Ambiente

La explotación petrolera más sucia del planeta

Hay una explotación petrolera que brilla por encima de la media mundial de cochambre y petrolazo a la que estamos acostumbrados. Se trata de las conocidas como arenas negras de Alberta; una explotación de petróleo a cielo abierto que produce 1.3 millones de barriles de petróleo al día. El trajín sucede en la boreal ciudad de Alberta donde, a cielo abierto, se encuentra la tercera mayor reserva de crudo del planeta. Son las ya tristemente famosas Tarsands de Athabasca (en Alberta, Canadá), cuyos humos han dado la vuelta al mundo.

En estos días de nieblas climáticas, Canadá está pisando el acelerador para explotar los 1.7 trillones de barriles que quedan en las arenas negras cercanas a Alberta. Pero, las cosas siempre se complican: Canadá se está calentando más rápido que el resto del planeta; al igual que Alaska y Rusia. Algo preocupante está ocurriendo allá arriba, donde también hay serios problemas en el Ártico. Muchos dicen que estamos entrando en la era del Piroceno (la edad del fuego).

Refinerías on-fire y bosques boreales

Canadá es uno de los países que más ha sufrido con la oleada de incendios del pasado verano. Más de 10.000 personas fueron evacuadas de Alberta; la misma ciudad donde el gobierno ha concedido a la petrolera Suncor, la explotación por 70 años de la etiquetada por National Geographic como "la explotación petrolera más sucia del planeta". Seguirá abierta por siete décadas más produciendo 3.600 toneladas anuales de Co2 por hectárea.

Estas arenas bituminosas consumen también una cantidad brutal de agua para revelar las trazas de petróleo que hay en su subsuelo. Gastan 0.4 barriles de agua por 1 de producción de petróleo; eso equivale a 520.00 bidones de agua al día. Un consumo que necesita nutrirse del vecino río Thabasca, secando el subsuelo y haciendo a la región mucho más susceptible a los incendios.

Fuera de juego climático

Canadá está totalmente fuera de juego en prevenir las causa del Cambio Climático; a pesar de los discursos de Justin Trudeau, se encuentra muy lejos de llegar a ese tope de 1.5 grados necesario para llegar a los Acuerdos de París. La verdad es que el país francófono luchó por aprobar los acuerdos de la capital gala pero su fuerte inversión en este tipo de extracciones petroleras lo está haciendo poco competitivo en el área climática.

"Con poco margen de error, los actos cuentan...Y mucho", eso fue lo que los indígenas canadienses le dijeron al presidente Trudeau cuando decidió comprar un oleoducto de 1.150 kilómetros que va desde Alberta hasta las costas del Pacífico. "Canadá quiere ser un campeón Climático". Lo definió muy bién Kevin Taft de la bancada liberal de Alberta en su libro "El estado profundo del petróleo. Cómo la industria de los hidrocarburos mina la democracia global y para la lucha climática en Ottawa.

Canadá está que arde

Canadá se está calentando más rápido que el resto del planeta de acuerdo con un nuevo informe del gobierno canadiense. Este anuncio también sirve como aviso de que hay que tomar acciones rápidas y contundentes en un mundo que se encuentra al borde del colapso climático. "Hay que tomar acciones drásticas para parar el Cambio Climático", escribía Tradeau hace poco. Pues a ello.

Resultan sorprendentes estas declaraciones ya que Canadá es uno de los principales exportadores de petróleo del mundo. Y es el exportador de crudo que más dinero gana. Los 120 proyectos de arenas negras que tiene el país norteamericano crean 2.6 millones de barriles al día que es casi todo enviado a refinerías de los Estados Unidos. A lo largo del río Athabasca llace el vertedero más grande del mundo con 500.000 piscinas olímpicas de desechos de la que es la explotación petrolera más sucia del mundo.

Fuente: Onda Terráquea