Política

El ocaso sin gloria de los "jóvenes brillantes" del macrismo en Chubut; solamente se salvó Torres

Se presentaban a sí mismos como los mejores exponentes del "cambio" y "la nueva política". Hace cuatro años sus nombres eran desconocidos para casi todos en Chubut. A algunos solo los registraban en las ciudades donde moraban. Ellos fueron ganando espacios hasta sentir que podrían alcanzar la cima del poder político en este agitado 2019. Sin embargo, el ciclo macrista dejó a la mayoría de esos "jóvenes brillantes" del PRO a la intemperie. La única excepción significativa es la de Ignacio Torres, que consiguió acceder a una diputación nacional.

Marcelo Cano; Macarena Acuipil; Leandro Quiroga; Fernando Ferrara; Lidia Córdoba; Emiliano Merardo; Sebastián Lew; José Luis Olave. Son solo algunos de los que asumieron cargos públicos en nombre del macrismo en Chubut. A ellos les tocó en suerte defender las políticas del Presidente que se va en pocos días, claro que al principio tenían más mieles que ácido en su dieta.

Mientras aprendían de qué se trataba la cosa pública, la clase política tradicional los miraba de reojo y con cautela. Era posible que montados en esa ola amarilla intentaran arrojarlos por la ventana; o al menos acercarlos para que vieran el vacío.

Nada de eso ocurrió y hoy los "jóvenes brillantes" del PRO en Chubut que iban a poner de cabeza a la provincia con sus iniciativas de vanguardia, llaman desesperados a celulares donde nadie contesta; o no les pueden dar certezas sobre su futuro.

Ellos creen haber hecho los deberes y mantenido enhiesta la bandera de la meritocracia que dejó en el camino a muchos chubutenses sin trabajo.

El operador operado

Marcelo Cano fue el primero de todos. Apenas asumió Macri, él empezó a mantener contactos con la dirigencia de Chubut Somos Todos que triunfó en 2015. Se reunía cada tanto con Mario Das Neves y dejaba trascender que más temprano que tarde el macrismo terminaría cooptando al partido provincial nacido para ser un nuevo Movimiento Popular Neuquino, según ansiaba el malogrado gobernador. ¿En qué han convertido al ChuSoTo?

Cano fue designado coordinador del PRO en la Patagonia y en los primeros años exhibió tal grado de soberbia que se ganó la animadversión de sus propios socios radicales que aún recuerdan que en la visita de Mauricio Macri de enero de 2018 a Rawson dejó abajo del palco a toda la dirigencia aliada, con el mismísimo Gustavo Menna a la cabeza.

Cano llegó a proponer que se le levantara un monumento a Das Neves. Quería anotarse ante sus jefes un gran logro: derrotar al kirchnerismo. Hoy su paradero es desconocido.

Pronosticar solo es para Nadia

Macarena Acuipil es aún la coordinadora en Patagonia del ministerio de Desarrollo Social, el cargo que podría ocupar el saliente intendente de Comodoro Carlos Linares en el gobierno de Alberto Fernández.

Politóloga de oficio, algo falló en su relato, porque llegó a la función pública diciendo que "la gente ya no se identifica con ideas tradicionales como el peronismo".

Sin dejar de mencionar la palabra "cambio" en cada frase que usó esta funcionaria oriunda de Rada Tilly, lo suyo en la provincia no tuvo mucha difusión y es dudoso que alguien le exija cuentas.

En las redes sociales, la funcionaria siempre se quejó de cómo se votaba en su ciudad. "Rada Tilly es muy tradicionalista; al electorado le cuesta animarse al cambio que implica el PRO en la ciudad. Van a priorizar la estabilidad", decía.

Será por eso que en estos cuatro años el macrismo delegó en la selecta villa balnearia sus intereses políticos en el radical Luis Juncos.

Ocultos y tenebrosos

Leandro Quiroga ocupa la delegación de la Secretaría de Trabajo de la Nación, esa que tuvo como titular durante estos cuatro años a Jorge Triaca (h), del cual hoy casi todos se olvidaron fatalmente.

Más allá de pregonar que su objetivo era contribuir a que "esta provincia salga adelante", no fue mucho -más bien nada- lo que hizo este funcionario macrista en Chubut. No promovió iniciativas ni apareció por donde era necesario mientras subían los índices de desempleo y trabajo "en negro" en el Valle.

Su bajo perfil le resultó oportuno, porque mal podrían reprocharle algo quienes ni siquiera llegaron a conocerlo. Fue otro fiel exponente del bluff macrista.

Fernando Martín Ferrara, coordinador de Agricultura Familiar en Chubut, se hizo conocido cuando echó a 23 de los 29 trabajadores que asesoraban a los pequeños productores de la provincia. Había competido en Gaiman como candidato a intendente en 2015, pero no le fue bien.

El caso es que ya como funcionario, solo les conservó el puesto de los cuatro delegados gremiales (ATE y UPCN) y a dos administrativas; una de ellas su propia esposa, Dalila Griffiths.

Belén Cussirat -una de las delegadas de ATE- denunció en su momento graves hechos de persecución. Al parecer, una de las administrativas habría elaborado un informe en el que detallaba la falta de elementos inventariados. Con ese documento, el soldado macrista los denunció penalmente por robo.

En respuesta, despedidos y despedidas ocuparon pacíficamente la delegación de Esquel y, para demostrar que el informe era falso, tuvieron que hacer una presentación con fotos en la Secretaría de Trabajo.

Sin rostro conocido

Lidia Córdoba fue la directora ejecutiva de PAMI luego de que por allí pasara fugazmente Ignacio Torres. La funcionaria pasó más tiempo en su oficina que en ámbitos públicos. Pocos le conocieron su rostro o escucharon su voz.

Es que la tercera edad fue de los sectores más castigados por las políticas macristas y se hizo difícil justificar tanta desidia y falta de empatía.

Córdoba se mantuvo en su sillón y jamás se supo qué hizo ante sus superiores para revertir la situación de los jubilados y pensionados de Chubut, más allá de presentar como un logro que algunos abuelos se atendieran en El Bolsón porque les quedaba más cerca que Esquel.

Eso sí, lo último que se supo de ella -entre las PASO y las elecciones generales- fue que alentaba la entrega de tarjetas magnéticas a los jubilados para que con la misma se atendieran e hicieran todos los trámites para evitar largas esperas.

Emilio Menardo fue delegado del Ministerio de Producción de la Nación. Casi un chiste si se tiene en cuenta que en estos años si algo no hubo fue justamente eso. Debe ser por eso que no difundió acción alguna en todos estos años, limitándose a verificar desde su home si le habían acreditado los haberes por militar en el macrismo desde antes de que el domador de reposeras llegara a la Casa Rosada.

El del "hidrógeno verde"

Sebastián Lew fue puesto al frente del Plan Patagonia que se suponía sería una especie de Proyecto Belgrano que en el norte conducía José Cano como recompensa por denunciar quema de urnas en las elecciones de 2015 en Tucumán.

Pero ni uno ni otro arrancaron. Fue literalmente puro "biribibi" -como dice el señor Presidente-. Una lástima para Lew que anunció en su momento proyectos tan ambiciosos como el del "hidrógeno verde".

Con un sueldo de 200 mil pesos mensuales, este sarmientino nacido hace 43 años es hijo de un antiguo militante radical que en 1985 fue compañero de boleta de José Luis Lizurume, intentando ser diputado nacional.

Luego tejió vínculos con Carlos Maestro y fue presidente de la Cámara de Comercio de Comodoro, aunque en este siglo cambia de tema cuando le hablan de su pasado político.

El peluquero que hizo barba y flequillo

José Luis Olave es coiffeur y así se hizo conocido en Comodoro. Amante del deporte, supo ser cronista de campo en transmisiones de partidos de fútbol. Fue su primer acercamiento a la radio.

Un día se hizo macrista y al siguiente lo designaron director de LU 4, la radio con más historia de la Patagonia; esa que aún mantiene sus mensajes al poblador.

Allí pasó la tijera Olave, dejando gente sin trabajo y eliminando de la programación espacios tradicionales. "Vamos a estar ahorrando 50 millones, que se suman a los otros 50 que se generan a través del trabajo ad honorem de los directivos de RTA", fue su argumento.