Política

Arcioni sobrevive, exacerba el conflicto social para ser la "víctima perfecta" y espera ser rescatado en diciembre

Ya pasaron casi cuatro meses desde que el gobierno de Chubut admitió que no podía pagar los sueldos estatales en tiempo y forma. A los tumbos y sin perspectivas consistentes para resolver el conflicto, el gobernador Mariano Arcioni viene zafando de la debacle total. Buena parte de los gremios le dieron un respiro, salvo los docentes, y el salvavidas que le tiró el peronismo nacional evitó que se hundiera del todo. Alberto Fernández no se ocupó de la interna del PJ chubutense, donde muchos quieren enfrentar a Arcioni, mientras CFK anunció a los suyos que "banquen al de Chubut hasta diciembre".

Quedan por transitar varios meses más de pago escalonado, luego deberá enfrentar el difícil fin de año con el pago del aguinaldo y ya en febrero el desafío será conseguir un normal inicio de clases.

Para superar estos escollos seguirá endeudándose y prendiéndole velas a Fernández & Fernández para que desde el 11 de diciembre comiencen a soltarle fondos sin devolución.

Sin plan para solucionar la crisis con medidas de fondo, el gobernador Arcioni consiguió por ahora zafar de cuatro meses marcados por una amplia y extendida conflictividad con los gremios estatales de Chubut.

Aunque se mantiene a flote pese a su debilidad política, le esperan enormes desafíos para nada sencillos para estabilizar una provincia que cíclicamente ingresa en crisis recurrentes por motivos similares. Los gastos superan a los ingresos, que nadie quiere aumentar, y la madre de los problemas es la abultadísima deuda que asfixia todos los meses a Chubut; sin que esos endeudamientos se hayan traducido en mejoras para la población.

Para conseguir sortear los conflictos y los ahogos financieros, Arcioni consiguió dos objetivos fundamentales. Primero dio una voltereta en el aire de la mano de Sergio Massa logró para que le abrieran las primeras puertas de Alberto Fernández. Con los dedos en V se acopló a la campaña presidencial del Frente de Todos y obtuvo un respirador político que le posibilitó seguir en el poder.

El segundo objetivo lo consiguió de parte de las conducciones sindicales de los dirigentes estatales, quienes de a poco fueron desmontando buena parte de los conflictos para que el respirador político diera resultado.

Solamente el gremio docente quedó soportando el paro durante 14 semanas. La perspectiva es que se desmonte esa medida también, aunque las rebeldes bases escolares no aceptan concluir una desgastante lucha sin obtener logros significativos.

¿Lo peor ya pasó?

En marzo del año pasado el presidente Mauricio Macri inauguró el período de sesiones legislativas del Congreso asegurando que "lo peor ya pasó". El dólar cotizaba a 20 pesos y la inflación interanual llegaba al 25%.

2018 cerró con el billete verde en casi 39 pesos y la suba de precios en 50,6%, pero en lo que va de 2019 el dólar llegó a 65 pesos y la inflación subió al 55% interanual.

Más allá de las diferencias entre la crisis nacional y la provincial, las similitudes parecen hacerlas converger y demostrar que tampoco en Chubut "lo peor ya pasó".

Por el contrario, se vienen dos meses muy complejos en lo financiero y un arranque de 2020 que pone duda el inicio del ciclo lectivo y no desarticula la posibilidad de que vuelvan los conflictos con los gremios estatales.

Noviembre será el quinto mes de pago atrasado de salarios a los empleados estatales, basado en el pago escalonado por rangos. Hay que recordar que la deuda del gobierno también incluye el atraso en la cancelación de los aumentos paritarios acordados y el mantenimiento del funcionamiento de la obra social SEROS.

Para poder cancelar el último tramo salarial en octubre debió volver a manotear, ahora por decreto, 390 millones de pesos inmovilizados del Fondo Unificado de Cuentas Oficiales (FUCO).

A pedir de nuevo

Casi con seguridad la administración de Arcioni deberá salir al mercado a colocar Letras del Tesoro a tasas desquiciadas que superan el 90%, y ver si de esa manera consigue zafar un mes más tomando endeudamiento en pesos tal como ya lo hizo en los dos meses anteriores a tasas del 69% en agosto y del 95% en septiembre.

Por eso frente a las exigencias docentes de una fecha cierta de cobro el gobierno no ha podido dar respuestas concretas, ya que hasta la semana entrante no emitirá nueva deuda en pesos y no cuenta con los fondos para garantizar los salarios. Se vuelve a endeudar a tasas altísimas o espera un milagro.

Probablemente Arcioni esté esperando que gane las elecciones Alberto y éste se digne a negociar con Macri un envío de ATN (Aportes del Tesoro Nacional) para Chubut en el transcurso de la primera semana de posible transición hacia la asunción del 10 de diciembre. A priori, esto parece improbable.

Con la lógica del endeudamiento como principal alternativa a los descalabros financieros, el gobierno provincial ya evalúa que frente a la cancelación de la deuda en dólares emitida con el BODIC 1 (tomado en 2013 por 220 millones de dólares pagaderos en seis años) que deberá utilizar ese cupo para volver a pedir más deuda en dólares que se garantiza con las regalías petroleras. Sin embargo, no existen muchas opciones de endeudamiento internacional como consecuencia del cierre de los mercados para el país y las altas tasas en dólares.

Aguinaldos e inicio de clases 2020

Si logra sortear las dificultades financieras de noviembre presentará luego un problema aún mayor, como es el pago de los salarios de diciembre y el medio aguinaldo de fin de año. Si no pudo pagar en tiempo y forma los salarios mensuales, suena poco menos que imposible que pueda efectivizar la cancelación de un salario y medio para cada trabajador del Estado chubutense.

La deuda seguirá teniendo un peso mayor hacia fines de año por la escalada del dólar, ya que el 85% del endeudamiento de Chubut está colocado en dólares: Aunque parte de ese incremento se compense con las regalías petroleras que se cobran también en dólares, la perspectiva sigue siendo más que compleja y difícilmente a fines de diciembre el nuevo gobierno pueda habilitarle a Arcioni la significativa cantidad de fondos que necesita para pagar los sueldos, los aguinaldos y hacer funcionar al Estado.

Todo este panorama es de difícil solución inclusive con el triunfo de la fórmula de Fernández & Fernández. Obviamente se desmoronaría por completo ante un muy improbable triunfo de Macri.

Si consiguiera superar todos estos trances, el gobernador tendrá por delante otros dos desafíos enormes a los que responder sin muchas chances de esquivarlos. El primero será conseguir que arranque el ciclo lectivo 2020 en el mes de febrero, con la intención de compensar los días de paro de 2019.

Además, deberá afrontar muy posiblemente en el primer trimestre del año próximo o a lo sumo en el segundo la reapertura de negociaciones paritarias con los gremios estatales y una inflación que con suerte terminará este año superando los 55 puntos porcentuales.

La lógica del conflicto permanente

Desde hace algunas semanas el nivel de conflictividad fue decreciendo en Chubut por los motivos antes mencionados. En lo estrictamente vinculado al sector docente pareciera existir un mecanismo gubernamental para exacerbar las diferencias y provocar que las protestas no se apacigüen y sigan poniendo en vilo a los docentes y la sociedad en su conjunto.

A priori esto parece una táctica desequilibrada y autodestructiva por parte de la gestión de Arcioni, siempre que realmente su objetivo fuera destrabar el conflicto. A luz de los hechos no se entiende por qué el gobierno cada vez que puede negociar con los gremios docentes rocía con nafta la mesa de negociación.

Cuando no se trata del encarcelamiento de dirigentes docentes en Comodoro Rivadavia, se asoma la habilitación para métodos patoteriles y la zona liberada policial en las Rutas 3 y 26 o el permanente anuncio de descuento de los días de paro.

A eso se suma la provocativa instalación de un centenar de policías alrededor de las negociaciones de la última semana y hasta la reciente denuncia del ministro Federico Massoni contra dirigentes y trabajadores docentes por el incendio en la Legislatura.

Cada vez que las partes se sientan a negociar el gobierno enerva la combustión del conflicto. Es posible que la administración provincial necesite llegar al 10 de diciembre con uno o más sectores en huelga, especialmente el docente -aunque las bases del sector no juegan este juego y sus asambleas democráticas presionan a la conducción provincial para la continuidad de la lucha en post del pliego de reivindicaciones- para de esa manera poder victimizarse a nivel nacional y conseguir que le abran los grifos de fondos antes que a otras provincias.

Sin paro docente y con los estatales en general aceptando mansamente el pago escalonado, a los negociadores provinciales se les haría mucho más difícil convencer al nuevo gobierno nacional que necesita que le den plata. Necesita no solamente préstamos o el corrimiento hacia delante de los vencimientos existentes en pesos, sino también cupos de ATN que no tienen devolución y son para uso discrecional en las provincias.

La victimización y el mantenimiento del conflicto como objetivo estratégico parecen formar parte de la lógica del gobierno provincial.