin contar la de septiembre aún no informada por el INDEC.

Desde los sectores gremiales evalúan que entre abril y octubre habrá una suba inflacionaria del 27%, lo que genera una diferencia de 17 puntos porcentuales sobre el 10% acordado en las paritarias y cobrado en junio.

Cuando el reclamo del 17% fue puesto sobre la mesa por los gremios, las petroleras lo rechazaron de plano y solamente ofertaron el otorgamiento del bono de 5.000 pesos que anunció el Gobierno nacional para todos los trabajadores privados.

Argumentos empresariales

Los representantes empresariales aducen que se produjo una caída en la actividad petrolera, argumentan que fueron perjudicados por el congelamiento de los precios de los combustibles y del precio del crudo que aplicó la administración de Mauricio Macri (Decreto 566 que pesificó el barril) y pusieron sobre la mesa el bono mencionado con el pago desglosado en cinco pequeñas cuotas mensuales de 1.000 pesos cada una.

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) calculó que los 5.000 pesos de bono representan apenas el 35% de la recomposición salarial que necesitarían los salarios de los trabajadores privados de todo el país producto de la inflación desatada luego de las PASO; situación que se agrava aún más respecto de la pérdida si se tiene en cuenta que los salarios petroleros están ampliamente por encima de la media nacional.

Suspensiones

Desde el sindicato petrolero de Guillermo Pereyra en los yacimientos neuquinos de Vaca Muerta, exigen además que se retrotraigan las 1.200 suspensiones generadas por el congelamiento del barril.

Una posición similar se esgrime desde los gremios de Chubut y Santa Cruz, aunque la dimensión de las suspensiones no alcanza la misma magnitud.

Desde Chubut, el gremio que conduce Jorge Avila iba a concretar en septiembre un paro contra el DNU 566 pero el organismo de Trabajo le dictó la conciliación obligatoria y la medida quedó en suspenso.

Ahora las partes deberán volver a sentarse a negociar el miércoles próximo, a sabiendas de que las diferencias parecen difíciles de acercar entre el 17% de aumento extra que piden los sindicatos y el depreciado bono en cuotas que ofrecen las empresas.

En el medio queda para el análisis la aceptación en paritarias de no haber incluido la cláusula gatillo de indexación automática por inflación, que hubiese despejado estas diferencias tan significativas.