Petróleo

El primer gobierno de Juan Perón sentó las bases del sindicalismo petrolero en Comodoro Rivadavia

El gobierno de Juan Domingo Perón implicó una transformación en el sindicalismo petrolero en Chubut. Un cambio de época que permitió sentar las bases del movimiento obrero que perduran hasta la actualidad. Sin embargo, hay un concepto que no cambia en la Cuenca del Golfo San Jorge: la producción no puede detenerse. Así lo dimensionan las investigaciones del doctor en Historia Gabriel Carrizo.

El sindicalismo tal como se lo conoce en la actualidad comenzó a gestarse en la primera etapa de Juan Domingo Perón como presidente de la Nación (1946-1952). Es que el movimiento obrero atravesó un proceso de transformación donde también se conformó el Sindicato de Obreros de YPF en 1946. Dos años más tarde se presentaría el sindicalismo petrolero adherido a la CGT.

Es allí donde se produce una fractura dentro del movimiento obrero. "La etapa del primer peronismo va a tener una serie de tensiones de sindicatos que se van a enfrentar por mantener o no la autonomía con respecto a la CGT o al peronismo. Había una estructura mucho más autónoma, y estaba el personal de YPF que se declaraba abiertamente peronista. Esta disputa se va a mantener hasta 1955", explicó Gabriel Carrizo, historiador especializado en sindicalismo.

"Un sector entendía al sindicalismo de una manera autónoma (como podían ser los socialistas o los radicales). Mientras que el otro sector entendía que había que asumir que los tiempos habían cambiado y que el movimiento era necesario, que se identificara con aquel partido político que por primera vez había escuchado las demandas de los trabajadores", detalló Carrizo en diálogo con El Patagónico.

"Esas son las primeras tensiones que se viven en el primer peronismo en un marco como el nuestro que es la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia. Lo importante es que se superponen esos dos periodos que son escenarios que de alguna manera afectan el sindicalismo petrolero", aseguró.

LA PRODUCCION

NO DEBE PARAR

Carrizo también aseveró que el concepto de que "la producción no puede parar" o que "el trabajo no debe verse afectado" no ha cambiado a los largos de los años. Se mantiene a través de los discursos de las fuerzas políticas, medios de comunicación o referentes gremiales.

"En la actualidad han ocurrido una serie de transformaciones sobre todo porque obviamente YPF se transformó. La privatización en 1992 de YPF generó una serie de cambios en el movimiento obrero. También pienso que en la primera mitad del siglo 20 por razones estratégicas, por defensa nacional, el petróleo era estratégico por lo tanto había que generar las condiciones para que la producción petrolera no se detuviera. Es decir que el conflicto obrero era perjudicial para los intereses de la Nación. Si bien algunos elementos han cambiado, el presente es el mismo. Hoy es importante para la ciudad y para el mercado local que no se pare la extracción petrolífera. Y eso determina cómo se identifica o cómo se leen los conflictos sociales", consideró el doctor en Historia y docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

"Si en el pasado era en nombre de un desarrollo de la defensa nacional o en torno que lo que se hablaba de paz armada, que era un concepto que enfatizaba en que era necesario controlar aquellos recursos estratégicos dadas las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, ya no habla de una paz social en ese sentido sino que se habla de una paz social más vinculada al mercado. Por eso los dirigentes sindicales se parecen mucho más a un empresario. A veces los dirigentes son colonizados con un discurso neoliberal o pro empresarial. Si bien es en nombre de la defensa de conquistas de derechos de los trabajadores, no deja de estar inserto en un discurso pro empresarial", analizó.

"Una y otra vez cuando aparecen conflictos que ponen en tensión a toda una serie de discursos de medios de comunicación, sindicatos y fuerzas políticas, uno puede ver que está muy atado a la defensa del recurso de la cuenca y que por ende es inamisible cualquier conflicto obrero. Lo que me parece a mí es que tiene que ver con nuestro pasado y cómo entendemos nosotros a nuestro recurso hidrocarburífero: es absolutamente necesario que la maquinaria no se detenga", subrayó.