Política

Un día de furia: autoritarismo, brutalidad policial, los males que deja Massoni y un gobierno a la deriva

La provincia de Chubut volvió a vivir un día trágico. En el mediodía del "jueves negro", el gobierno provincial ordenó a la policía que reprimiera con gases lacrimógenos y balas de goma a las y los docentes que manifestaban en la ciudad de Rawson, desatando un repudio generalizado en la región y el país. El reclamo docente tuvo varias etapas en su largo desarrollo de más de 100 días, pero el ánimo de los trabajadores alcanzó su pico de hartazgo con el descuento masivo que afectó a todos por igual, incluso a aquellos que estaban con licencia por maternidad, tratamientos oncológicos y trasplantes.

Quienes se atreven a recrear libremente la Teoría de los dos Demonios equiparando al sindicalista Goodman y al eyectado Massoni pecan de oportunismo o ignorancia. La "captura" pública del docente por el mismísimo jefe de policía avalado por el jefe de gabinete saliente merece figurar en la antología de las prácticas autoritarias y la falta de respeto al estado de Derecho y la vigencia de los Derechos Humanos en democracia. Las imágenes del "jueves negro" de Chubut se acercan peligrosamente a las de Chile, sin exageración.

Luego de que la represión disparara la atención de los medios nacionales y CTERA convocara por segunda vez a un paro nacional por la represión en Chubut, Mariano Arcioni brindó una conferencia de prensa anunciando "con mucho dolor" y "pesar" el apartamiento de su superministro Federico Massoni.

La empatía de Arcioni

El gobernador comenzó la conferencia afirmando: "...por los hechos acontecidos en el día de la fecha, alrededor del mediodía por un grupo de manifestantes, encabezados por el señor Goodman, quien ha sido detenido, liberado e imputado por la justicia; en principio he tomado la decisión, muy dolorosa por cierto, de pedir la renuncia del Dr. Federico Massoni. Esto es en razón de mantener la paz social y el bienestar de todos y cada uno de los chubutenses".

Arcioni destacó del ahora exfuncionario "su compromiso, su lealtad, su honestidad y de su hombría de bien". Luego dijo: "Algo prioritario en mí y en mi equipo de gobierno es la búsqueda del consenso permanente a través del diálogo respetuoso y de la no agresión y violencia". La frase fue interpretada por las bases docentes como una burla, dado que en apenas tres meses se convocó a dos paros nacionales con miles de estudiantes sin clases por las brutales agresiones de la policía a los docentes que reclamaban lisa y llanamente el pago de sus salarios en tiempo y forma.

¿Y el Ministro de Educación?

Llamativamente, a la conferencia de prensa no asistió el ministro de Educación Pablo Cassutti, quien lidera la cartera que hoy fue protagonista del día negro de la provincia. Desde Fontana 50 afirmaron que su ausencia responde a un pase de factura que el gobernador le hiciera por la falta de respuesta y soluciones a un problema que es económico y político. En definitiva, Cassutti aparece desdibujado al frente de un ministerio quema, y en los últimos días su mayor visibilidad se produjo cuando anunció que tardarían una semana para reintegrar los descuentos realizados indebidamente.

En definitiva, más allá de las dudas sobre la idoneidad del ministro excluido de la conferencia de prensa es evidente que el propio gobernador como máximo líder del gobierno y su "mano derecha" Massoni -ahora caído en desgracia- timonearon el manejo de la crisis y aparecen como los principales responsables de que no haya una salida consensuada sino un agravamiento de las diferencias.

La ausencia de Cassutti fue una manera de desligar las responsabilidades del ahora ex ministro coordinador, quien ahora deberá esperar en el destierro que todo se calme y que Arcioni le "tire" algún salvavidas en su gobierno por los servicios prestados como sheriff. Habrá que ver si Arcioni sostiene en su cargo al bizarro jefe de la policía, quien detuvo personalmente a Goodman en una acción de mano dura coherente con su dudoso currículum; que no atravesaría ningún examen de respeto a los Derechos Humanos.

El silencio de los Fernández

Por ahora, el presidente electo Alberto Fernández y su par Cristina Fernández prefirieron el silencio, aunque siguen de cerca el conflicto de la provincia y la ausencia de soluciones políticas para superar una crisis que expone un problema prioritario para resolver en la próxima gestión.

Chubut comienza a ser un dolor de cabeza para la dirigencia nacional, no solo por las divisiones entre los "dasnevistas arrepentidos" y los "pejotistas leales", sino porque Chubut es la única provincia del país con conflictos sociales gravísimos y un problema financiero estructural muy riesgoso.

El gobierno nacional de Macri no aportó soluciones; ni siquiera tuvo a la provincia dentro de su radar. Fiel a su estilo de la big data y su estrategia duranbarbista de ocuparse de las "zonas densas" del país, la Patagonia nunca fue importante para la gestión que ahora prepara las valijas.

Alberto Fernández tendrá que tomar una decisión, si es que todavía no lo hizo. Queda claro que Chubut no encuentra en su propio gobierno soluciones para una mínima paz social que permitan acuerdos políticos.

Por el contrario, la estrategia de Arcioni de confrontar y endurecer su posición acarrea un peligro mayúsculo y amenaza con convertirse en un disparador contagioso en un entramado social muy castigado por la pobreza y la desesperanza.

Para la futura vice presidenta Cristina Fernández, Arcioni es un dirigente muy poco respetado. El salvataje que intenta Sergio Massa choca con la opinión de la ex Presidenta, quien pondrá más presión sobre el actual gobernador si confirma la presencia en el gabinete nacional de alguno de los kirchneristas chubutenses que tienen a Arcioni como enemigo político.